Valencia prepara un proyecto pionero con datos de móviles para trazar el movimiento del coronavirus
Los objetivos principales son ver cómo se cumplen las restricciones y detectar puntos calientes
La Comunidad Valenciana prepara desde hace al menos una semana un proyecto con datos de móviles para conocer mejor la situación del coronavirus en su territorio. Los objetivos prioritarios de la autoridades locales son al menos tres: saber cómo se cumplen las restricciones de movimiento, buscar los puntos calientes para asignar mejor los recursos y entender mejor la movilidad de la población y por tanto del virus durante todo el periodo. Los datos son anónimos y agregados y procederán de operadoras, que son las encargadas de procesarlos.
“Los datos de movilidad real pueden ser muy impor...
La Comunidad Valenciana prepara desde hace al menos una semana un proyecto con datos de móviles para conocer mejor la situación del coronavirus en su territorio. Los objetivos prioritarios de la autoridades locales son al menos tres: saber cómo se cumplen las restricciones de movimiento, buscar los puntos calientes para asignar mejor los recursos y entender mejor la movilidad de la población y por tanto del virus durante todo el periodo. Los datos son anónimos y agregados y procederán de operadoras, que son las encargadas de procesarlos.
“Los datos de movilidad real pueden ser muy importantes para nuestros modelos epidemiológicos, sabiendo que en la Comunidad Valenciana estamos en un territorio caracterizado por la alta movilidad, sobre todo en los últimos días”, explica Ana Berenguer, directora de Análisis y Políticas Públicas de Presidencia de la Generalitat Valenciana. “Hemos visto sobre todo en el fin de semana una aceleración en el número de infectados y nuestra hipótesis es que está vinculado a la alta movilidad procedente de fuera de la Comunidad”, añade.
Además de aclarar el origen, los datos de movilidad son básicos para comprobar ahora cuánto se ha reducido la movilidad. La Organización Mundial de la Salud recomienda un descenso drástico de la movilidad y la reducción de contactos en un 75% para que sea significativo para frenar la pandemia. Los datos permitirían también comprobar dónde hay aún aglomeraciones de individuos para limitar los focos de contagio o puntos calientes.
El Instituto Nacional de Estadística lanzó un proyecto similar hace unos meses para entender cómo se movían los españoles. Los datos estaban reunidos para celdas de al menos 5.000 personas. La decisión provocó una polémica malentendida sobre privacidad. Ahora Valencia retoma e impulsa localmente esa idea con un objetivo mucho más concentrado. Esta información no es individual ni depende de rastrear el movimiento y los contactos de cada persona que ha dado positivo, como ha ocurrido con apps de algunos países asiáticos.
Italia, Alemania y Austria han empezado con operadoras como Deutsche Telekom, Telecom Italia, Vodafone o A1 Telekom Austria a emplear servicios parecidos. En España, Álvarez Pallete, presidente ejecutivo de Telefónica, escribía la semana pasada: “Hemos puesto a disposición de las Administraciones Públicas y las Instituciones sanitarias nuestros servicios y capacidades para ayudar a contribuir a los esfuerzos para contener el brote: capacidades de Big Data y de gestión de datos anonimizados y agregados de nuestra red, datos de movilidad”. Hasta ahora no había trascendido ninguna iniciativa particular: “Aun no se ha concretado ningún proyecto”, decían este jueves fuentes de la compañía.
Hace años que científicos de datos reclaman un uso consensuado y razonable de estos datos agregados para ayudar en decisiones de políticas públicas. “Estamos en 2020, nos enfrentamos a esta pandemia y no estamos aprovechando la cantidad de datos que hay sobre el comportamiento humano”, dice Nuria Oliver, científica de datos, jefa en Data-Pop Alliance e impulsora del proyecto valenciano.
Un impulso personal
“Me empecé a mover la semana pasada. No podía más, éticamente sentía que debía intentarlo”, explica Oliver. “Contacté con la administración nacional y la Generalitat valenciana, con antiguos investigadores y con colegas en empresas de telecomunicaciones, escribí un artículo para EL PAÍS”, añade.
Como en el caso de la app sobre el coronavirus, la iniciativa privada y una buena recepción en una administración pública ha provocado un avance. Oliver se encontró con un planteamiento muy receptivo en Valencia: “Desde la Generalitat se ha hecho un esfuerzo interdepartamental para impulsar el análisis de datos y apoyar la toma de decisiones tan fundamental en las próximas semanas”, explica Berenguer. El proyecto se enmarca dentro de un plan de inteligencia artificial promovido por el gobierno autonómico. En regiones como la Comunidad Valenciana, que tanto dependen del turismo, un parón veraniego completo sería devastador.
La buena recepción en proyectos de datos no es algo tan común en la administración pública. Las empresas que tienen esos datos no han encontrado a menudo en las autoridades socios con la capacidad y las ganas de crear acuerdos estables. La supuestas falta de recursos y el temor a quejas por falta de privacidad –razonable en otros casos– ha causado que se encallen estas soluciones una vez y otra. Ahora ha llegado el día en que estos datos ayudan a salvar vidas y pocos saben a quién llamar. El coronavirus puede suponer un hito en el uso del llamado big data desde gobiernos de todos los niveles.
¿Qué son las matrices de movilidad origen destino que tanto pueden ayudar? Hacen una estimación de los flujos de movilidad entre distintos municipios, provincias, comunidades autónomas o países. “Esto es importante porque una enfermedad infecciosa no se extiende si la gente no se mueve. Saber por dónde la gente se mueve es valioso para saber cómo se propaga y en qué zonas lo hace”, explica Oliver.
“Si ya tienes un modelo hecho puedes hacer simulaciones y escenarios en función de diferentes estrategias de contención de la población: qué pasaría si se reduce la movilidad de la población en un determinado porcentaje y ves si aún hay demasiados infectados o no”, explica.
En un trabajo previo en México sobre la gripe A, Oliver comprobó que las recomendaciones a la población no sirven para nada. El único método ahora es que la gente se quede en su casa. “Las recomendaciones son la cosa más inútil que se puede hacer. Todos piensan que son para su vecino, no para ellos. Todos pensamos que tenemos motivos más importantes, que nuestra vida es más importante, que no nos vamos a contagiar. Lo que sirve son intervenciones obligadas y monitorizadas”, dice Oliver. “Ahora el único recurso es que la gente se quede en casa”, añade.