Los fallos del cribado que acabaron en muerte: “El cáncer mata a la gente a borbotones en Andalucía, pero no hay medios”
Tres mujeres relatan cómo sus madres y hermana murieron por diagnósticos erróneos o tardíos. El consejero de Justicia andaluz dice que las eventuales demandas no prosperarán
Sonia Jiménez, Inés González y Silvia Ferrer están furiosas, desconcertadas y a ratos resignadas. Sus familiares más cercanos fallecieron tras sufrir supuestos retrasos y errores en los diagnósticos del cáncer de mama, y la polémica que ha envuelto al Gobierno andaluz (PP) en su mayor crisis tras seis años en el poder, solo ha removido su dolor. Las tres sienten estupor cuando oyen ciertas declaraciones de los responsables políticos; han ordenado los documentos médicos que detallan la historia clínica de sus madres y hermana; y aún dudan sobre si darán el paso definitivo para interponer...
Sonia Jiménez, Inés González y Silvia Ferrer están furiosas, desconcertadas y a ratos resignadas. Sus familiares más cercanos fallecieron tras sufrir supuestos retrasos y errores en los diagnósticos del cáncer de mama, y la polémica que ha envuelto al Gobierno andaluz (PP) en su mayor crisis tras seis años en el poder, solo ha removido su dolor. Las tres sienten estupor cuando oyen ciertas declaraciones de los responsables políticos; han ordenado los documentos médicos que detallan la historia clínica de sus madres y hermana; y aún dudan sobre si darán el paso definitivo para interponer una demanda administrativa o judicial que repare el daño causado.
Sus casos son la cara más cruel del escándalo, el que deja 2.000 afectadas por los retrasos en el cribado de cáncer de mama, según cifró la Junta. En paralelo al resultado fatal de estas demoras, hay decenas de mujeres andaluzas que han sufrido el desarrollo de la enfermedad ―y que se han sometido a mastectomías, tratamientos agresivos o secuelas― porque nadie desde el sistema sanitario público les avisó de que su diagnóstico era dudoso. Tres semanas después del brote de la crisis, el Ejecutivo andaluz aún no ha aclarado la razón del fallo masivo que tanta angustia y tormento ha provocado.
Carmen Ríos, de 59 años, vecina de La Línea de la Concepción (Cádiz), falleció en menos de siete meses desde que se sometió al cribado de cáncer de mama en febrero de 2023. Su hija, Sonia Jiménez, de 36 años, lo detalla con crudeza: “Mi madre se notó un bulto palpable y visible, llamó al servicio de cribado y se hizo una mamografía el 9 de febrero de 2023. El resultado llegó a la semana siguiente, pero no tuvo hallazgos y le dijeron que estaba sana. Sin embargo, el bulto siguió creciendo durante marzo y abril. La patología avanzaba a paso de gigante y ya le dolía el pecho, que lo tenía caliente y el pezón le empezó a supurar”.
En abril Ríos reclamó al médico de cabecera porque veía el bulto crecer y crecer sin freno y el facultativo le recetó una ecografía que se retrasó dos meses, pese a que tenía carácter preferente. “Hasta el 26 de junio no se hizo la ecografía y la punción en el pecho, y eso que era preferente y habíamos tirado de contactos personales”, lamenta Jiménez. Los resultados no llegaron hasta el 19 de julio: cáncer metastásico bilateral con afectación al hígado, los pulmones y las vértebras.
“El bulto en abril era ya del tamaño de una mandarina y se le había retraído el pezón. Los médicos le reprocharon entonces que no hubiera acudido antes. No tengo ninguna duda de que el de la mamografía fue un diagnóstico erróneo”, zanja Jiménez, logopeda de profesión. Tanto ella como sus hermanos se plantearon emprender acciones legales contra la Junta andaluza para reclamar una compensación económica por el daño generado, pero finalmente desistieron. “Nos quitaron las ganas de demandar en la admisión del Hospital de La Línea, me insistieron en que no merecía la pena. ‘Tu madre tuvo mala suerte, esto es un accidente de coche y le ha tocado a ella’, me repetían. Ahora cada vez que cruzo la puerta del hospital, temblamos”, explica por teléfono.
Ríos falleció el 30 de agosto de 2023 y su hígado, muy afectado por el cáncer, no le permitió recibir quimioterapia y cuando ingresó en el hospital, lo hizo directamente en la unidad de enfermos paliativos. “Viví una pesadilla y todo fue monstruoso, no fue un error cualquiera. Mi madre tenía un bulto horrible en el pecho y la misma oncóloga y los estudiantes de la planta de oncología venían a verla y le hacían fotos y preguntas. El resumen es que mi madre se sometió a un cribado y se vio desahuciada, a pesar de que había síntomas súper visibles. El sistema no nos ayudó”, resume desolada. “Los médicos tardaron cinco meses en ponerse en marcha, pese a que mi madre tenía todos los síntomas: el pezón retraído, rojeces, calor en el pecho… hasta que el pezón se necrosó. De mala suerte, nada”, protesta. Poco después, el padre de Jiménez fue diagnosticado de un cáncer de pulmón metastásico y falleció el pasado febrero tras un año y medio de padecimiento.
En Sevilla, Inmaculada González, de 60 años, falleció hace solo dos semanas. Su hermana Inés, de 67 años y sanitaria de profesión, explica su calvario: “Inmaculada fue a pedir una mamografía en abril de 2024 porque se notaba un bulto en la mama izquierda. Un mes después yo lo toqué y dije ‘madre mía’, y pedimos cita en un centro privado y el 7 de mayo se hizo una ecografía, con diagnóstico Birads 4 [lesión sospechosa] y donde se veían los ganglios afectados”.
La recomendación médica fue hacer una biopsia y colocación de arpón [para marcar la masa tumoral]. Pagaron la biopsia, pero empezaron el camino hospitalario para operarse en el sistema público andaluz. “Cuando llegamos a casa de mi hermana nos encontramos la carta del cribado, que nos decía ‘nos es grato comunicarle que está usted sana y sin rastro de cáncer’ 35 días después de hacerse la mamografía. Nos fuimos corriendo al médico de cabecera del centro de salud de Pino Montano [un barrio de Sevilla] para pedirle que nos mandara al Virgen del Rocío”, relata.
“Si te haces una mamografía y les dices que notas un bultito con cuatro o cinco centímetros, ¿cómo pueden decir que no hay nada?”, interroga. En mayo el especialista de mama del Virgen del Rocío les derivó a la unidad de oncología y la enferma recibió quimioterapia hasta octubre. Pero pasaron tres meses hasta que se operó el 28 de enero, cuando le quitaron la mama entera y le vaciaron la axila. Más tarde, recibió tratamiento de quimio, radio e inmunoterapia desde junio hasta después del verano. “No entiendo que tardaran tres meses en operarla con un triple negativo, que corre como las balas”, concluye con desconsuelo.
Inmaculada falleció el pasado 30 de septiembre. “Las enfermeras y médicos de oncología están saturados de trabajo, falta personal. Hasta el mismo oncólogo me animó a quejarme a la gerencia del Virgen del Rocío. Todas las mujeres tienen derecho a una sanidad pública. ¿Dónde están los fallos? En la gestión, que es la peor. El cáncer mata a la gente a borbotones, pero no hay medios en Andalucía para atajarlo. Hay infraestructura, pero los oncólogos están saturados. Iba a denunciar, pero ya no lo sé, porque no busco el dinero, sino que cambie el sistema. No se puede despreciar la vida de muchas mujeres que están en peligro”.
En Villanueva del Trabuco (Málaga), Purificación Fernández falleció en 2024 a los 70 años. La mujer se hizo una mamografía el 5 de noviembre de 2021 y a finales de enero ya se notó un bulto. El 31 de enero acudió a una oncóloga del Hospital Materno de Málaga y esta le preguntó si no la habían avisado desde el Hospital de Antequera. “A la médica se le cambió la cara y ese mismo día le punzaron el tumor y el ganglio para la biopsia”, explica su hija, Silvia Ferrer, de 49 años.
Al día siguiente de la visita a la oncóloga, la familia recibió una carta del sistema de salud para citarla el 9 de febrero y repetirle la mamografía. “¿Cómo no podéis llamar por teléfono y dejarlo pasar para que la mujer se movilice y solo mandáis una carta a los tres meses?’, les reproché. Me pidieron disculpas y me aseguraron que no pasaría más”, explica Ferrer. “Tras esa reunión con la dirección del hospital, mi hermano y yo decidimos pasar página y empezar la quimio. Mi madre evolucionó bien, pero en 2024 recayó por la metástasis mamaria en el pulmón, ya muy afectado, y falleció a los tres meses”, añade. Ahora está “indignada” y otros días “resignada”. “Escucho tantas noticias que me indignan… los políticos siguen casi negando que hayan fallecido mujeres. Para el caso de mi madre, el refuerzo de los planes de cribado llega tarde, solo será útil para mí y para mi hija. Los políticos verán y sus conciencias removerán, pero que a sus madres no les falte la asistencia sanitaria”, espera.
El futuro de las demandas judiciales
A pesar de que el dictamen de los tribunales siempre es incierto, el consejero andaluz de Justicia, José Antonio Nieto, dijo el martes que las demandas de las mujeres víctimas de los retrasos en el cribado no tienen recorrido, según su opinión: “Cualquiera tiene todo el derecho del mundo a poner en marcha las acciones judiciales que considere oportunas. Sinceramente, y desde mi conocimiento del funcionamiento de la justicia, creo que son demandas con muy poca viabilidad práctica, que tienen un objetivo de otro tipo que el de llegar a término o poder establecer una responsabilidad real, de carácter penal”.
Discrepa del vaticinio del consejero andaluz el catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Sevilla Guillermo Cerdeira: “Claro que estos casos tienen visos de prosperar. La negligencia no se sabe si ha sido de los hospitales o de los médicos, pero frente al ciudadano, la Junta asume la responsabilidad. No es una demanda perdida y claro que hay opciones. La propia angustia que han debido pasar [las víctimas] ya es un daño en sí”, resalta el experto.
“La respuesta del consejero, que no sé si es jurista, es habitual para evitar una lluvia de demandas. Pero si hasta con un defecto de una calle los ciudadanos pueden demandar al Ayuntamiento, imagínate esto. Si tuviera que aventurarme, al contrario, diría que estas demandas prosperarán”, augura Cerdeira. Nieto es licenciado en Derecho. Sonia Jiménez, remata sobre el dirigente político: “Que hable conmigo ese consejero, que tengo pruebas hasta debajo de las losas. Lo tengo todo documentado, por orden cronológico”.
Tras el goteo de casos de mujeres damnificadas por los retrasos masivos, las asociaciones que defienden a las enfermas de cáncer de mama están estudiando sus características para así decidir si las aglutinan en una demanda colectiva o presentan muchas individuales y lograr resarcir el daño causado. Mientras, la asociación Amama de Sevilla, desde donde nacieron las primeras denuncias que destaparon la polémica, ha convocado una protesta junto a la marea blanca sanitaria y los sindicatos el próximo domingo 26 de octubre ante el Palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta. El lema de la protesta será Nuestras vidas no pueden esperar.