RedPad, la tableta comunista
Los funcionarios del partido disponen de un dispositivo móvil que cuesta el doble de una iPad
China tiene su propio buscador, sus propias redes sociales… y ahora su propia tableta. Se trata de la RedPad y está destinada a los miembros del partido comunista para que puedan leer los blogs permitidos o gestionar empresas de propiedad estatal sin usar la iPad “burguesa”, según explica Penn-Olson.
La tableta se basa en Android (Honeycomb) y lleva incorporadas las aplicaciones que necesita un funcionario para sus tareas diarias. Se entrega con un elegante estuche y el precio es de 1.225 euros,...
China tiene su propio buscador, sus propias redes sociales… y ahora su propia tableta. Se trata de la RedPad y está destinada a los miembros del partido comunista para que puedan leer los blogs permitidos o gestionar empresas de propiedad estatal sin usar la iPad “burguesa”, según explica Penn-Olson.
La tableta se basa en Android (Honeycomb) y lleva incorporadas las aplicaciones que necesita un funcionario para sus tareas diarias. Se entrega con un elegante estuche y el precio es de 1.225 euros, el doble que la iPad más cara. El aparato tiene una pantalla de 9,7 pulgadas, con una resolución de 1024 x 768 píxeles, un procesador Tegra 2, 1GB de RAM y 16GB de capacidad de almacenamiento.
La noticia de que está disponible para tres mil miembros del aparato burocrático chino ha despertado las suspicacias de los internautas locales sobre el precio y qué entidad lo costea. Los fabricantes han justificado la diferencia de coste con repecto a los productos de Apple por la cantidad de aplicaciones específicas que lleva instalada la tableta. Algunos internautas ya han tachado el producto de lujo para burócratas y otros, más irónicos, se complacen en destinar sus impuestos a dotar a la cúspide política de una tableta de este coste.
Se desconoce si hay planes para que el citado dispositivo entre en el mercado libre doméstico. Desde luego, se trata de una operación muy distinta a la de otros fabricantes de móviles que intenta no únicamente convencer al mercado local, también quieren entrar el otros países. Ahí está el caso de ZTE, el cuarto fabricante mundial de teléfonos móviles.