Tres meses de rodaje y nueve de efectos especiales: así se creó la Andalucía sórdida y mágica de ‘Romancero’

Tomás Peña salta de los hiperestéticos vídeos musicales de Rosalía y C. Tangana a su primera ficción, que estrena este viernes Prime Video. Horror, costumbrismo español, cine policial noventero y estética anime se mezclan en ella

Sasha Cócola (izquierda) y Elena Matic, los protagonistas de 'Romancero'.

Telson es, con casi 50 años de historia, el estudio de postproducción más antiguo de España. En este edificio de la calle de Alcalá de Madrid se han creado todo tipo de efectos especiales y, a lo largo de 2023, se han completado los de Romancero, la ambiciosa serie española que Prime Vídeo ha producido junto a 100 Balas (The Mediapro Studio) y que estrena este viernes 3 de noviembre.

En el lado contrario se encuentra el director del proyecto, Tomás Peña —miembro del colectivo audiovisual Manson—. Responsable de algunos de los videoclips de artistas como ...

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Telson es, con casi 50 años de historia, el estudio de postproducción más antiguo de España. En este edificio de la calle de Alcalá de Madrid se han creado todo tipo de efectos especiales y, a lo largo de 2023, se han completado los de Romancero, la ambiciosa serie española que Prime Vídeo ha producido junto a 100 Balas (The Mediapro Studio) y que estrena este viernes 3 de noviembre.

En el lado contrario se encuentra el director del proyecto, Tomás Peña —miembro del colectivo audiovisual Manson—. Responsable de algunos de los videoclips de artistas como C. Tangana, Katy Perry y Rosalía, el mayor tiempo que había pasado en un rodaje hasta ahora habían sido siete días. Esta vez ha necesitado tres meses para registrar los seis capítulos de 30 minutos ideados por el guionista Fernando Navarro. Antes, sumó cuatro meses de preproducción diseñando el particular universo estético de esta ficción de terror sobrenatural ambientada en una Andalucía oscura y tan real como mágica. Y después ha dedicado otros cinco meses para retocar en ordenadores lo rodado.

Junto con sus colaboradores de confianza y con veteranos como Pelayo Gutiérrez, maestro del sonido en el cine español, con más de 100 títulos en su filmografía, el joven director murciano ha liderado un ecléctico equipo creativo para un ecléctico relato. Sus protagonistas, Cornelia y Jordán, parecen niños pero la vida les ha hecho adultos. Romancero comienza con ellos dos solos, huyendo por una carretera en medio de la noche de una Andalucía lúgubre. Los dos personajes principales, interpretados por Elena Matic y Sasha Cócola, huyen de las fuerzas del orden, de seres sobrenaturales y de lo que ocurre en su propio cuerpo. En torno a ellos, intervienen Belén Cuesta, Guillermo Toledo, Ricardo Gómez y Alba Flores. Entre perseguidores y perseguidos, no se sabe exactamente dónde habitan los monstruos.

Además de Almería, la localidad madrileña de Morata de Tajuña, en la imagen, ha servido para recrear una Andalucía sórdida y mágica en un rodaje lleno de sesiones nocturnas.Prime Video

“El terror de la serie está precisamente en los momentos más reales”, apuntaba Peña en mayo desde el estudio Telson, mientras su equipo daba los últimos retoques visuales a la serie. Precisamente, el director se ha llenado de referentes para internar que su narración resulte única. Son tres los pilares estéticos en los que se ha basado, anuncia él mismo. Primero, el costumbrismo español de Los Tarantos (1963), de Francisco Rovira-Beleta o el de Víctor Erice, dos de sus ídolos. Lo combina con la esencia del Hollywood de los años noventa que construyó David Fincher en thrillers como Seven. Y por último, le añade la imaginativa estética del anime. “Mezclamos una realidad oscura y pesimista, con un retrato del sur español muy white trash, que podría ocurrir perfectamente en Texas, y lo combinamos con elementos de fantasía”, dice. “Hemos escuchado durante años la etiqueta de cine español de forma peyorativa: pues esto es cine hecho en España con vocación internacional. Está concebido para que los otakus (seguidores del manga y el anime) la vean y flipen”, continúa Peña.

Aunque se apoyara en la Inteligencia Artificial al inicio del proceso, para crear de forma rápida los bocetos iniciales, Romancero recurre a técnicas analógicas en sus efectos especiales, para mantener esa esencia noventera que tanto admira su director. El rodaje no se llenó de pantallas verdes ni los actores tuvieron que imaginar lo que ocurre en esa noche de pesadilla plagada de demonios, brujas y bebedores de sangre en la que transcurre buena parte de su primera temporada. Para uno de los personajes se creó una máscara hecha a la medida de los rasgos faciales de su intérprete. Primero se escaneó en alta resolución el rostro de la actriz, luego se creó la prótesis que llevaba en el set y meses después se usan sofisticados programas digitales. “Para retocar cosas reales, como puede ser el maquillaje o los falsos restos de sangre, y borrar algunas cosas. No nos importa que se vean algunas costuras, los preferimos a la frialdad de usar solo efectos digitales”, comenta Peña junto a Guillermo García, su supervisor de efectos especiales, y Ana Valencia, su coordinadora de postproducción.

Además de estética anime y costumbrismo español, algunos momentos de 'Romancero' recrean la esencia del 'thriller' del Hollywood de los noventa. En la imagen, Guillermo Toledo (al fondo) y Ricardo Gómez.Prime Video

Para construir un relato tan sórdido, que combina horrores tan reales como la violencia doméstica y el racismo en los campos de trabajo, se necesitó grabar durante muchas sesiones nocturnas. Hay planos que se han retocado durante casi una semana para corregir su iluminación y llegar a donde las cámaras no podían. El sonido también ha necesitado de mucho trabajo posterior, comenta su responsable Pelayo Gutiérrez, que colecciona premios Goya. “En el primer capítulo ocurren muchas cosas fuera de plano, hay que narrar aquello que las cámaras no registran. Llegado el momento, en los episodios donde parece que el ritmo narrativo baja, son los que más matices tienen y donde el reto sonoro es mayor”, cuenta.

Peña ha querido rodearse de expertos y nuevos talentos para dar vida a aquello que vivía solo en su cabeza. “La gente de la industria se sorprende de que me haya encargado de supervisar tantos aspectos de la serie, pero es que he estado 25 años esperando esta oportunidad y no la quería compartir”, confiesa.

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