Así se crean las versiones de ‘Cover Night’, el concurso musical que evita el karaoke sin abandonar los grandes éxitos
Asistimos a la grabación del espacio de La 1 con Ruth Lorenzo, Miguel Bosé y Mónica Naranjo, que salta a la noche de los sábados en su tercera emisión
Si repasamos la carrera de cualquier artista musical, es complicado no encontrar en ella alguna versión de un tema ajeno. Así ocurre con el nutrido grupo de cantantes que forman parte de Cover Night, el programa que alimenta la apuesta por la música en directo de TVE. Esta semana, el concurso producido por Shine Iberia abandona los jueves y salta a la noche de los sábados (a partir de las 22.05 en La 1), para evitar su enfrentamiento c...
Si repasamos la carrera de cualquier artista musical, es complicado no encontrar en ella alguna versión de un tema ajeno. Así ocurre con el nutrido grupo de cantantes que forman parte de Cover Night, el programa que alimenta la apuesta por la música en directo de TVE. Esta semana, el concurso producido por Shine Iberia abandona los jueves y salta a la noche de los sábados (a partir de las 22.05 en La 1), para evitar su enfrentamiento con el poderoso Supervivientes de Telecinco y mejorar así sus datos de audiencia.
Es un viernes de mediados de marzo y Ruth Lorenzo se coloca en el centro del plató de Leganés donde se graba el concurso. La premisa inicial del programa es convocar a talentos de la música para que hagan propias una selección de canciones que han sido un gran éxito en épocas anteriores. A medida que pasan rondas, los aspirantes cambian de canción, pero mantienen su propio estilo para sus versiones. La paradoja es que, a diferencia de otros programas de talento musical, intentan mostrar su identidad artística con temas de otros, pero sin limitarse a hacer karaoke.
Es la primera vez que Lorenzo se convierte en presentadora, aunque la suya es una presencia constante en televisión, como concursante y jurado de otros formatos. La cantante murciana brilla en las grabaciones de Cover Night cuando ignora el texto del teleprónter, que se supone que debe leer sobre una pantalla. Sus mejores armas son su naturalidad y la forma genuina en la que se involucra con los aspirantes y sus compañeros. Y es esa fuerza la que hace que digan de ella que es una dragona. Tiene a los regidores siempre alerta porque sale al plató cuando no toca para animar a los participantes. La gran versión de su carrera fue el Purple Rain de Prince que le dio la fama hace más de una década como concursante del Factor X británico.
“Prefiero reinterpretar el guion como cuando interpreté esa canción la primera vez en mi vida. El equipo de presentadores hacemos más para que se relaje el ambiente, que el premio es serio —100.000 euros—, pero que se lo tomen como si fuera una gran jam session”, dice en la sala de maquillaje mientras se prepara para grabar.
Abraham Mateo es otro de los anfitriones de Cover Night, aunque su labor “no es la de presentar, sino la de acompañar a los aspirantes”, matiza él mismo. El medley que hizo con canciones de otros en la segunda entrega del programa ha sido uno de los momentos más virales en redes sociales en los últimos días. Junto a él se encuentra Ana Guerra (su versión de La bikina fue uno de los momentos más populares de la edición de Operación Triunfo en la que participó). Para ella, el espacio “es un formato hecho por músicos para hacer música en televisión”, cuenta durante la misma sesión de grabación.
El equipo de casting del programa ha buceado, entre otros lugares, en las redes sociales. De ahí llegan muchos de los participantes, que han logrado miles de seguidores compartiendo sus versiones de canciones conocidas en sus perfiles. Los seleccionados salen de una criba de más de 4.000 personas. “Esas versiones vistas en redes son minimalistas y hay que convertirlas en un gran espectáculo televisivo, con una banda de ocho músicos en directo”, comenta Ana Rivas, directora de entretenimiento. Los concursantes presentan versiones que ya tienen hechas o dan una selección de canciones favoritas para trabajarlas con el equipo del programa. Lo forman los hermanos Villaescusa y José Villar. El trabajo entre los músicos del programa y los aspirantes “es muy personal”, explica Macarena Rey, directora ejecutiva de la productora, quien confirma que el formato ya está viajando fuera de España a través del grupo Banijay, la compañía internacional a la que pertenece Shine Iberia.
Miguel Bosé, uno de los miembros del jurado, ha logrado grandes éxitos en su carrera gracias a las versiones de hitos ajenos y propios. Con 11 maneras de ponerse un sombrero (1998) repasó el cancionero popular latino con temas como Solo pienso en ti, del cantautor venezolano Guillermo Dávila. Años después, su Papito (2007), en el que reinventaba sus propios éxitos, triunfó tanto en venta de discos como en directo, con una gira mundial y una secuela discográfica, PapiTwo (2012). El cantante admite que abordar de nuevo sus propias canciones resultó más complejo, porque además debía hacerlo a dúo, encontrando el punto en común con otros artistas. “Cuando compones tus temas, es como un vestido que te haces a medida. Están hechos para ti de forma única. Si las versionan otros, ellos tienen que adaptar el vestido a sus medidas. Pero volver a intentar hacer tus propias canciones intentado que sean igual de importantes dentro de la diferencia es muy peliagudo”, explica. Por eso, aplica su experiencia en el directo y en el mundo discográfico para buscar en este espacio la excelencia en aquello que hace que un artista sea especial. El proceso que los cuatro jurados están realizando para encontrar a finalistas de Cover Night “es similar al de filtrar arena fina. Los chicos tienen que pasar por muchas cribas”, comenta.
Bosé habla de cómo está configurado el jurado del concurso: “Sabiendo que vienen a recibir nuestros consejos para construir una carrera musical, no podemos mentirles ni queremos que pasen de fase a la ligera. Mónica Naranjo es tajante en cuanto en lo que ella más brilla, la parte técnica del canto; Juan Magán ve las cosas desde el punto de vista del productor y pensando en qué carreras son posibles, Chanel busca que los concursantes brillen en el escenario, algo que ella domina mucho, y que sean versátiles”, define.
Sabiendo que vienen a recibir nuestros consejos para construir una carrera musical, no podemos mentirles ni queremos que pasen de fase a la ligeraMiguel Bosé
Naranjo protagonizó un momento mítico de la RTVE reciente, la versión de Punto de partida a dúo con la propia Rocío Jurado en el último especial que grabó en la cadena pública antes de fallecer. También cree en que hay que mantener un compromiso con los concursantes “porque de esa forma se tiene también con el público, que es quien se va a gastar el dinero en comprar una entrada”. Como jurado busca “un equilibrio entre magia y técnica”. “Este concurso sacará del armario mucho repertorio que se había olvidado para las nuevas generaciones. De los años setenta a la actualidad. Para la cantante, el ejemplo perfecto de versión es Eloise de Tino Casal, producida por Julián Ruiz en los ochenta a partir de la original de Barry Ryan de 20 años antes. Esa interpretación vocal “Te da la vida en los días más grises. Sería muy difícil llevarla a otro terreno...”, comenta.
Chanel también siente que lleva toda la vida haciendo versiones, en los muchos musicales en los que ha participado, al interpretar desde su sensibilidad canciones muy conocidas por el público, explica. “Lo de Cover Night es como la actuación en directo de un bolo. Tienes que darlo todo a la primera. Pero, más que mi experiencia en el Benidorm Fest y Eurovisión, me recuerda a todas las audiciones que he hecho para musicales y series. Toda mi vida profesional he sido juzgada, así que aplico empatía y respeto como jurado”, admite.
Juan Magan el cuarto y último miembro de este plantel, busca en los aspirantes la creatividad, que hagan algo diferente, defiende. “Aunque el aspecto técnico es importante, no se trata de venir a impresionarnos con su voz. La industria ya no está pendiente de lo bien que cantes, sino de cuánto transmitas. A mí me duele decirles que no. Me han dicho tantas veces no y me ha dolido tanto, que cuesta hacerlo”, admite.
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