Démosle a Manuel Alejandro el homenaje televisivo que merece
¿Qué tal si una televisión pública que ha dedicado monográficos musicales navideños hasta a la jovencísima Aitana empieza a saldar la enorme deuda que tenemos con Manuel Alejandro?
Que en España enterramos muy bien ya lo sabíamos antes de que lo dijera Rubalcaba, por muy adecuada que fuera su apreciación cuando la soltó tras su dimisión. Nos lo había dejado claro Jardiel Poncela con su epitafio: “Si buscáis los máximos elogios, moríos”. Pensaba en esto el sábado pasado, cuando salía del Teatro Real después de haber asistido al extraordinario recital que nos regaló ...
Que en España enterramos muy bien ya lo sabíamos antes de que lo dijera Rubalcaba, por muy adecuada que fuera su apreciación cuando la soltó tras su dimisión. Nos lo había dejado claro Jardiel Poncela con su epitafio: “Si buscáis los máximos elogios, moríos”. Pensaba en esto el sábado pasado, cuando salía del Teatro Real después de haber asistido al extraordinario recital que nos regaló Manuel Alejandro. Era la primera vez que el maestro contaba y cantaba su vida. La suya y la de los que le escuchábamos arrobados, es lo que tiene haber compuesto la banda sonora de las aventuras y desventuras sentimentales de varias generaciones de hispanohablantes.
Recientemente, el escribidor —como le gusta definirse— ha sido nombrado hijo predilecto de Andalucía, de Cádiz y de su Jerez natal, y tiene la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes. Pero si arrimo el ascua a la sardina televisiva, falta mucho por homenajear a Manuel Alejandro. Hace dos años La 2 emitió su Imprescindibles y en RTVE Play se puede ver el documental que comparte con Raphael sobre su trayectoria en común. No es suficiente. ¿Qué tal si una televisión pública que ha dedicado monográficos musicales navideños hasta a Aitana empieza a saldar la enorme deuda que tenemos con Manuel Alejandro?
Sería una producción sencillísima, solo habría que reunir en un escenario a Julio Iglesias, a Raphael, a Jeanette, a Alejandro Sanz, a Isabel Pantoja, a El Puma y a alguien que, por muy bien que cante, nos haga añorar a Rocío Jurado —yo voto por Pastora Soler—. Eso y tantear a Pepa Flores por si la ocasión la sacara excepcionalmente de su retiro. Estoy segura de que enterraremos muy bien a Manuel Alejandro, pero espero tardar mucho en confirmarlo. Hasta entonces, faltan muchos elogios en vida.
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