Una insólita serie de dibujos para la educación sexual y contra la desinformación de las redes

‘Sex symbols’ se estrena en la autonómica À Punt para un público de más de ocho años tras ganar un premio internacional con una iniciativa novedosa que intenta paliar una gran carencia docente

Los protagonistas de la serie 'Sex symbols'.

El tono es similar al de la famosa serie de animación Érase una vez... Pero en vez de transitar por la historia de la humanidad, Sex symbols explica los órganos sexuales, el primer beso, la masturbación, el consentimiento, la afectividad, la menstruación, las relacion...

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El tono es similar al de la famosa serie de animación Érase una vez... Pero en vez de transitar por la historia de la humanidad, Sex symbols explica los órganos sexuales, el primer beso, la masturbación, el consentimiento, la afectividad, la menstruación, las relaciones tóxicas... Se trata de una serie insólita en el panorama audiovisual internacional, unos dibujos animados destinados a la educación sexual y afectiva de los niños y adolescentes a partir de los ocho o nueve años. No hay una serie de contenido similar, a pesar de las graves carencias en este sentido, asegura Paloma Mora, que dirige la producción valenciana junto a Àlex Cervantes. Tanto es así que el proyecto, estrenado el pasado sábado en la televisión autonómica À Punt y que se ha vendido ya a varios países, llamó la atención en varios foros internacionales y ganó el premio al mejor audiovisual educativo en el World Media Festivals de Hamburgo.

Los cuatro protagonistas de la serie, dos masculinos y dos femeninos de entre 12 y 13 años, se hacen preguntas sencillas para buscar respuestas a lo que empieza a suceder en sus cuerpos. “No son activos sexualmente. No saben muchas cosas, pero hablan entre ellos para explicarse lo que les sucede, qué pasa cuando te enamoras, cómo se da el primer beso, qué es la erección... Se tratan conceptos transversales como el respeto, la tolerancia, la igualdad o la diversidad de manera sensible, divertida y educativa, con un lenguaje sencillo. La animación permite, además, hablar de manera más directa y fácil de determinadas cosas que con la imagen real es mucho más complicado y más tratándose de adolescentes”, apunta Paloma.

La serie consta de 26 capítulos de siete minutos cada uno. La idea surgió hace cuatro años a raíz de la lectura de un informe de la ONG Save The Children en el que alertaba del aumento de consumo de pornografía entre los niños a partir de ocho años en Internet y la falta de control de los contenidos a los que acceden fácilmente ya desde la infancia, señala la directora.

Durante la pandemia se trabajaron los guiones, a los que se dieron muchas vueltas hasta dotar de la combinación adecuada de los componentes lúdico y educativo a la serie, producida por TV ON y Admirable Films. “Han sido más de tres años y medio de trabajo. La verdad es que nos sorprendió después comprobar en los foros internacionales, en las conversaciones con los productores, que es que la primera serie de animación que habla con naturalidad y sin tabúes de educación sexual y afectiva. Todavía hay muchas reticencias sobre un tema como este, tan importante. Y las redes sociales se convierten en una de las fuentes o en la principal fuente de información de niños y adolescentes, con todo lo que ello comporta”, añade Paloma.

Carencias educativas

La serie ha contado con el asesoramiento de la médico de salud sexual y autora de varios libros sobre la temática Mónica Molner, que trabaja en el centro de planificación familiar en el Hospital de la Malvarrosa de Valencia. “Es alucinante cómo está el panorama de la educación sexual. Y el que no haya más series como esta es un ejemplo. No hay una educación sexual como corresponde a los tiempos en que vivimos. Hay un gran desconocimiento. Yo lo vivo diariamente en la unidad de salud sexual y reproductiva en la que trabajo desde hace 11 años”, comenta por teléfono.

Una imagen de 'Sex symbols'.

Molner reclama una asignatura transversal de educación sexual. “Hay tantas deficiencias que los niños y adolescentes se van a Google, a las redes sociales, a TikTok y se informan allí de fuentes carentes de información seria y rigurosa. Muchos no saben ni dónde está el clítoris, ni otras muchas cosas básicas”, explica la experta. Ella misma ha abierto canales y espacios en las redes para intentar combatir esa desinformación aplicando la vieja máxima de enseñar deleitando. Y se prestó a colaborar en la serie con el mismo propósito. “A ver, siempre ha habido ignorancia sobre estos temas. Antes nos informábamos en los libros o en nuestro entorno. Pero ahora los adolescentes lo hacen con el móvil en la mano de una manera muy fácil y hay mucha información tóxica”, apunta.

Como asesora de la serie, ha participado en la elección de los temas, en su tratamiento, en el enfoque. También ha revisado y corregido los guiones. “Son muy divertidos. Mis hijas adolescentes han oído partes y han mostrado interés. Insisto en que es muy importante contar con herramientas para no dejar la educación sexual de la mano de Dios o de influencers que no saben o no están preparadas”, afirma.

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