Primos lejanos
No es culpa de nadie que nos vendan la misma serie tantas veces. El panorama creativo se convierte en un campo sembrado de sal
La publicidad, por fin, nos pretende vender diversidad. Cuerpos, tonos de piel, estaturas, complexiones distintas en un mismo producto. Pero no nos engañemos: simplemente estamos más mezclados. Y lo que sucede ahora tiene un nombre: estudio de mercado. Hace 10 años las series en abierto eran todas del corte de Globomedia. Hace cinco Flooxer (Atresmedia) despegó con propuestas tan distintas como ...
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La publicidad, por fin, nos pretende vender diversidad. Cuerpos, tonos de piel, estaturas, complexiones distintas en un mismo producto. Pero no nos engañemos: simplemente estamos más mezclados. Y lo que sucede ahora tiene un nombre: estudio de mercado. Hace 10 años las series en abierto eran todas del corte de Globomedia. Hace cinco Flooxer (Atresmedia) despegó con propuestas tan distintas como Paquita Salas, Temporada baja (merece una revisión), Dos salaos en modo random, Entertainment y El partido. Ahora ni Flooxer ni Playz (que partió con una propuesta similar) podrían —aunque quisieran, que dudo que quieran— lanzar una temporada con tal despliegue de ficción.
Salvo casos puntuales las series que se anuncian cada semana tienen una fórmula similar: un antihéroe que la ha cagado mucho en su vida suele ser policía o expolicía; una mujer empoderada que no se peina lleva pantalones y es borde; un asesino en serie o un asesino ocasional o un tipo que de repente mata a alguien; referencias a los ochenta, o a los noventa; neón; un zeta que no puede con la vida; alguien sostiene una pistola; a la mujer empoderada le hace alguien un corte en la cara; canta Rozalén; sexo softcore; el antihéroe la caga con su ex, que es una antipática con flequillo; la actriz dice que su personaje es una mujer fuerte rota por dentro. No me fastidies que estoy pagando por ver esto. Otra vez.
No es culpa de nadie que nos vendan la misma serie tantas veces. Somos la misma población con el mismo tiempo pero con menos poder adquisitivo. El estudio de mercado se acaba y hay unos resultados: el Excel no miente. El panorama creativo se convierte en un campo sembrado de sal, otra vez. Lo que nos queda es mirar con paciencia y esperar un brote, algo ilusionante y genuino. Un comienzo que nadie se espere y que nos haga volver a apagar el móvil para atender a una ficción maravillosa. Qué ganas de que vuelva a suceder.
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