‘Hasta el cielo’, el buen hacer de Calparsoro
Películas y series de bandas juveniles hay muchas, con talento, menos. Esta de Netflix es de las más brillantes
Hay realizadores que son ya un valor seguro para los largometrajes y las series de televisión: Sorogoyen y Calparsoro, por ejemplo. El último firma Hasta el cielo (Netflix), siete capítulos que son un alarde del buen hacer con la inestimable colaboración de Jorge Guerricaechevarría, otro valor seguro en los guiones. Una historia de bandas juveniles, alunizajes y persecuciones con un dato añadido: un excelente casting, desde los ya co...
Hay realizadores que son ya un valor seguro para los largometrajes y las series de televisión: Sorogoyen y Calparsoro, por ejemplo. El último firma Hasta el cielo (Netflix), siete capítulos que son un alarde del buen hacer con la inestimable colaboración de Jorge Guerricaechevarría, otro valor seguro en los guiones. Una historia de bandas juveniles, alunizajes y persecuciones con un dato añadido: un excelente casting, desde los ya consolidados Luis Tosar y Patricia Rico a intérpretes menos baqueteados y excelentes, Asia Ortega, Álvaro Rico y ese gran descubrimiento que es Alana Porras Espinosa que, cuestión de las redes sociales, es más conocida como La Hija del Jeque, una maquilladora reconvertida en actriz y con una presencia espectacular.
Películas y series de bandas juveniles hay muchas, con talento, menos. Hasta el cielo es de las más brillantes, pero esas historias no surgen de la nada, forman ya parte de una tradición de la cultura audiovisual de la que Los golfos y Deprisa, deprisa de Carlos Saura o la Juani de Bigas Luna la precedieron, sin olvidarnos de ese filón para los guionistas que, supongo, es Belén Esteban a la hora de analizar y comprender lo que es una choni auténtica, capaz de pedir a gritos que Andreíta se coma el pollo.
Serie que surge de un largometraje de igual título de Calparsoro y Guerricaechevarría, algo que ya habíamos visto para nuestra fortuna en casos como Fargo, de los Coen, y que demuestra el buen momento de la industria cinematográfica española por más que el gremio de exhibidores esté a la baja y las tabletas, los ordenadores, las cajas tontas y los móviles o telefoninos, como sugería Lázaro Carreter, estén al alza. ¡Es el mercado, estúpidos!
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