III CONGRESO DE PERIODISMO DIGITAL

La Universidad toma la palabra

Rafael Höhr expone su visión de la infografía en el periodismo digital

La Universidad ha tomado la palabra en la ponencia que ha abierto el III Congreso de Periodismo Digital que se celebra los días 17 y 18 de enero en Huesca. Juan Antonio García Galindo, vicedecano Investigación y desarrollo de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga, Xosé López García, decano de Ciencias de la Información de Santiago de Compostela y Javier Díaz Noci, introducción al periodismo de Internet de la Universidad del País Vasco, han analizado la situación del periodismo digital en la Universidad española.

García Galindo se ha mostrado preocu...

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La Universidad ha tomado la palabra en la ponencia que ha abierto el III Congreso de Periodismo Digital que se celebra los días 17 y 18 de enero en Huesca. Juan Antonio García Galindo, vicedecano Investigación y desarrollo de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga, Xosé López García, decano de Ciencias de la Información de Santiago de Compostela y Javier Díaz Noci, introducción al periodismo de Internet de la Universidad del País Vasco, han analizado la situación del periodismo digital en la Universidad española.

García Galindo se ha mostrado preocupado por la velocidad con la que avanza la tecnología, en comparación con la rigidez planes de estudio, y por la falta de reflejos con la que la Universidad tradicionalmente afronta los cambios. Y ha expuesto unas vías para vencer esta desintonía: actualizar permanente de programas académicos y de las tecnologías, adecuar conocimientos, introducir nuevos contenidos o avanzar en la especificidad de estos medios. El reto, según él, no es menor: adecuar la formación de los alumnos a las necesidades del mundo laboral.

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Para López García la nueva realidad no ha hecho que varíe el objetivo fundamental de la Universidad: formar personas. Pero, según ha expuesto, el nuevo escenario requiere nuevos perfiles y por tanto, nueva formación. Una nueva educación en la realidad digital que, según él, no debe circunscribirse a los profesionales de las nuevas tecnologías, sino que, desde el lado de los usuarios, impone también una alfabetización desde la escuela.

También ha habido en este debate tiempo para reflexionar sobre el lenguaje usado por los periodistas digitales. Díaz Noci, que además es profesor de redacción, ha mostrado su preocupación por la actual generación de estudiantes, poco dada a la lectura y, por tanto, a la escritura. Según el profesor de la Universidad del País Vasco, Internet se ha convertido en una herramienta de importación de términos anglosajones absolutamente prescindibles, como chat (por "charla") u on line (por "en línea"). Y para conjurar estos errores, ha anunciado la aparición inminente de un manual de estilo de la UPV sobre el lenguaje digital.

El gráfico animado: "Un niño que engorda"

Más tarde, en la segunda ponencia de la mañana, el infógrafo de EL PAIS.es, Rafael Hohr, ha expuesto los pros y los contras de esa nueva -y exitosa- fórmula de expresión periodística que son los gráficos animados. Para Horh, la infografía debe estar al servicio del redactor digital, pero a la vez colaborar con la infografía de papel, con la que se pueden lograr interesantes sinergias. Incluso ha precisado cual debe ser su posición física en la redacción, frente a su hermana de papel. Un poco lejos para no contagiarse del tempo de la edición impresa, pero a "la distancia de un grito" para que la coordinación sea efectiva.

"El gráfico animado", ha explicado Hohr es "como un niño que va engordando", esto es se va enriqueciendo con el tiempo, a veces con las horas y a veces con los meses. Pero "cebar" a ese niño para que engorde tiene sus reglas.

Entre los problemas que encuentra Hohr en su trabajo están el mayor margen de error, derivado del trabajo en tiempo real y la ausencia de correctores; la tentación de sobrecargar en exceso la infografía y aburrir a un lector que no tiene todo el tiempo del mundo para descargarse la animación; la ausencia aún de un código de lectura intuitivo, lo que genera confusión en el lector ante algunos gráficos ("no sé donde pinchar"); o la tentación de convertirlo en un dibujo animado, inadecuado sobre todo cuando refleja una realidad dramática, como un atentado.

Las ventajas, además de las puramente estéticas, son más evidentes. La más obvia, la posibilidad de dar movimiento a la infografía. También, la de que unos gráficos sean cimientos de otros más complejos. Y, por supuesto, la de enriquecerlos cada día con elementos nuevos, aunque aquí puede surgir el problema de convertir la animación en una "historia interminable".