La polarización perfecta: así es la batalla de Madrid en Twitter
Un análisis de 65 tendencias vinculadas a las elecciones en la Comunidad refleja cómo los usuarios de la red premian las posturas más divergentes
La polarización es una crítica repetida contra las redes sociales. Pero la campaña para las próximas elecciones del 4 de mayo en Madrid aspira a convertirse en un ejemplo de libro. El debate del pasado miércoles se vivió con esa consigna en Twitter. En el gráfico se representan los retuits de una muestra considerable del hashtag #DebateTelemadrid: las relaciones dan lugar a dos universos paralelos alejados el uno del otro. Los tuits más virales son puñaladas que se lanzan entre los bandos. En la lista de tuits y usuarios con más interacciones en el último mes, casi todo son zascas, quejas, sarcasmos y faltas de respeto. Las cuentas de los medios de comunicación, de periodistas o usuarios moderados o no claramente partidistas son espectadoras del griterío.
EL PAÍS ha analizado una extensa muestra de 1,5 millones de tuits extraídos de las 65 tendencias en Twitter sobre las elecciones en Madrid desde el 13 de marzo al 22 de abril, día posterior al debate de Telemadrid: Galapagar, Vallecas, #4MconPabloIglesias, Toni Cantó, Menas, #DebateTelemadrid o #VotaLibertad, son algunos ejemplos. A continuación, etiquetamos más de 200 cuentas que obtuvieron el mayor número de retuits y likes agregados. La mayoría de ese grupo de usuarios eran políticos, partidos o cuentas anónimas a favor de partidos de derechas (105) o de partidos de izquierdas (92). Los 32 medios y periodistas etiquetados en la muestra apenas generaron un 15% de las interacciones que lograron los usuarios más partidistas.
Si Twitter fuera la Superliga, el PP habría hecho un fichaje extraordinario con Toni Cantó. Un tuit sobre Cantó del responsable de comunicación online del Partido Popular, Ismael López Martín, fue el más viral de la base de datos. La cuenta de Twitter del propio Cantó es la que ha generado más interacciones globales en la base de datos. Es posible que su protagonismo tenga que ver con su salto de Ciudadanos al PP, porque Toni Cantó también fue tendencia por sí mismo, pero tanto sus tuits como el tuit más viral de la base de datos no tienen relación con su cambio de partido.
Detrás de Cantó, los otros dos usuarios con más interacciones son dos políticos de Vox: Macarena Olona y Santi Abascal. A continuación vienen el activista PabloMM y Pablo Iglesias, único candidato a las elecciones en Madrid que tiene impacto gracias a su propia cuenta. Detrás de este grupo de cabeza se combinan distintos perfiles: el periodista y documentalista Antonio Maestre, el responsable de comunicación online del PP Ismael López, el propio partido Vox, la activista Protestona1 o el atleta convertido al activismo Roberto Sotomayor. Una larga lista de políticos y fans muy polarizados, tanto anónimos como identificables, son las cuentas que dominan la conversación de manera apabullante sobre las elecciones en Madrid. Entre los 40 primeros puestos los únicos medios que aparecen son EL PAÍS, Okdiario y eldiario.es.
El tono de los tuits con más reacciones en la base de datos da una idea más concreta de lo que premian los usuarios en Twitter. Todos logran exacerbar las emociones en una dirección u otra. Después del tuit de López Martín sobre Cantó y RTVE, vienen estos ejemplos:
Cuando salen periodistas en lo más alto del listado suele ser con informaciones u opiniones que ponen en cuestión al rival político. Da la sensación de que los tuits favoritos equivalen a goles en la portería rival:
Entre los resultados destaca algo que ya se había visto en anteriores estudios de Twitter: la fuerza de Vox y sus cuentas oficiales respecto de otros partidos y cómo la derecha ha conquistado una red que tradicionalmente, sobre todo desde el 15M, se había asociado con la izquierda. Twitter se ha puesto más serio con los bots que solo amplifican la conversación. Más difícil de detectar son cuentas anónimas con comportamiento humano que apoyan a rajatabla líneas partidistas, pero que son llevadas por una empresa o un mismo grupo de personas: lo que ocurrió por ejemplo con el Barçagate.
Todo este panorama tiene algo de obvio y está muy visto, pero no por ello deja de ser importante. Las redes sociales empujan este contenido: “Los contenidos más polarizados y polarizantes generan más reacciones, siendo a su vez más visibles, lo que da una idea más polarizada de la realidad y a su vez tiene un efecto polarizante sobre el público”, dice Carol Galais, investigadora de la Universidad Autónoma de Barcelona. “Tiene efecto de profecías autocumplidas”, añade.
La pregunta de fondo es qué importancia tiene todo esto para las elecciones y la convivencia en Madrid y España. Twitter es utilizado por un 20% de los internautas para informarse, según la encuesta anual del Reuters Institute. Ese grupo estaría más animado a votar, según la evidencia: “La polarización percibida entre líderes y opciones aumenta las probabilidades de votar”, dice Galais. “Ser o estar expuesto a usuarios de Twitter muy polarizados, que generalmente están a su vez poco expuestos a opiniones contrarias a las suyas, metidos en cámaras de eco, y son poco tolerantes con las opiniones contrarias, aumenta las probabilidades de voto”, añade.
Pero, ¿cuáles son las consecuencias para el resto de la sociedad? Tomando en cuenta que en Facebook ocurre algo similar, en Twitter se añade un efecto secundario en los medios debido al gran número de periodistas que siguen la actualidad a través de esa red. Una consecuencia natural y comprobada es que los usuarios creen que su entorno se parece más a lo que ven en la red social: es decir, donde no hay moderados ni gente poco dada a reacciones emocionales ante espectáculos electorales: “He comprobado que la brecha partidista, es decir el grado en que la gente exagera el extremismo ideológico de afines a otro partido, es significativamente mayor entre la gente que usa las redes sociales para seguir las noticias”, escribe Chris Bail, profesor en la Universidad de Duke (EE UU) y director del Polarization Lab, en su último libro Romper el prisma de las redes sociales (que de momento no ha sido traducido al español). “La conexión entre el uso de redes sociales y la falsa polarización está impulsada por el hecho que los extremistas escriben mucho más a menudo que los moderados”, añade Bail.
Este panorama tiene también efectos en las formaciones políticas: “Los partidos se verían cautivos de las versiones más radicalizadas de su electorado, siendo cada vez más inflexibles, potenciando la polarización a su vez, expulsando del sistema y de la representación política al votante mediano, a las personas menos motivadas”, dice Galais.
Esta sensación de colmar las redes aparta del debate público a moderados, con lo que la sensación de batalla es permanente. Las consecuencias de este panorama a largo plazo son difíciles de describir, pero no parece que el uso de redes sociales vaya a disminuir como centro del debate público: “Aunque me duela escribir esto, creo que las redes seguirán siendo la plaza pública durante bastante tiempo”, concluye Bail.