Las pequeñas redes sociales preparan el asalto ante la crisis de las grandes

El 'hackeo' de Twitter y las polémicas políticas en las que se han visto envueltas Facebook y TikTok podrían dar a las plataformas alternativas el empujón que llevan años esperando

'Gulliver y los liliputienses', Jehan-Georges VibertHeritage Images (Heritage Images/Getty Images)

“En un año, lo hemos petado o hemos desaparecido”, asegura Vicente Pechuán, fundador y CEO de PECH Network Services, una startup que trabaja desde hace dos años en Launchyoo, una red social made in Spain que promete a su público un espacio sin algoritmos, bots, censura y anuncios continuos, bajo el lema “el algoritmo eres tú”. Actualmente cuentan con unos 10.000 usuarios. En un año aspiran a superar los dos millones. Y ahora, con Facebook en medio de un ...

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“En un año, lo hemos petado o hemos desaparecido”, asegura Vicente Pechuán, fundador y CEO de PECH Network Services, una startup que trabaja desde hace dos años en Launchyoo, una red social made in Spain que promete a su público un espacio sin algoritmos, bots, censura y anuncios continuos, bajo el lema “el algoritmo eres tú”. Actualmente cuentan con unos 10.000 usuarios. En un año aspiran a superar los dos millones. Y ahora, con Facebook en medio de un boicot global entre sus anunciantes, Twitter capeando el temporal levantado por el peor ataque que ha sufrido en su historia y TikTok con su fiabilidad puesta en duda, puede que sea un buen momento. “Lo que hace falta es la verdadera sostenibilidad cultural. Tiene que haber algo más y tiene que ver la huella que esa empresa deja en el mundo. Cómo se posiciona con respecto a la sociedad y debería ser una parte importante de nuestra decisión”, prescribe Pechuán, convencido de que su propuesta cumple con esos requisitos.

El negocio de estas pequeñas redes está basada en la publicidad ―pero no dirigida, como en otras grandes redes― y modelos freemium. Launchyoo tiene por ahora la vista puesta en el mercado hispanohablante. “Tenemos presencia principalmente en España, México, Argentina y Perú”, precisa el emprendedor. Desde que lanzaron su nueva app, en enero, hasta ahora, han alcanzado 50.000 descargas. Pero no todo son vientos favorables: “El coronavirus nos ha hecho mucho daño. Nuestra previsión para diciembre es tener 150.000 descargas, casi la mitad de lo que esperábamos conseguir, y veíamos posible por las proyecciones, antes de la pandemia”.

Facebook y otros gigantes son en realidad compañías de datos haciéndose pasar por redes sociales
Mark Weinstein, Mewe

Launchyoo no es la única red social alternativa que está intentando arrimar su sardina al incendio que atraviesan las mayoritarias. MeWe, con 10 millones de usuarios, tiene bastante camino hecho, pero apenas unos centímetros comparados con los cientos de millones que acumula la red de Zuckerberg. “Mientras siguen creciendo las repercusiones para Facebook, más y más gente busca una alternativa de alta integridad donde puedan disfrutar de las funciones de las redes sociales sin ser espiados o manipulados”, explica Mark Weinstein, CEO de esta plataforma lanzada en 2016. Su ambición es alcanzar los 40 millones de usuarios a finales de 2020. Entre sus cantos de guerra está la afirmación de que no usan tecnologías de reconocimiento facial y la garantía de que todo el contenido generado por el usuario sigue perteneciendo a este. Si elimina su cuenta, se lo lleva consigo. “La realidad es que Facebook y otros gigantes son en realidad compañías de datos haciéndose pasar por redes sociales. Y sus verdaderos clientes son los anunciantes y políticos, que les pagan por manipular a sus usuarios”, añade Weinstein.

La apuesta de Minds es la transparencia. Esta red social, fundada en 2011 por Bill Ottman y lanzada al público cuatro años más tarde, se muestra ante sus usuarios como los ingenieros la trajeron al mundo. “Mind es totalmente transparente y usa código abierto. Cualquiera puede inspeccionar los algoritmos”, asegura Ottman. Además, esta plataforma, de apariencia muy parecida al Facebook de antes, asegura que no existe ningún tipo de monitorización de los usuarios. Que estos tienen acceso a sistemas de monetización de los contenidos que generen y que no ven el alcance de lo que publiquen limitado por la propia plataforma. “Facebook restringe el alcance y el discurso. ¡Sólo llegas a un 5% de tus fans!”.

¿Morirá Facebook?

Pese a su decidida crítica del modelo instaurado por la red social de Mark Zuckerberg, los fundadores que buscan un hueco en la línea sucesoria no están tan seguros de que Facebook sea mortal. “Nosotros no nos fiamos. Ya hace años del escándalo de Cambridge Analytica, y el hecho de que lo sepamos no ha cambiado nada. Hay una reticencia social a premiar los aspectos positivos de la ética y la transparencia y, del mismo modo, a premiar los negativos”, razona Pechuán. En este sentido, el fundador de Launchyoo prefiere centrarse en las ventajas y nuevas funcionalidades de su red, en lugar de esperar a que el gigante reciba una estocada letal que tal vez no llegue nunca.

Ottman tampoco cree posible que imperios casi monopolísticos como el de Facebook y Google puedan desaparecer de la faz de la tierra. “Están demasiado embebidos en la web”, señala. Lo que sí ve más viable es que el clima actual y el “uso de presión pública masiva” fuercen un cambio de prácticas que dé algo de aire al resto del ecosistema. “Lo que tiene que ocurrir es que las alternativas estructuradas éticamente se vuelvan igual de poderosas. Esto forzará a Facebook y a otros a evolucionar, porque así lo demandará el mercado”.

Juego de tronos

Las aspirantes no solo necesitan que Facebook cambie. Su supervivencia exige que los usuarios también decidan cambiar de patio de vecinos digital, construir su vida en el nuevo, y esperar a que lleguen conocidos al barrio. Y las mudanzas no gustan a nadie. ¿O sí? “Después de lidiar con tantas violaciones por parte de los actuales gigantes de las redes sociales, la gente está lista para empezar de cero con un nuevo yo digital”, promete Weinstein. Pero esa transición implica perder la confianza en una plataforma y estar dispuesto a depositarla en otra. “La ironía de construir confianza digital es que el objetivo es en realidad construir desconfianza. De manera que la gente no tenga que fiarse de ti porque la tecnología evita que los gobernantes supremos se vuelvan malvados”, razona Ottman.

¿Ocurrirá todo esto? Pechuán no está tan convencido de que los usuarios estén preparados para dar el paso, a la vista del actual ritmo de crecimiento de su plataforma. “Mi sensación es que quizás Launchyoo haya llegado demasiado pronto”, admite. ¿Cambiará el ecosistema? Lo sabremos dentro de un año. Pero se pongan como se pongan, lo que no van a poder evitar estas nuevas redes sociales es operar en un mundo donde ataques y hackeos son el pan de cada día de cualquier plataforma que acumula un número suculento de usuarios. “En el caso de Launchyoo estamos todavía por debajo del radar, no somos una presa jugosa porque ya están Facebook, Instagram, Twitter o TikTok, que se llevan toda la atención. Pero, al ser el nuestro un producto muy nuevo, es más seguro que las grandes redes de ahora, que se basan en arquitecturas ya anticuadas y que han tenido que mejorar y actualizar pieza por pieza”.

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