Cerco de Vox a Canal Sur
La formación de ultraderecha agrava el deterioro de la televisión andaluza al lograr un recorte del 10% a su presupuesto entre quejas de manipulación informativa
Canal Sur ha recibido esta semana un enorme jarro de agua fría que lo deja tiritando, más aún de lo que ya estaba: un tijeretazo de 14 millones -el 10% de su presupuesto- que se suma a una larga lista de problemas con una plantilla menguante, acusaciones de manipulación informativa y una escasa audiencia del 8%. Vox exigió al Gobierno andaluz (PP y Ciudadanos) un drástico recorte en la televisión a cambio de apoyar los Presupuestos de la Junta para 2021 y que salie...
Canal Sur ha recibido esta semana un enorme jarro de agua fría que lo deja tiritando, más aún de lo que ya estaba: un tijeretazo de 14 millones -el 10% de su presupuesto- que se suma a una larga lista de problemas con una plantilla menguante, acusaciones de manipulación informativa y una escasa audiencia del 8%. Vox exigió al Gobierno andaluz (PP y Ciudadanos) un drástico recorte en la televisión a cambio de apoyar los Presupuestos de la Junta para 2021 y que salieran adelante, y ganó el pulso. Eso sí, en la mesa había puesto una rebaja de 30 millones y el cambio de nombre del canal, que se estudiará más adelante.
La cadena presenta achaques serios tras 32 años de historia, con equipos obsoletos, una plantilla envejecida de 1.410 trabajadores -300 menos que hace una década- y los nuevos contratos congelados. En 2008 el presupuesto era de 251 millones, hoy son 140 y bajando. “El acuerdo político alcanzado es un golpe duro para Canal Sur”, admite su director general, Juan de Dios Mellado, que desconoce de momento qué partidas podará. “Pero no se despedirá a nadie”, advierte. Sin embargo, la plantilla -con 57 años de media- desconfía y anuncia nuevas protestas a partir de la próxima semana tras sufrir dos fundidos a negro el pasado febrero y con el ERE de Telemadrid y el apagón de Canal 9 en el retrovisor.
Vox empezó exigiendo la eliminación de la televisión autonómica. Fue en diciembre de 2018, cuando negociaba un pacto de Gobierno con el PP y Ciudadanos. No lo logró, pero ahora busca su asfixia financiera. El pasado enero su portavoz parlamentario andaluz, Alejandro Hernández, tildó de “perrillos” a los periodistas de la cadena tras exigir que dejaran de denominar “extrema derecha” a su formación. Y escribió en Twitter: “Hasta aquí hemos llegado”. ¿Qué significa esa expresión?, le preguntó un redactor. “Ya lo irán viendo”, remató.
10 días después de esa amenaza aterrizaba al frente de los informativos Álvaro Zancajo, exdirector del Canal 24 horas de RTVE, y desde entonces los órganos de control de calidad comenzaron a denunciar casos de manipulación informativa, cuyo último hito fue no informar de la reciente sentencia del caso Gürtel en su informativo de la noche, presentado por Mariló Montero. Mellado pidió perdón en el Parlamento por lo que tildó de “mala praxis informativa”.
“La manipulación es burda, autoritaria y con expedientes disciplinarios sancionadores a redactores a los que se les exigía mentir, que es muy duro. Algunos incluso han enfermado”, relata Chelo Gutiérrez, componente del Consejo Profesional, el órgano que vela por el cumplimiento del código deontológico y el derecho a la información en el ente andaluz. Emilio Maíllo dirigía el informativo local de Sevilla hasta que el pasado abril recibió la orden de abrirlo con una cacerolada impulsada por Vox frente al Ayuntamiento, la cual ya había sido noticia de portada el día anterior. Se negó. “Me cesaron a los dos días”, explica.
La delegación de Canal Sur en Madrid es un ejemplo extremo del giro de la cadena desde el pasado febrero. “Cubrimos la agenda de Vox y el PP, no hacemos periodismo. La situación en Madrid es tremenda: del Rey emérito solo hemos contado su salida del país, pero en cambio tenemos un máster en la tarjeta de Dina y el caso de Podemos, que está sobredimensionado. No sabemos hacer propaganda”, lamenta un redactor de esa delegación, que exige anonimato. El Consejo Profesional denunció hace dos semanas en un duro comunicado “la situación de dirigismo, enfrentamientos, discusiones, estrés, amenazas, tensiones y caos en la delegación de Madrid (…) En lo estrictamente informativo supone una cadena de incumplimientos del Estatuto Profesional de la RTVA”. El órgano no obtuvo respuesta a sus quejas.
Su responsable, Carmen Torres, nombrada junto a Zancajo, ha propuesto abrir dos expedientes en nueve meses pese a que solo hay nueve empleados, aunque uno de ellos ya ha sido archivado por Mellado al no apreciar irregularidades. Tanto Torres como Zancajo han rechazado opinar para este reportaje. “Hay una tendencia al alza de expedientes para resolver conflictos laborales pese a que existe un servicio de mediación. Es una lógica represiva y no de diálogo”, critica Joaquín Távora, representante de CC OO.
En paralelo, el Consejo Audiovisual de Andalucía denunció parcialidad informativa de la televisión autonómica el pasado julio en un informe crítico tras analizar 200 horas de emisión entre marzo y abril: “El prestador [Canal Sur] realiza una selección de la información que destaca los aspectos positivos de la gestión del Gobierno autonómico y que es una constante en todos los noticiarios. Así, no se ha localizado en toda la muestra ninguna pieza crítica con la gestión de la Junta, a excepción de las que realizan los partidos de la oposición”. Y abunda: “De modo general, el formato utilizado para la información autonómica es el de periodismo de comparecencias, valiéndose de una única fuente, la oficial, para todos los asuntos”. El informe subrayaba que Vox obtenía un 5,8% del tiempo de voz con 11 diputados, mientras que Adelante Andalucía tenía un 2,2% con 17 diputados. Sin embargo, el papel necesario del grupo ultra para que el Gobierno autonómico saque leyes adelante dispara su exposición mediática en esta comunidad.
El presidente de la institución, Antonio Checa, quita hierro a las críticas de los técnicos que analizaron la imparcialidad de los informativos: “En general se cumple el pluralismo, aunque se detectan fallos puntuales que pueden tener cierta relevancia, pero no hay grandes diferencias con la etapa anterior [cuando gobernaba el PSOE]”.
Carlos Morillas, nombrado a propuesta de Vox en el consejo de RTVA, suaviza el discurso radical contra la cadena y alega que es necesaria una “mayor racionalización” del gasto ante el “tamaño elefantiásico” de Canal Sur. “No se trata de que desaparezca, hay que darle una oportunidad, pero desde la eficiencia. En Canal Sur se tira dinero históricamente”. El acuerdo de PP, Ciudadanos y Vox incluye la eliminación de la Fundación Audiovisual de Andalucía y de uno de los tres canales de la RTVA.
Las críticas de fondo afectan a los contenidos y al cambio informativo para primar la actualidad nacional frente a la regional, e invertir así la tradicional ventaja de proximidad de la cadena. “Los informativos están muy centrados en los temas nacionales y los andaluces quedan marginados. La sociedad civil andaluza y los sindicatos no existen, solo la patronal”, censura un miembro del colectivo de periodistas de CC OO en RTVA.
El pasado febrero el comité intercentros -órgano que representa a la plantilla- desconvocó una huelga para retomar las negociaciones sobre las nuevas contrataciones de personal, “que ahora se van al garete con el acuerdo con Vox”, critica su presidenta, Rut Mingorance. Távora califica la coyuntura como “el peor momento de nuestra historia en cuanto a presupuesto y aceptación social”. Y añade: “Durante la pandemia, Canal Sur es la televisión que menos ha crecido de todas las autonómicas. Pero que Vox se cebe con este medio público, con un presupuesto muy inferior a otras televisiones y que solo representa el 0,35% del total [40.188 millones], es significativo. Ellos no van a sanear cuentas, sino a ajustar cuentas con quien representa lo público y la autonomía andaluza”.