‘First Class’: ¿Por qué estáis todas en barcos? ¿Tenéis todas un barco?
Netflix acaba de estrenar un ‘docureality’ de personas que o tienen barco o tienen amigos con barco. Seis capítulos que funcionan como las pruebas de cultura general en ‘Supervivientes’
Cuando aprieta el calor, muchos recordamos un vídeo de Brays Efe de hace unos años, en el que se pregunta por qué todos sus amigos están en barcos. “Estáis todas montadas días y días. No tenéis barcos, yo os conozco. ¿De dónde salen? ¿Quién los tiene?”. Él mismo se respondía —”Entonces es que vuestros amigos tienen barco, ¿no?”—, y planeaba una estrategia para terminar en uno: “Qué tengo, ¿que ir a cenar a Perrachica? ¿Al Ten Con Ten?”.
Netflix acaba de estrenar First Class, un docureality de personas que...
Cuando aprieta el calor, muchos recordamos un vídeo de Brays Efe de hace unos años, en el que se pregunta por qué todos sus amigos están en barcos. “Estáis todas montadas días y días. No tenéis barcos, yo os conozco. ¿De dónde salen? ¿Quién los tiene?”. Él mismo se respondía —”Entonces es que vuestros amigos tienen barco, ¿no?”—, y planeaba una estrategia para terminar en uno: “Qué tengo, ¿que ir a cenar a Perrachica? ¿Al Ten Con Ten?”.
Netflix acaba de estrenar First Class, un docureality de personas que o tienen barco o tienen amigos con barco. Seis capítulos que funcionan como las pruebas de cultura general en Supervivientes: no tengo el cuerpo de un tronista, pero sé quién pintó Las Meninas; no tengo un barco, pero al menos no estoy rodeada de gente que aspira a ser una leyenda y que repite a menudo el adjetivo “holístico”. Consuelos tramposos, porque parten de falsas disyuntivas, pero quien quiere se los queda.
Hemos visto otros realities del mismo corte, cómo no recordar Mujeres ricas (La Sexta) o Hijos de papá (Cuatro). Hace 11 años del último y yo todavía repito el “A casa no vuelvas hasta que no estés corregía” que le espetaba a una de las participantes su padre. El problema de First class no es el rechazo que puedan causar sus participantes, es que carece de sentido del humor y se le ven las costuras al guion. También está el extra que pierden las plataformas con estos programas: un reality gana siempre en emisión lineal, que se lo digan a La isla de las tentaciones. Luego está lo de creerse que pueden representar a algún tipo de firstclassdetodalavida personas que presumen de sus andanzas cuando todos sabemos que el mayor lujo que los ricos pueden comprar con su dinero es el anonimato.
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