Reportaje:

Trucos para ser un jugador profesional

El juego en red, en auge desde que DooM y Quake hicieran acto de presencia, está cambiando radicalmente

Jugador profesional, ¿nace o se hace?. El juego en red, ya sea local o por Internet, en auge desde que DooM y Quake hicieran acto de presencia, está cambiando radicalmente. En un primer momento, jugábamos para pasar buenos ratos o echarnos partiditas con los colegas.

Hoy día, todo esto ha variado y el mundo del juego en red se ha convertido en un sector competitivo con ligas, torneos, premios (tanto en metálico como en hardware) y con una verdadera red de jugadores que entrenan hasta acabar exhaustos. Todo buen jugador, buscará mejorar su experiencia de juego y para ello, se servirá de ...

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Jugador profesional, ¿nace o se hace?. El juego en red, ya sea local o por Internet, en auge desde que DooM y Quake hicieran acto de presencia, está cambiando radicalmente. En un primer momento, jugábamos para pasar buenos ratos o echarnos partiditas con los colegas.

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Hoy día, todo esto ha variado y el mundo del juego en red se ha convertido en un sector competitivo con ligas, torneos, premios (tanto en metálico como en hardware) y con una verdadera red de jugadores que entrenan hasta acabar exhaustos. Todo buen jugador, buscará mejorar su experiencia de juego y para ello, se servirá de todo tipo de componentes informáticos. Señores, bienvenidos a la era del juego profesional.

Hace ya bastantes años la informática irrumpió en nuestras casas. El ordenador se convertía así en el aparato electrónico obligatorio para todas aquellas familias que tenían hijos en edad escolar. El ordenador personal era el instrumento perfecto para buscar información y realizar todos los trabajos. Hoy día todo esto ha cambiado y los ordenadores han pasado de ser centros de consulta a ser centros de ocio.

De este modo, compramos los ordenadores en función a sus capacidades para jugar. Aunque más concretamente, compramos el ordenador para jugar a un juego determinado. Esto ha pasado con la salida de juegos como HL2 y DOOM3. Los jugones, nada más saber cuáles eran los requisitos para poder jugar "sin problemas", se echaron a la calle para hacerse con los mejores componentes. Esto ha generado un sin fin de intereses por parte de las empresas de hardware ya que el hecho de asociarse a un determinado juego se convierte en garante de éxito.

Así, es como han empezado los duelos NVIDIA vs ATI, AMD vs PENTIUM aunque este último ya existe desde tiempos remotos…

Por otro lado tenemos las tiendas de informática que aprovechando esta situación para ganar unos cuantos euros, ofrecen a los jugadores ordenadores configurados para dar el rendimiento óptimo en sus juegos. Desde ordenadores de "gama baja" hasta equipos con tarjetas gráficas de infarto que alcanzan un precio muy elevado.

Por otro lado, tenemos las populares cajas que se están extendiendo ahora con el fenómeno del modding. Desde torres que tienen un tamaño increíblemente reducido hasta equipos decorados con motivos de los juegos. A esto hay que añadir también los refrigeradores de última creación, las luces internas y toda esta nueva parafernalia que rompe con el blanco tradicional de las torres de nuestros ordenadores.

La batalla por los FPS

Una vez que disponemos de ordenador, sólo necesitaremos alcanzar el mayor número posible de FPS. Los FPS (frames per second) son el número de imágenes que nuestro equipo es capaz de procesar por cada segundo. Cuantas más alcancemos, mejor jugaremos. Una media baja de FPS sólo nos traerá inestabilidad en el juego y continuas ralentizaciones.

El mayor problema para un jugón son los FPS. Mientras mayor sea el número de personajes en pantalla, más decaerá el número de frames. Es en los shooters donde más importancia gana esto. Si nos vemos inmersos en una batalla en la que se nos presentan de golpe y porrazo muchos enemigos, veremos como debido a los tirones producidos por la falta de potencia del ordenador aparecemos muertos sin habernos enterado de quien nos disparó y por experiencia propia, puedo decir que es algo muy molesto. Estos tirones no deben confundirse con el lag que aparece cuando tenemos conexiones lentas o malas, sobre todo jugando en Internet, no en red local.

Para mejorar el número de FPS, tendremos que realizar mejoras en nuestro hardware. Una buena tarjeta gráfica, un aumento de la memoria RAM o en los peores casos, el cambio del microprocesador son las mejores soluciones. El gran problema, como no, se encuentra en el tema económico ya que la gran mayoría de los jugadores de a pie, no disponemos de los euros necesarios para realizar esos cambios cada vez que un nuevo motor gráfico sale al mercado. Pero no todo va a ser tan negativo. A veces, sólo nos bastará con actualizar los controladores -drivers- de nuestra tarjeta gráfica para encontrar una mayor estabilidad

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