‘No te puedes esconder’: carretera, manta y violencia
La trama de la serie hispanomexicana tiene en los amoríos un componente importante. Mucha persecución, algún atentado, mucho amor y mucha infidelidad
No te puedes esconder, 10 capítulos para Telemundo y Netflix, una coproducción de Telemundo Internacional Studios e Isla Audiovisual, o dicho de otra manera: una serie filmada en España y México que pretende adaptarse a los gustos mayoritarios de los dos países y que, probablemente, lo consigue.
Una madre y su hija mexicanas se refugian en Madrid como testigos protegidos de la DEA por su colaboración para acabar con el marido de la primera, un capo del narcotráfi...
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No te puedes esconder, 10 capítulos para Telemundo y Netflix, una coproducción de Telemundo Internacional Studios e Isla Audiovisual, o dicho de otra manera: una serie filmada en España y México que pretende adaptarse a los gustos mayoritarios de los dos países y que, probablemente, lo consigue.
Una madre y su hija mexicanas se refugian en Madrid como testigos protegidos de la DEA por su colaboración para acabar con el marido de la primera, un capo del narcotráfico. Se pueden esconder. En la promoción se mencionan algunos de los temas que toca la trama: corrupción, asesinatos, terrorismo, trata de mujeres, amoríos, celos, traiciones…, un alarde que, citado a bote pronto, puede parecer excesivo y que a lo largo de los capítulos se asume con cierta naturalidad y fluidez.
Ya en el terreno de los tópicos, la presencia de Blanca Soto (la madre), una ex Miss Mundo México, actriz y protagonista de varias telenovelas, permite deducir que la trama tendrá en los amoríos un componente importante. Y así es: mucha persecución, algún atentado —excelentemente filmado en una Plaza de Callao abarrotada—, mucho amor y, por lo tanto y al parecer, mucha infidelidad. El capo, esposo y padre, las descubre.
La policía española trabaja a tiempo completo para recuperar a la secuestrada hija. Una inspectora Maribel Verdú arrasa en la pantalla cada vez que aparece. Persecuciones. El expolicía Eduardo Noriega actúa con la constancia de los enamorados y la medio barba de los detectives malditos. Son las babas que decía Cioran.
Es una coproducción potente que tienen previsto repetir proyectos hispano-latinoamericanos y, suponemos, sin perder de vista la cultura popular audiovisual ya consolidada en los dos continentes. En resumen: 10 entretenidos capítulos de carretera, manta y violencia.
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