‘Libertad’, una ficción didáctica

La serie de Urbizu tiene un notable punto didáctico sobre lo que el poeta describió con un rotundo “una de las dos Españas ha de helarte el corazón”

Que Enrique Urbizu es un estupendo realizador es evidente: ahí están La caja 507 y No habrá paz para los malvados por si alguien lo duda. En televisión acaba de estrenar su segunda incursión como creador, Libertad (Movistar +), tras la notable Gigantes, la historia de La Llanera (...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Que Enrique Urbizu es un estupendo realizador es evidente: ahí están La caja 507 y No habrá paz para los malvados por si alguien lo duda. En televisión acaba de estrenar su segunda incursión como creador, Libertad (Movistar +), tras la notable Gigantes, la historia de La Llanera (la cantante Bebe Rebolledo), una bandolera perseguida por tirios y troyanos tras 17 años en prisión y con un hijo (Jason Fernández) que ni ha conocido a su padre ni la libertad.

Más información

La serie tiene un notable punto didáctico sobre lo que el poeta describió con un rotundo “una de las dos Españas ha de helarte el corazón”: la de El Aceituno, un excelente Isak Ferriz, y la del Gobernador (Luis Callejo) y don Anastasio (Pedro Casablanc), con el añadido de “una tercera vía”, que en esta ocasión correspondería a Ginés García Millán, progresista afrancesado.

Corren los primeros años del siglo XIX. Son tiempos convulsos que describirán con precisión viajeros británicos como George Borrow y Richard Ford. En la serie será John, un escritor hispano-británico, quien dejará constancia de un país que está a punto de amotinarse en Aranjuez, iniciar la Guerra de la Independencia y convocar las Cortes de Cádiz.

Escribir sobre Libertad exige citar a la muy popular Curro Jiménez y, también, a Llanto por un bandido, de Carlos Saura, citas que a su vez presentan las dos opciones narrativas posibles: ¿largometraje o serie? Urbizu y Movistar + lo resolvieron: las dos. Y no hay texto informativo o promocional que no aluda a los 135 minutos del largometraje o a los 250 minutos de la serie. Cabría una tercera opción lamentablemente desechada: reconvertir los 135 minutos del largometraje en una miniserie de tres capítulos de 45 minutos.

Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Más información

Archivado En