‘Élite’: una muerte más y nos graduamos
El reparto del éxito afronta, en el estreno este viernes de la tercera temporada, su despedida de la serie que les hizo estrellas internacionales
¿Hay algo de realidad en Élite, la serie de adolescentes superricos con cuerpos de modelo que se matan y secuestran entre ellos, se drogan y entran en universidades de prestigio? Carlos Montero y Darío Madrona, creadores de la serie, creen que si hubieran tenido la misma adolescencia que la de sus protagonistas, es muy probable que no estuvieran vivos: “Nuestra adolescencia, la suya [Madrona] en Murcia y la mía en Galicia fu...
¿Hay algo de realidad en Élite, la serie de adolescentes superricos con cuerpos de modelo que se matan y secuestran entre ellos, se drogan y entran en universidades de prestigio? Carlos Montero y Darío Madrona, creadores de la serie, creen que si hubieran tenido la misma adolescencia que la de sus protagonistas, es muy probable que no estuvieran vivos: “Nuestra adolescencia, la suya [Madrona] en Murcia y la mía en Galicia fueron totalmente antagónicas a la que mostramos en la serie”, cuenta Montero, de 47 años. Según Madrona, de 41, “hay una parte de fantasía no cumplida que se puede vivir a través de los personajes en la ficción”. Montero añade que el éxito de Élite radica aquí y que el espectador adolescente sabe que es un modelo de vida completamente “mentira” y “aspiracional”. En resumen, el estilo de vida del estudiante de secundaria es, lógicamente, menos excitante que el que se muestra en la pantalla.
Ambos crearon esta serie hace dos años para Netflix, que este viernes estrena su tercera temporada. Cuenta con un total de ocho episodios, que pondrán punto final al eje sobre el que se articula la trama, el asesinato de la rebelde Marina, interpretada por María Pedraza en la primera entrega. De nuevo, veremos a la actriz Ainhoa Santamaría en el papel de inspectora, que esta vez interrogará a los protagonistas en la discoteca donde se celebra una fiesta de graduación, escenario de otra muerte, esta vez la de Polo (interpretado por Álvaro Rico), precisamente el asesino de Marina. Una vez más la temporada se estructura alrededor de las preguntas de la inspectora, que ya son todo un sello de la casa, sobre la muerte de este personaje.
Pero los giros de esta trama no andan tan lejos de los cambios que ha provocado la serie en la vida de quienes la hacen. Casi todos los miembros del elenco, que cuenta con Omar Ayuso, Ester Expósito o Mina El Hammani entre otros, se han convertido en auténticas celebridades mundiales. Netflix les ha proporcionado una lanzadera profesional para llegar a audiencias globales a las que difícilmente habrían accedido de otra forma. Cuentan con millones de seguidores en Instagram, un indicador que gradúa la relevancia entre los más jóvenes. Este reconocimiento tiene muchas cosas positivas, pero también tiene su lado malo: “Tiene que ver con la pérdida de privacidad, estar en el punto de mira todo el rato o no poder sentirte una persona desconocida”, como afirma el propio Arón Piper.
Tanto en la realidad como en la ficción, con esta temporada se cierra un ciclo, ya que abarca los últimos meses de los estudiantes en el colegio de élite Las Encinas. La actriz Claudia Salas define así el sentimiento de los últimos días de rodaje: “Se parece a una despedida de amigos de verano, que no sabes cuando vas a volver a ver”. Su compañera Georgina Amorós, va más allá: “Todos juntos hicimos mucha familia y que te quiten eso da muchísimo vértigo”. “Hay un punto de esta temporada en el cual los chicos tienen que decidir qué quieren estudiar y qué quieren hacer con su vida, y yo me acuerdo de cuando estaba en bachillerato y no sabía qué quería estudiar. Yo quería dedicarme a esto pero estaba en plan: pero esto no tiene futuro, voy a estudiar otra cosa”. Aunque, admite Amorós, en su colegio “no hubo tantas muertes”.
A la hora de comparar sus vivencias durante la adolescencia con las que interpretan, los integrantes latinos de Élite encuentran grandes discrepancias. Es el caso de Danna Paola, que lleva a las espaldas toda una carrera de actriz y cantante en México incluso antes de la serie, ella hizo homeschool, educación a distancia. Con la producción de Netflix tuvo la oportunidad de vivir una graduación de verdad: “Hay cosas que como actriz te toca vivir que no has experimentado en tu vida real”. La experiencia de Jorge López, fichaje chileno de la segunda temporada, también contrasta con el joven perdido e inmerso en las drogas y el alcohol que interpreta: “Yo en el colegio era el mejor alumno. Salí con honores en notas, pero era el peor en conducta”.
Darío Madrona cita a Kevin Feige, presidente de los Estudios Marvel, y responsable de acabar con aclamaciones internacionales la saga de superhéroes de la casa, al explicar el secreto de un buen final: “Lo importante es aterrizar bien. Se intenta que el final sea coherente, que tenga sentido y sobre todo, que sea emocionalmente satisfactorio para el público. Lo hemos conseguido y eso haría que el último capítulo fuera mi favorito”. Montero coincide con su colega: “Lo bueno de tener a Darío al mando es que siempre se aterriza bien”.