En busca de recursos para rodar cada vez más series: ¿puede la ficción española morir de éxito?
Las productoras encuentran un “bendito inconveniente” ante la bonanza actual: las apretadas agendas de sus profesionales hacen complicado crear un equipo sólido que responda a las altas expectativas de calidad del espectador internacional
Cada vez hay más series españolas y cada vez cuesta más a los productores sacar adelante los rodajes, en busca permanente de recursos técnicos y artísticos. Es un inconveniente, pero resulta más que bienvenido, al certificar la buena salud que muestra esta parte del sector audiovisual, que obliga a la industria a adaptarse a los nuevos tiempos. España ha pasado de producir 38 series en 2015 a 75 en 2020, lo que hace que sea ...
Cada vez hay más series españolas y cada vez cuesta más a los productores sacar adelante los rodajes, en busca permanente de recursos técnicos y artísticos. Es un inconveniente, pero resulta más que bienvenido, al certificar la buena salud que muestra esta parte del sector audiovisual, que obliga a la industria a adaptarse a los nuevos tiempos. España ha pasado de producir 38 series en 2015 a 75 en 2020, lo que hace que sea el segundo país europeo con mayor volumen de ficción por horas producidas, según un estudio elaborado por la consultora PWC y la asociación de productoras PATE. Aunque la pandemia ralentizó este crecimiento en 2021, al paralizar muchos de los rodajes, 2022 muestra signos de recuperación.
Además de un plató y de unas localizaciones exteriores, los responsables de producción tienen que convocar en un mismo lugar y en una misma franja temporal a servicios técnicos (desde cámaras y equipos de iluminación y sonido a efectos especiales) y equipos humanos (actores, extras, técnicos, maquilladores, peluqueros, encargados de vestuario…).
Algunos profesionales del sector confiesan que, ante tanta demanda, “está costando mucho montar equipos sólidos” en los últimos años, por la complicada agenda de todos los involucrados. Así lo afirma Alfonso Blanco, fundador de la productora gallega Portocabo, responsable de Hierro —repleta de exteriores en la isla canaria— y Rapa —rodada en paisajes gallegos—, ambas para Movistar Plus+; Auga Seca, para la autonómica TVG; y la futura Argonautas, la primera serie infantil de imagen real para el canal Clan (RTVE), entre otros títulos. “Vivimos la situación soñada. En estos momentos, en un porcentaje altísimo de servicios técnicos, tanto de empresas proveedoras como de personal, estamos en pleno empleo”, comenta por teléfono desde Galicia. “No solo es que haya más producción, sino que se ha descentralizado un poco: antes estaba concentrada en tres o cuatro empresas ubicadas en Madrid, que creaban el 80 o 90% de los títulos. La industria se ha abierto a otro tipo de talento”.
Netflix llegó en 2015 a España. Con una constante necesidad de contenidos locales y consciente del efecto que produce en los mercados audiovisuales en los que aterriza, inauguró cuatro años después su primera sede de producción europea en Tres Cantos (Madrid). Fue parte de una inversión multimillonaria centrada en contenido en español. A finales de 2021, emprendió una ampliación de esos estudios para crear algunos con más de 2.000 metros cuadrados. El lugar se ha convertido en el segundo centro de producción más grande de Europa, solo por detrás de los legendarios estudios Pinewood de Reino Unido. El gigante del streaming tiene, por tanto, garantizadas las necesidades de sus continuos rodajes. Pero, como cuenta la productora gallega, no ocurre así con el resto de la industria.
“Portocabo es justo lo contrario a un estudio, que tiende a tenerlo todo, incluso a actores en plantilla. En nuestro caso, funcionamos como una boutique, que se encarga del contenido, la producción ejecutiva y la administración contable y, para el resto de servicios, tiene que asociarse con otros. Cada vez que nos encargamos de un proyecto es una buena noticia para muchas otras empresas”, explica Blanco.
The Mediapro Studio es la productora con más horas de estrenos en 2021, un 8,6% del total, según un informe sobre la producción en televisión de la consultora GECA. Tiene a punto de estreno la temporada final de Paraíso, la primera serie de género fantástico de Movistar Plus+. También está a punto de comenzar el rodaje de la segunda temporada de The Head, distribuida a más de 90 países (Canal+ Francia, HBO Max US y Latinoamérica, Starzplay Reino Unido y Alemania, entre otros). En España, puede verse en Orange TV y en Disney+. Su forma de trabajar es similar a la de Netflix y cuenta con sus propios estudios, equipos de iluminación, vestuario, cámaras... Aunque son prácticamente autosuficientes, necesitan contratar a más profesionales independientes que antes, a modo de refuerzo, explican a través de conversación telemática Bernat Elías y Daniel Arnáez, sus directores de producción.
“Las plataformas de streaming extranjeras son clientes que antes no existían y traen consigo modelos de producción diferentes. Esto también ha hecho que los departamentos de producción y postproducción estén orientados a un modelo más estadounidense”, comenta Elías. La vocación internacional de The Mediapro Studio ha hecho que experimentara estos cambios años antes. “La diferencia más notable es lo marcados que están los calendarios, los plazos de entrega son mucho menos flexibles”, completa Arnáez. Una de las razones es que entra en juego el doblaje y el subtitulado, algo no tan común cuando los proyectos estaban pensados solo a nivel local. Esta internacionalización también ha apuntalado la tendencia de las series españolas a abrazar géneros antes prácticamente inéditos, como el thriller o el fantástico, con mayores exigencias técnicas que las comedias de situación o los dramas familiares. En cuanto a la competencia, ambos destacan la llegada de nuevas compañías, no muchas, especializadas en un ámbito o género concreto, como Vancouver Media, surgida a raíz de un creador específico: Álex Pina (La casa de papel).
La producción de Bambú (que ultima la serie biográfica de Nacho Vidal, primera producción original de Starzplay en España, además de Un asunto privado para Amazon Prime Video, y que acaba de estrenar Now & Then para Apple TV+) comenta la dificultad actual, por ese efecto de cuello de botella, a la hora de contratar servicios especializados como empresas de efectos especiales, de las que no hay tantas en España. “Al espectador le da igual que la serie sea un proyecto español, holandés o estadounidense. Quiere ver un nivel de calidad visual muy alto. Las compañías españolas de postproducción que no alcanzaban ese nivel o han desaparecido o han tenido que elevar el listón, que es lo que han hecho muchas de ellas”, apunta The Mediapro Studio.
“En el reparto, este bendito problema nos obliga a ser más imaginativos y dar oportunidad a otros actores, en vez de a los de siempre”, comenta el fundador de Portocabo. Una de las soluciones para solventar esta falta de profesionales, opina el productor, pasa por “acelerar los procesos de formación, que traigan a nuevos profesionales o que mejoren a los que ya existen, porque es muy probable que estos niveles de producción se mantengan altos en el futuro, aunque no crezcan ya mucho más”, dice. Por ejemplo, no hay suficientes foquistas [los profesionales encargados de mantener en foco los personajes u objetos que aparecen en un plano], recuerda. “Es una profesión que antes prácticamente solo existía en los rodajes de cine y que ahora es muy demandada en televisión, por esa mayor exigencia técnica en el sector. Y algo parecido ocurre con localizadores, directores de producción, ayudantes de dirección y otras disciplinas que son específicas y se forman a medio plazo. Además, sus sueldos están subiendo, porque ahora son muy valorados, y los presupuestos para las series están también creciendo algo”, explica.
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