La serie ‘La Favorita 1922’ recupera, entre fogones, la esencia de ‘Velvet’

María Mestayer de Echagüe, conocida como la Marquesa de Parabere, el sobrenombre con el que publicó en prensa, fue la autora de uno de los recetarios españoles más reeditados en el siglo XX, La cocina completa, una obra revolucionaria en su tiempo. En 1935 abrió un restaurante en Madrid, el Parabere, cerca de la p...

María Mestayer de Echagüe, conocida como la Marquesa de Parabere, el sobrenombre con el que publicó en prensa, fue la autora de uno de los recetarios españoles más reeditados en el siglo XX, La cocina completa, una obra revolucionaria en su tiempo. En 1935 abrió un restaurante en Madrid, el Parabere, cerca de la plaza de la Puerta del Sol, más tarde trasladado al barrio de Salamanca, donde comieron desde Ernest Hemingway hasta Rafael Alberti o Joseph P. Kennedy, el empresario padre del que fue presidente de EE UU. Su historia sirvió de inspiración para la creación de La Favorita 1922, la serie que este lunes estrena Telecinco (23.00). En la ficción se llama la marquesa Elena de Valmonte (interpretada por Verónica Sánchez), una mujer culta y privilegiada, quien, tras convertirse en fugitiva junto a su doncella, llega a Madrid y decide abrir un restaurante. Para ello, reclutará a las mejores criadas y cocineras de las casas de la alta sociedad que antes frecuentaba.

La Favorita 1922 es un hito. Además de recuperar la ficción nacional en un canal en el que siguen reinando los realities, es la primera serie de Bambú Producciones (Velvet, El caso Asunta, Fariña) para Telecinco. “Llevaba 17 años insistiendo en ir a Telecinco con proyectos, cada año llevaba propuestas y por fin con la llegada de Alessandro Salem [consejero delegado de Mediaset España desde 2023] me convocaron y me dijeron que buscara historias para un público amplio”, recuerda Ramón Campos, cocreador y productor de la serie. La idea que llevaron en esta ocasión les encantó y les encargaron dos temporadas de ocho capítulos cada una.

Tratándose de una serie de época, es inevitable pensar en otras producciones de Bambú como Velvet, Gran Hotel o Las chicas del cable. En palabras de Campos, La Favorita 1922 es “muy hermana de Velvet en adn, pero tiene bastante más intriga y un misterio que cruza toda la historia”. Para el productor, hay una explicación a esa tardanza de 17 años en colaborar con Telecinco: “Antes de la llegada de las plataformas, si eras una productora que daba éxito a una cadena, de alguna manera te relacionaban con esa cadena. Nosotros muy pronto nos relacionamos con Antena 3 y a partir de ahí supongo que Telecinco dijo, estos son de Antena 3 y nosotros tenemos nuestras productoras”.

La serie, en cuyo reparto también están Luis Fernández, Andrea Duro y Raquel Querol, recupera para el horario de máxima audiencia un tipo de ficción dirigido al público femenino con ingredientes del melodrama y producción lujosa, que había desaparecido en los últimos años. “Yo repetía que había un público huérfano de series de este tipo. Entiendo que no son series para todos los públicos, pero se había abandonado a esa audiencia”, dice Campos. Josep Cister, productor ejecutivo de la serie, ahonda en ese sentido: “Muchas veces hay prejuicios a la hora de hablar de series como Velvet, Gran Hotel o Gran Reserva, y son ficciones que están en el imaginario colectivo de todos los espectadores. En Estados Unidos serían clásicos, pero aquí muchas veces las escondemos. Esto es una reivindicación de la ficción que hacíamos antes y que creemos que todavía tiene un hueco en la televisión generalista”.

Según Cister, series de época como La Favorita 1922 permiten, por un lado, maximizar los sentimientos y, por otro, poner un retrovisor en la sociedad y comprobar si se ha evolucionado en diferentes temas. Para que la historia sea creíble, la producción que la envuelva tiene que estar al nivel apropiado. Para ello, y frente a la tendencia actual de grabar las series en exteriores y localizaciones naturales, La Favorita 1922 recurre al plató y los decorados. El restaurante que pone en pie la protagonista, además de las casas de los personajes y los exteriores del edificio, se recrean en un espacio de casi 2.000 metros cuadrados que reproducen la arquitectura, la decoración y los elementos propios de principios del siglo XX. A ello se suma la recreación de la plaza de Canalejas de Madrid de forma digital. La época también se refleja en un vestuario que respeta materiales, texturas, colores y formas de entonces, pero adaptados a la personalidad de los personajes en los más de 500 trajes que se utilizan en la serie.

Dentro de menos de dos semanas, el viernes 28 de marzo, Bambú Producciones estrenará, esta vez en Netflix, otra serie de época que vuelve a tener al público femenino en su objetivo, Manual para señoritas. Su historia, protagonizada por Nadia de Santiago y Álvaro Mel, se sitúa en el Madrid de 1880 y sigue a una dama de compañía que ayuda a mujeres en el proceso de cortejo y noviazgo. Según Campos, no hay razones para que una la hayan desarrollado para una plataforma y otra para un canal en abierto. “No trabajamos pensando en plataforma o abierto. El abierto pone unas normas, como en este caso los 70 minutos [duración de cada capítulo] de Mediaset o tener en cuenta los cortes publicitarios, y en plataforma no. Pero eso no lo tenemos en cuenta. El caso Asunta [de Netflix] podría haber sido una serie de abierto y no habría pasado nada”, defiende.