Lola Flores para principiantes

‘Lola’, la serie documental de Movistar+ dirigida y escrita por Israel del Santo, rememora la vida de la folclórica sirviéndose del mejor recurso posible: su propio testimonio

Lola Flores en un momento del documental de Movistar+.

Nadie ha contado a Lola Flores mejor que Lola Flores. Lola, la serie documental de Movistar+ —en colaboración con 100 Balas (The Mediapro Studio)— es consciente de esto y ha decidido rememorar al personaje sirviéndose principalmente de su testimonio. “Disponíamos de unas 130 horas de grabaciones de ella, Lola nos lo ha puesto muy fácil”, explica a EL PAÍS Israel del Santo, su director y guionista. A pesar de...

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Nadie ha contado a Lola Flores mejor que Lola Flores. Lola, la serie documental de Movistar+ —en colaboración con 100 Balas (The Mediapro Studio)— es consciente de esto y ha decidido rememorar al personaje sirviéndose principalmente de su testimonio. “Disponíamos de unas 130 horas de grabaciones de ella, Lola nos lo ha puesto muy fácil”, explica a EL PAÍS Israel del Santo, su director y guionista. A pesar de que coincidió profesionalmente con ella cuando la artista acudió a La máquina de la verdad y a La quinta marcha, programas en los que él trabajaba, del Santo no se había interesado por su figura, y dudó cuando recibió el encargo del documental. “Al principio pensé que no era para mí, pero justo el hecho de que no fuera para mí me atrajo bastante”. No tardó mucho en reconocer su carisma. “En un momento dado, hablando con la cadena, surgió la posibilidad de ficcionar a Lola Flores, pero en cuanto vi cuatro vídeos de ella me opuse, es imposible competir con ella misma”. Como resultado, cuatro capítulos de introducción a Lola Flores que los aficionados pueden disfrutar regodeándose en la artista, y los neófitos, descubriéndola.

En Lola las palabras de su protagonista se mezclan con los testimonios de algunos de sus allegados, principalmente su hermana y sus dos hijas, así como con los de periodistas, especialistas en copla y cultura popular y estrellas de la música de hoy que, por mucho éxito que tengan —ahí están C. Tangana y Rosalía, devotos confesos de la de Jerez—, saben que están en primero de Lola Flores. “En la serie pueden salir C. Tangana, Rosalía o Nathy Peluso, pero cuando aparece ella, se para todo”, admite Del Santo.

Los cuatro episodios de Lola se alimentan de las virtudes y debilidades del discurso de su protagonista sobre sí misma. Ahí están su elocuencia, su ingenio, su sentido del humor y su tendencia al embuste, que ella misma reconoció sin ningún pudor. “¿Por qué pones a Dios por testigo cuando dices tantas mentiras, Lola?”, le preguntó Lauren Postigo en Cantares. Ella respondió: “Porque cuando digo las mentiras, las convierto en verdad”. “Ella era capaz de contestar eso, pero cuando les preguntamos a muchos de los que aparecen en el documental si Lola Flores mentía, lo negaron. Hoy hay un miedo a decir según qué cosas que Lola no tenía”, comenta el director. Lola miente igual que Lola mintió. En su primer capítulo, titulado Ni canta, ni baila, la serie engaña al espectador menos familiarizado con Lola Flores haciéndole creer que la legendaria frase “ni canta, ni baila, no se la pierdan” se publicó en The New York Times, para desvelar, al segundo, que no es más que una cita apócrifa que ella contó a todos como cierta.

Carmen Flores, en 'Lola'.

Lola también se enfrenta al reto de contar al espectador joven una España que no vivió, con un lenguaje infrecuente en la tele para todos los públicos de hoy. “En los teatros antiguamente, que esto lo cortaréis, se follaba por detrás”, cuenta Lolita para explicar el uso del zotal. Pero no, sus palabras no se cortan porque Lola se permite el lujo de hablar sin tapujos de sexo, drogas, prostitución, violencia de género y aborto, entre otros asuntos, con algunas opiniones que pueden arquear más de una ceja. Porque Lola se prostituyó, se drogó, se acostó con un buen número de señores, fue maltratada por Manolo Caracol, abortó en más de una ocasión y lo contó todo. De hecho, el documental emite audios inéditos de las conversaciones con ella que Tico Medina grabó para sus memorias, Lola, en carne viva. “En el libro no aparece que Manolo Caracol se ponía de cocaína y llamaba a cuatro prostitutas, o que hacían tríos, pero en las cintas ella lo cuenta sin problemas”, revela Del Santo. Una vida de excesos, errores, debilidades e incoherencias que resulta refrescante hoy que tantos pretenden convertir a los ídolos en referentes morales. Lo refrenda el líder de Siniestro Total, Julián Hernández, cuando en el tercer episodio reconoce que los desmanes de las folclóricas dejaban en pañales a los de cualquier rockero español de su época.

Franco y Encarnita Polo

Por si nos habíamos quedado sin temas controvertidos, también sale a jugar Franco. Encarnita Polo rememora la llamada que recibió de su amiga el 20 de noviembre de 1975: “Encarna, ¿vamos ya a despedir a Franco? Que ya se ha ido Carmen Sevilla”. “Al señor Franco yo le tengo un respeto imponente”, reconoció Lola Flores públicamente en unas declaraciones que la serie no escamotea. “Él me dio mucha paz y yo le tengo un respeto a ese señor porque me he criado con él. Y ojalá hubiese tenido 50 años en vez de la edad que tenía pa’ que hubiese durado un poco más. Con esto no quiero decir que yo sea franquista”. Lola no juzga a su protagonista por sus opiniones, esa no es su misión. Se centra en ver cómo las acogen hoy algunos de los que la toman como referente, que saben separar el grano de la paja. ¿Era de derechas? ¿Era feminista? ¿Era pro LGBTI? La serie entiende que Lola Flores es un mito y como tal está por encima de esas categorías.

C. Tangana durante la grabación de 'Lola'.

Cantaba, bailaba y entretenía como nadie. La fiera televisiva en la que se convirtió la artista hace de la serie memoria de una televisión que ya no existe. En Lola vemos cortes de Estudio abierto, del día en el que Lolita invitó a toda España a su boda; de la entrega de Esta noche... fiesta en la que paralizó a todo el Florida Park para buscar su pendiente; del programa que La clave dedicó a las folclóricas en 1984, donde Lola Flores dejó dicho aquello de “Mi bata de cola no me la quita nadie y a lo mejor en la caja pido que me la metan, la bata de cola”; de El perro verde y otros formatos de entrevistas de Jesús Quintero, de La luna de Julia Otero, de Un, dos, tres, de los programas de La Trinca… Y, por supuesto, de los que presentó ella, como Sabor a Lolas. Mención aparte merece El coraje de vivir, la miniserie documental en la que ella misma narra su vida mirando a cámara y de la que bebe generosamente Lola. “Queríamos que el archivo hablara por sí mismo. No hemos alterado las imágenes en su formato, rompemos el cuadro. La serie está rodada en 16:9, pero cuando llega el vídeo de Valerio Lazarov, dejamos la pantalla completa con su zoom, tal y como lo rodó él, y en los años cuarenta dejamos la imagen del Nodo en 4:3 tal y como se hacía. Queríamos que el espectador viviera ese viaje tal y como lo vivimos nosotros en la fase de documentación”. Historia de la tele e historia de España. Lola ha entendido lo que describió Terenci Moix en Suspiros de España: “Pocas figuras tan agradecidas como Lola Flores. Es uno de los personajes más atractivos de la España contemporánea, cuya historia recorre, imperturbable, del brazo de su propia leyenda”.

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