Cómo vivir de tus seguidores: una idea que cuesta afianzar en España
Los creadores aún son reacios a probar plataformas como Patreon o Substack, que crecen mucho en EE UU
Si alguien quería felicitar el cumpleaños de su padre con un mensaje de Chuck Norris, ha llegado su momento. Cuesta 276 euros. La app que lo permite se llama Cameo. Su objetivo es simple: pagas desde unos euros a unos cientos y un famoso de primera, o de cuarta, te manda un mensaje personalizado. Algunos incluso están dispuestos a chatear. Hay quien lo usa para convencer a sus hijos de que se hagan la cama.
Cameo, fundada en 2017, ha llegado ahora a famosos españoles. Pau Gasol está ahí por 184 euros, por ...
Si alguien quería felicitar el cumpleaños de su padre con un mensaje de Chuck Norris, ha llegado su momento. Cuesta 276 euros. La app que lo permite se llama Cameo. Su objetivo es simple: pagas desde unos euros a unos cientos y un famoso de primera, o de cuarta, te manda un mensaje personalizado. Algunos incluso están dispuestos a chatear. Hay quien lo usa para convencer a sus hijos de que se hagan la cama.
Cameo, fundada en 2017, ha llegado ahora a famosos españoles. Pau Gasol está ahí por 184 euros, por ejemplo, y el dinero va a su fundación. También han aparecido el golfista Sergio García, el exfutbolista José Enrique, la cantante Natalia Jiménez, o los actores Alba Rico y Enrique Arce quien, según la compañía, es el español con más éxito. EL PAÍS se ha puesto en contacto con la agencia de Arce para preguntarle cómo le va y cuánto da a la ONG que anuncia y la respuesta ha sido poco útil: “Enrique se encuentra inmerso en la promoción de varios proyectos inminentes y desea mantenerse centrado en ellos”.
Cameo es un ejemplo curioso y tangencial de una tendencia vieja pero creciente entre creadores: vivir directamente de sus fans o seguidores. El artículo original “1.000 fans verdaderos” salió en la revista Wired en 2008. Desde entonces los crowdfundings y plataformas para facilitar la formación de comunidades y el pago no han parado de crecer. Patreon permite el pago mensual, Substack facilita el envío de newsletters, Supercast crea podcast, Teachable o Podia ofrecen herramientas para cursos online, Caffeine permite streamings. Todo sin olvidar el crecimiento astronómico de las redes sociales, que han permitido a muchos creadores darse a conocer ante miles de personas.
¿Qué ha cambiado ahora? La idea se está imponiendo. Patreon, fundado en 2013, ha permitido recaudar 1.000 millones de dólares a sus creadores, pero la mitad ha sido en el último año. Substack, lanzado en 2017, ofrece ya servicios jurídicos a sus usuarios y algunos se asocian entre ellos para compartir ideas. Un puñado de autores ganan decenas de miles de dólares al mes con sus newsletters. Sin embargo, mientras esto ocurre en Estados Unidos, en España una plataforma llamada Suscribia, similar a Substack, está casi terminada y a la espera de lanzamiento: “El problema que tenemos en España es que la gente no sabe monetizar audiencias”, dice Danny Saltaren, cofundador de Mendesaltaren, compañía detrás del proyecto. “Una persona con una newsletter grande gratuita será muy reticente a monetizar su audiencia porque tiene miedo a perderla. La conclusión a la que llegamos es que el potencial mercado es muy interesante pero hay que trabajar más el servicio que la tecnología”, añade.
EL PAÍS ha preguntado a Patreon y Substack por proyectos en español o desde España que tengan cierto éxito. Ninguna de las dos dio una respuesta clara. Patreon ofreció una lista desordenada de creadores alegando que muchos no comparten sus ingresos y que la herramienta para ordenar no funcionaba esos días. Aunque, según una portavoz de la compañía, hoy un 40% de creadores y patronos están fuera de EE UU y cree que un 75% de su mercado futuro está también fuera. Substack, por su parte, apuntó a la web NBAManiacs, que ha movido su plataforma de pago a Memberful por la comodidad de gestionar artículos gratis y de pago en la misma web. “Nos lanzamos en marzo de 2019 porque había que intentarlo”, dice Elio Martínez, fundador de la web.
Una decena de creadores españoles que trabajan en estas plataformas coincide en dos puntos importantes: uno, ser global y usar el inglés como lengua de comunicación da mucha ventaja y, dos, los modelos de pago que se apartan de la tradicional publicidad o patrocinio dan vértigo.
David The Mars Citizen ha creado una comunidad de 82 técnicos de sonido que le pagan cerca de 2.000 euros con Patreon: “Eso es un 30% de mis ingresos y aún tengo más de 70 personas en lista de espera”, dice. David sigue haciendo mezclas para artistas internacionales como Mala Rodríguez o Kidd Keo, y ha creado esta comunidad por petición externa: “Un conocido me dijo que por qué no hacía algún tutorial en YouTube y decidí probar. La misma persona al tiempo me dijo que probara a monetizarlo mediante Patreon”. Todos sus patreons tienen su móvil, comparten un chat de Discord y David, que tiene 39 años y vive en Zaragoza, resuelve problemas y comparte trucos. Su alcance es global: “Tengo patreons en EE UU, casi toda Centroamérica, casi toda Sudamérica, Rusia, Reino Unido, Guinea Ecuatorial y España”. Además, en su web, vende tutoriales.
Hace unos meses, el artista gráfico Miguel Galván, de 24 años y de Majadahonda (Madrid), probó suerte con una de sus texturas para el célebre videojuego Minecraft: “Subí una foto de uno de los materiales a un blog de Minecraft de la plataforma Reddit y se volvió viral”, dice. Las texturas llevan muchas horas y, si quería probar, necesitaba una fuente de ingresos. En abril se abrió una cuenta en Patreon: “Es una plataforma más cercana, donde los patrones pueden seguir el proyecto de cerca, probar todas las actualizaciones a medida que salen, darte su opinión, compartir ideas”, dice. También tiene su chat de Discord con los 1.132 patronos que le dan más de 6.500 euros mensuales.
La inspiración de Galván procede una web veterana de vieojuegos, Anaitgames. Lo lanzaron en 2015 y hoy tienen 1.268 patronos que dan también unos 6.500 euros. Esa cifra incluye el porcentaje que se lleva Patreon por su plataforma y las comisiones. “El paso a Patreon fue relativamente suave, aunque en ese momento tuviéramos miedo de darlo”, dice Víctor Martínez. “La otra posibilidad era cerrar y teníamos claro que queríamos seguir haciendo lo mismo”, añade. El miedo no ha cambiado y es uno de los grandes obstáculos. Ayuda que la alternativa sea cerrar.
Fuera de un interés creciente y vivo como los videojuegos, todo es más complicado. Kloshletter es con cerca de 25.000 suscriptores la newsletter independiente más grande y la única diaria de información general. Pero tras tres años, sigue sin ser rentable y sin una opción clara. “Mi modelo de negocio pasa por ofrecer a posibles anunciantes una buena base de datos, bien segmentada, para que puedan ofrecer sus productos en forma de patrocinios”, dice Charo Marcos, su fundadora, que hace año y medio dejó su trabajo para dedicarse solo a Kloshletter. La newsletter será siempre gratis, dice, aunque se plantea el micromecenazgo y el lanzamiento de productos paralelos como opciones.
En el mundo generalista, el periodista británico Matthew Bennet ha tomado otro camino: más de 125.000 seguidores en Twitter, pero una newsletter y una lista de WhatsApp solo para los 566 suscriptores de su Patreon, que en abril llegaron a ser 750, y que le dan unos 3.500 euros mensuales. Bennett empezó en 2013 con un medio digital en inglés, The Spain Report. Su idea era explicar España a extranjero. Tenía su sociedad y su plataforma propia de pago, pero “llegó al límite y di de baja la empresa”, dice. El proyecto cambió a Patreon en 2018 por sugerencia de un lector. Otro cambio fue pasar también a explicar España a los españoles: “Era un reconocimiento, agradecimiento, había tantos lectores en español. Lo pedían ellos”, dice Bennett.
Con ese cambio, Bennett recurrió también a un nuevo argumento comercial. “Es la misma diferencia por ejemplo entre el Financial Times y elDiario.es o el Guardian. La parte de transacción es la misma pero su argumento comercial es distinto”, explica. “El FT es más específico: muro de pago tras leer unos artículos. Mientras que The Guardian o elDiario.es son más de “apoya el periodismo independiente”, hagámoslo todos juntos. Yo al principio intentaba plantearlo como el FT: noticias y análisis a cambio de dinero. Pero he cambiado el enfoque comercial y ahora hago más argumentos abiertos y frecuentes a favor de un periodismo. Y ha funcionado”, añade.
Menos argumentos comerciales
Ese esfuerzo de venta requiere de menos argumentos comerciales cuando realmente te han echado de medios por amenazas de poderosos. Es lo que ocurrió con el podcast en catalán La Sotana, que habla sobre todo del Barça. “Fue cuando se consumó el fracaso de nuestra relación con los medios tradicionales”, dice Manel Vidal, miembro del equipo. “Pasamos por Ona de Sants, la SER y Betevé (la tele pública de Barcelona), de donde nos echaron por presiones del Barça y el Espanyol, con amenazas de querella por parte del club blaugrana”, añade. Volvieron a la autoproducción y Patreon fue el camino. “Ni de coña nos esperábamos el éxito que tuvimos”, dice Vidal. Sacan algo más de 5.000 euros de 1.220 personas. Sus planes, sin embargo, terminan ahí: seguir haciendo un programa y cobrar algo. Todos los miembros tienen trabajo fuera de La Sotana. No hay que olvidar que tener un proyecto por el que la gente pague ayuda a encontrar otros trabajos.
El esfuerzo para crear contenido necesita también de menos venta comercial cuando se tiene un nicho con potencial. La tecnología es uno de ellos. Alex Barredo tiene una newsletter y podcast diarios llamados Mixx.io. Cobra 750 euros semanales a empresas que quieran llegar a sus 8.300 suscriptores: “Elegí el sistema de patrocinios porque era más fácil llegar a la cifra crítica de ingresos mínimos que esperaba”, dice. “Para alguien que cuente con una popularidad previa muy alta, puede arrastrarla y asegurarse un número alto de abonados antes de lanzar”.
Jaime Novoa se saca cerca de 2.000 euros al mes con una newsletter semanal en inglés sobre startups españolas llamada Dealflow que reciben 6.800 personas. El dinero procede también de patrocinios. “¿Por qué no hay más newsletters de pago en España? ¿Hay mercado para ello?”, se pregunta Novoa. “Yo creo que sí, sobre todo en determinados verticales (¿deporte, por ejemplo?), pero cuando todavía la mayoría de medios españoles están introduciendo planes de pago, me imagino que el consumidor medio tardará un poco más en pagar por este tipo de productos”, añade.
Este panorama parece el año cero de la creación independiente en España en Internet, cuando en EEUU hay newsletters haciendo periodismo de investigación o moviendo mercados. La tendencia, sin embargo, hacia nichos más concretos y relaciones más personales parece inevitable. La desintermediación ocurre en muchos otros sectores gracias a la Red. “Antes nos aburríamos”, dice Chris Best, CEO de Substack en Protocol. “Durante los últimos 20 años Internet, el móvil y las redes sociales con sus feeds algorítmicos se han comido eso. Ahora puedes distraerte cada segundo, si así lo deseas. Tu atención ya está completamente ocupada, así que el único modo de mejorar tu dieta informativa es una atención más sabia, en cosas que te parezcan más valiosas”, añade. Sus creadores favoritos parecen una de esas salidas.