Trump contra los trabajadores: despidos masivos, eliminación de protecciones y trabas a la sindicalización
Mientras los sindicatos acusan al presidente de ser el más hostil en temas laborales, el Día del Trabajo en Estados Unidos acoge más de mil protestas bajo el lema “trabajadores por encima de los milmillonarios”
Hace un año, el entonces candidato a la presidencia por el Partido Republicano cortejaba a los votantes asegurando que defendería los intereses de los trabajadores americanos. En los siete meses que han pasado desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, sin embargo, el balance es completamente diferente y la lista de las órdenes ejecutivas en contra los trabajadores ha hecho que el Gobierno Trump sea definido ya como el más hostil de todos los tiempos en términos laborales.
Bajo el lema “Trabajadores por encima de los milmillonarios” más de mil protestas convocadas por los sindicatos y organizaciones civiles en más de 900 ciudades se produjeron este lunes para conmemorar el Día del Trabajo, más conocido como Labor Day, en Estados Unidos. La consigna, lanzada por la coalición May Day Strong, sirvió para condensar la denuncia de cómo Donald Trump está asediando a los trabajadores del país a través de sus despidos masivos de empleados federales, la eliminación de protecciones —salariales o de otro tipo— trabas a la sindicalización, supresión de beneficios como acceso a la asistencia médica y a la educación, o hasta con su agenda de deportaciones.
“Este es un momento sin igual en la historia de nuestro movimiento laboral y de nuestro país”, declaró Liz Shuler, presidenta de la AFL-CIO, la principal federación sindical estadounidense, en su discurso de este año sobre el estado de los sindicatos. “¿Por qué mi trabajo, mi familia, mi futuro, mi comunidad, los servicios con los que cuento, se ven repentinamente amenazados y arrebatados? Cada año pensamos en una palabra que represente el estado de los sindicatos en este momento: fuerte, en ascenso... Este año, solo hay una respuesta posible: la situación de los trabajadores de este país está siendo atacada”, afirmó Shuler.
La última medida del magnate en materia laboral ha ido de nuevo contra de los empleados federales. El jueves, Trump firmó una orden ejecutiva que ordena a ciertas agencias, como la NASA, el Servicio Meteorológico Nacional y la Oficina de Recuperación, que pongan fin a los convenios colectivos con los sindicatos que representan a los empleados federales. El Departamento de Asuntos de Veteranos ya había solicitado la eliminación de las protecciones para más de 400.000 de sus trabajadores.
Por su relación directa con el Gobierno, los funcionarios federales se encuentran entre los más afectados del mercado laboral por las políticas de Trump. Desde el comienzo del mandato, sufrieron el zarpazo del DOGE (Departamento de Eficiencia Gubernamental), creado en su primer día de regreso al poder por el presidente y comandado por el ahora desacreditado Elon Musk, cuya misión fue despedir a miles de funcionarios y cerrar agencias federales para cortar drásticamente el gasto. Su efectividad ha sido cuestionable, pues la reducción de costos nunca llegaron a los niveles publicitados inicialmente. El caos sembrado en las agencias diezmadas y los trabajadores despedidos, en cambio, sí se ha sentido crudamente.
Estos despidos, junto con la pérdida de beneficios que han acompañado a los recortes presupuestarios, han impulsado la afiliación de los trabajadores a los sindicatos. Es el caso del Servicio de Parques Nacionales de California, que ha perdido aproximadamente una cuarta parte de su personal. Después de dos años en los que los sindicatos no consiguieron convencer a los trabajadores para afiliarse, más del 97% de los empleados de los parques de Yosemite, Sequoia y Kings Canyon votaron este verano a favor de sindicalizarse. Más de 600 empleados, entre ellos guardabosques, biólogos, bomberos y recaudadores de impuestos, ahora están representados por la Federación Nacional de Empleados Federales.
Pero también los trabajadores de empresas que sirven a la Administración han visto sus derechos mermados. El magnate eliminó el pago mínimo de 17,75 dólares por hora que su antecesor, Joe Biden, estableció para que las compañías contratistas pagaran a sus trabajadores. La medida puede suponer un recorte salarial para los trabajadores de más de 9.200 dólares anuales, según estiman los expertos.
“La Administración Trump afirma que sus acciones están aumentando los salarios de la clase trabajadora cuando, en realidad, están empoderando a las corporaciones para reducir los salarios de millones de trabajadores al eliminar las protecciones del salario mínimo para los contratistas federales, los trabajadores discapacitados y los trabajadores domésticos que brindan atención domiciliaria y cuidado infantil”, opina Aurelia Glass, analista política del Center for American Progress. La propuesta del Gobierno de excluir también a los trabajadores domésticos como cuidadores de ancianos y enfermeras del derecho de recibir un mínimo pago por sus servicios ha recibido numerosas críticas en la consulta pública.
1,2 millones de trabajadores menos
Los migrantes ocupan el 43% de los puestos de asistencia a domicilio y ya hay dificultades para cubrir las vacantes que quedan por las deportaciones de los extranjeros. La situación que se ha creado contradice el discurso recurrente de Trump de que los migrantes estaban quitándoles los puestos de trabajo a los estadounidenses. Con ese argumento, en un país en el que el desempleo se encuentra por debajo del 4%, ha querido reforzar su campaña de deportaciones. El resultado, sin embargo, es que muchas industrias y servicios sufren ahora de falta de mano de obra. La cruzada del republicano para lograr la mayor deportación de la historia ha sacado del mercado laboral a 1,2 millones de trabajadores, de acuerdo a datos preliminares.
Los trabajadores que se quedan después de que sus colegas migrantes se vayan se quejan de que tienen que trabajar más horas o tienen que capacitar a recién llegados sin experiencia.
Los efectos de las expulsiones eran inevitables, ya que los inmigrantes representan casi el 20% de la fuerza laboral estadounidense. En algunos sectores el daño causado por las detenciones es aún mayor, como en el caso del sector agrícola, donde los migrantes cubren los puestos de trabajo que los estadounidenses no quieren ocupar. Según datos de Pew, el 45% de los trabajadores agrícolas, pesqueros y forestales son migrantes.
El sector de la construcción es otro de los más afectados por la campaña antiinmigrante del republicano y los contratistas advierten de que la situación es grave. “La situación se está agravando con las redadas y con los rumores de redadas que impiden que la gente acuda a las obras. Incluso se los llevan cuando están en medio de las obras que son necesarias”, declaró Ken Simonson, economista de la Asociación de Contratistas Generales de América, en una entrevista con Telemundo.
Según Simonson, el empleo en la construcción se ha estancado o retrocedido en muchas áreas por diversas razones, pero el endurecimiento de las leyes migratorias ha sido un factor determinante. Un 30% de los trabajadores de la construcción son migrantes y los empresarios no encuentran cómo sustituirlos. El número de empleos en la construcción se ha reducido a la mitad de las áreas metropolitanas, según los datos de esa asociación. La mayor pérdida, con 7.200 empleos, se registró en la zona de Riverside-San Bernardino-Ontario, California.
A pesar de las advertencias que hasta los empresarios de diversos sectores han hecho para que la Administración cambie el ataque que está padeciendo la fuerza laboral del país, la Casa Blanca, en contra de los abundantes datos y testimonios, sigue instalado en su mensaje de campaña: “Ninguna Administración ha luchado tanto por el trabajador americano. Feliz Día del Trabajo”.