Gala 10 de ‘Operación Triunfo’: los últimos nominados y, por fin, una buena gala
Precisamente esta semana es refrescante escuchar a jóvenes recordar que, si a algo era equivalente el franquismo, no era a diversión, sino a represión
Después de las últimas galas de Operación Triunfo, era fácil pensar que en la décima volvería a haber demasiados momentos en los que preferiríamos estar preparando los tapers de la semana o viendo reposiciones de Mentes criminales, pero, de pronto, zas, se obró el milagro y vivimos la mejor gala de esta edición. Tal vez porque a menos bultos, más claridad; el refranero es sabio, pero lo cierto es que han sido las dos horas más disfrutables de OT 2025.
Funcionó todo, una expulsión imprevisible y ajustadísima; las canciones, la puesta en escena, el vestuario —esto casi es l...
Después de las últimas galas de Operación Triunfo, era fácil pensar que en la décima volvería a haber demasiados momentos en los que preferiríamos estar preparando los tapers de la semana o viendo reposiciones de Mentes criminales, pero, de pronto, zas, se obró el milagro y vivimos la mejor gala de esta edición. Tal vez porque a menos bultos, más claridad; el refranero es sabio, pero lo cierto es que han sido las dos horas más disfrutables de OT 2025.
Funcionó todo, una expulsión imprevisible y ajustadísima; las canciones, la puesta en escena, el vestuario —esto casi es lo más sorprendente, hasta Tinho iba elegante—, los invitados. Todo, o casi todo; las valoraciones del jurado siguieron siendo profundamente aburridas, vacías, predecibles e intercambiables. ¿Alguien recuerda quién ha dicho qué de quién?
Esta noche hubo Pablo Alborán por partida doble. Que los artistas presenten trabajo es una ganga para los programas con actuaciones musicales; los pone de oferta como el Black Friday. En Saturno, la grupal, Guille Toledano, el más fan del malagueño, se quedó en silencio; pensamos que era un fallo de audio, pero no, incluso eso funcionó ayer, fueron los nervios del concursante.
Para intentar mantenerse en la Academia, Guillo Rist recurrió al Abracadabra de Lady Gaga, y fue un poco Agoney, un poco Chanel y un poco actuación de Azerbaiyán en la segunda semifinal de Eurovisión; se desfondó, como siempre, pero no tuvo su mejor noche. La otra nominada, Téyou, cantó Je Vole de Louane, a la que algunos recordarán como la última representante de Francia en Eurovisión y otros, o los mismos, por haber sido la protagonista de La familia Bélier. Fue una actuación emotiva y delicada en la que Téyou fue Téyou porque solo sabe ser Téyou y, como Téyou, ofrecerá preciosos conciertos intimistas en pequeñas salas de conciertos y actuará en festivales por toda la geografía. La cántabra apuntaba a ganadora desde la gala cero, pero este no es un formato que premie la personalidad y eso es lo que a ella le sobra. OT necesitaba más a Téyou que Téyou a OT, pero sus caminos debían separarse ya. He escrito 8 veces Téyou en un párrafo, sí, soy consciente, pero es la última vez que voy a hablar de ella, o sea que consiéntamelo.
Por un margen estrechísimo, quien se quedó en la Academia fue Guillo, aunque su alegría fue efímera; el jurado lo nominó minutos después.
Crespo, ese hombre a un tema urban pegado, interpretó Cosas que no te dije de Saiko y fue correcto, pero sin entusiasmo, ¿aunque, nos entusiasmó alguna vez Crespo? ¿Por qué sigue Crespo dentro de la Academia? Eso ha debido preguntarse el jurado que esta vez sí que consideró que debía estar nominado. Pero antes de llevarse el disgusto, nos contó que le dedicaba el tema a su novia María Luisa. ¿María Luisa? Que todavía haya mujeres jóvenes que se llaman María Luisa, no sé a ustedes, pero a mí me emociona. María Luisa y Crespillo, como le llaman en la Academia, podrían ser personajes de La Colmena, de El Jarama, de Últimas tardes con Teresa. De Sueños de Libertad. A favor de María Luisa y Crespillo. Guille Toledano cantó Until I Found You de Stephen Sánchez, que suena tanto a la Patsy Cline de Crazy que he tenido que comprobar que no es una versión libérrima.
Sí es un clásico la romantiquísima At Last de Etta James, que contribuyó a consolidar un poco más a Olivia como la ganadora con la que OT sueña. Es, sin duda, uno de los productos más vendibles del programa y, después de todo esto, lo produce Amazon y Amazon vende cosas. Y las compra, lo último, la gala del Met. Sí, Jeff Bezos acaba de comprar el evento más glamuroso, exclusivo y aspiracional del mundo de la moda; dicen que todo se puede comprar menos el buen gusto, pero quién dice que no puedes comprar a un montón de personas que sí lo tienen. Olivia, que estaba de cumpleaños, estuvo impresionante, no se puede negar. Le favoreció un vestuario adecuado y una realización exquisita que quería convertir cada frame en un reservorio de likes. Fue objetivamente bello, aunque a mí me sumió en la melancolía recordar que es la canción que, interpretada por Beyoncé, bailaron los Obama en el baile inaugural de su primer mandato. Una vez hubo elegancia en la Casa Blanca.
También estuvo cuidada la actuación de Claudia, que interpretó, algo acatarrada, el precioso Birds of a Feather de Billie Eilish, aunque no sedujo al jurado que la nominó, y en este caso tenía justificación; solo podían salvar a dos concursantes. Una de ellas fue Cristina, que con el Uh Nana de Daniela Blasco, uno de los temas que compitió en el pasado Benidorm Fest —cuántas horas de Meoldydrama nos habría ahorrado su victoria—, estuvo en su línea, brillante y rebosante de energía. Ella ha ido al concurso a ganar y no quiere distracciones.
Lo que no se podía imaginar, ni nadie, es que uno de sus rivales más serios iba a ser Tinho. Ayer el gallego reivindicó las lenguas del estado con Tempestades de sal de Sés y aprovechó el tema de la cantautora coruñesa para recordar la persecución que estas lenguas sufrieron durante la dictadura. Después de esta semana en la que hemos leído tantas encuestas en las que un elevadísimo tanto por ciento (un uno por ciento ya sería elevado) de los adolescentes creen que Franco, trivializado gracias a los memes y TikTok, hizo muchas cosas buenas, es refrescante escuchar a gente joven recordar que, si a algo era equivalente el franquismo, no era a diversión, sino a represión. Escucharles reivindicar un tiempo que no han vivido es tan absurdo como romantizar el Neolítico. Ah, los buenos tiempos antes de la rueda. Tinho, con su risa desbordante y su energía ilimitada, es una oda a la naturalidad, un bien tan escaso en un momento en el que lo instagrameable se ha impuesto a lo auténtico. Él no se guarda nada nunca, no se esconde, ni en las actuaciones ni en la Academia, y eso le ha llevado de simpaticón y exótico concursante de relleno a candidato muy serio a hacerse con el triunfo final; ayer fue el favorito, el último de la edición. Tu favorito y cada día el de más gente.
Aunque ya sabemos que en el resultado final no influye solo el talento y que muchas cosas que han sucedido en esta edición han sido orquestadas en las redes, un barómetro nada fiable. Hace unos días y durante apenas unas horas, X mostró la localización geográfica de las cuentas, lo que en EEUU permitió comprobar que algunas de las que más furiosamente jaleaban las políticas antiinmigración de Trump y proclamaban con más fervor eso de American First provenían de países africanos o de Oriente Medio, o sea, personas que ahora mismo tendrían difícil entrar en Estados Unidos simplemente por el color de su piel esparcen odio por dinero; eso deja claro lo peligrosas y mentirosas que son las redes sociales, y también que el material más abundante de la tierra no es el oxígeno ni el silicio, sino la estupidez humana.
Finalmente fueron Claudia, Guille Toledano. Guillo Rist y Crespo los nominados. Los profesores salvaron a Claudia, tal vez se estaban dando cuenta de que se quedan sin mujeres, y los compañeros a Guille Toledano, lo que deja a Guillo Rist y Crespo como los últimos nominados de la edición.
En una gala diez que estuvo de diez, permítanme el juego de palabras facilón, destacó también la invitada, Elena Gadel, concursante de la segunda edición de OT y estrella de musical, que interpretó junto con las concursantes femeninas que siguen en la Academia Lobo un tema contra la violencia de género. Quiere la casualidad que esta semana y también para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, Filmin haya estrenado otro Lobo. La película que protagoniza y coescribe Marian Álvarez. No hubo lobos en la Academia, sí 48 perros de asistencia que hicieron las delicias de los concursantes; “es la mejor visita que hemos tenido”, dijo un alborozado Crespo. Y no es por desmerecer a todos los que han visitado la Academia este año, pero a ver quién supera las monerías de un firulais. Hasta eso van a tener difícil superar la próxima semana.