Buenafuente se pone serio en su regreso a La 1 con una dura reflexión contra la política actual: “El mundo se vuelve irrespirable, y no hay chistes”
El presentador de ‘Futuro imperfecto’ hace una declaración de intenciones sobre lo que tiene que tratar el humor y lo que no es gracioso
Tras unas semanas alejado de la pantalla, el cómico Andreu Buenafuente regresó este jueves a su Futuro imperfecto en La 1 de TVE con un repaso a la actualidad del verano y una “pequeña reflexión” que se convirtió en un monólogo de ocho minutos sobre la política y la convulsa situación social. Tan complicada era la situación que el presentador se sentó y dijo “esto no es programa” antes de ponerse serio: “Lo que veo no me gusta nada, me ofende como ciudadano, y me ha hecho pensar qué papel jugamos nosotros, quienes comentamos cada semana lo que pasa”.
“¿Debemos alimentar el mal gusto, la insensatez y el odio por el odio, perfectamente instalado en el día a día?“, preguntó a su público: ”Yo digo no, no me da la gana. (...) Porque cuando un responsable político de primer nivel compara las protestas de Madrid con el Cerco de Sarajevo, donde murieron miles de personas, se convierte automáticamente en un irresponsable político", apuntó sobre las palabras de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso: “Yo ahí no veo humor, en la frase ‘España persigue a los judíos”.
No fueron las únicas declaraciones de políticos en las que Buenafuente no ve humor. También llamó la atención a las palabras del secretario general del PP, Miguel Tellado, sobre “empezar a cavar la fosa” del Gobierno: “A mí ese comentario me agrede. No hay humor. Mi abuelo, Mariano, sigue sin poder ser identificado en algún campo del Maestrazgo como miles de soldados republicanos que cayeron en combate. Por favor, no hable así de las fosas”, pidió.
Buenafuente llegó a la conclusión de que la “ignorancia ha llegado a unas cotas de prestigio nunca imaginables. La banalización de la ignorancia creo que nos hace peores. No tenemos valores ni pasado, y si lo tenemos no lo queremos reconocer. Por lo tanto, no tenemos presente. O el presente es una mierda”, dijo antes de pedir que se aplique la Ley de Memoria Histórica “politizada”: “Hacer política no es que esté mal, lo que está mal es hacer mala política. Hagan su trabajo, y yo haré el mío”, y prosiguió con lo sucedido este verano en España: “Háganse responsable de sus actos, porque los peores incendios de nuestra historia han dejado un reguero de escaqueos. La culpa siempre es de otros, como en la dana, con una doctrina trumpista de no admitas un error. Es el no debatas, simplemente ataca, muerde y destroza. Esto hace el mundo irrespirable y en la comedia no vemos los chistes. Han conseguido que no haya rivales, solo enemigos”.
Buenafuente apeló por hacer de España “un sitio justo y razonable”, y señaló que no le gusta un país “donde se normaliza y celebra llamar hijo de puta al presidente”, en referencia a los políticos del PP, entre ellos Feijóo y Ayuso, utilizando la expresión “Me gusta la fruta”: “Me agrede. Que responda por sus actos. Si hay corrupción, que toda sea investigada. Todo lo demás es ruido, y nos hace peores”, refrendó.
Aprovechó ese momento para desviar su atención sobre la política internacional, aunque aseguró que nada de Trump, porque ya tienen “suficiente ellos”, y se metió de lleno en el conflicto en Gaza: “El funambulismo de muchos para no admitir el genocidio. Si hasta la propia ONU lo ha calificado como genocidio. Y todavía hay gente que dice, ¿quién es la ONU? ¿En serio que todavía estamos discutiendo eso, en lugar de ir todos a una y tomar medidas contundentes? Vamos tarde y mal. Tampoco hay humor ahí“.
Buenafuente hizo su monólogo, además, horas después de que en EE UU suspendieran “indefinidamente” el programa de Jimmy Kimmel: “Es un lujo hablar en libertad en una tele pública, si no mirad lo que le han dicho a Kimmel: ‘Sabes contar, pues no cuentes con nosotros”.
Por todo ello, el presentador de la cadena pública concluyó con una declaración de intenciones para la nueva temporada: “Intentaremos no dejar entrar lo que atente contra los mínimos valores de humanidad y civismo. Este será nuestro granito de arena. Esto no va de partidos, va de no sentir vergüenza ajena. A ver si lo conseguimos”.