Detenido en Torremolinos un sacerdote de Toledo por posesión de ‘cocaína rosa’
Carlos Loriente, de 45 años y que fue sorprendido con papelinas, era hasta hace una semana alto cargo de la Archidiócesis de Toledo. Fue denunciado en 2023 en el Vaticano por difamación por una víctima de abusos
La Policía Nacional ha detenido en Torremolinos a un sacerdote de la Archidiócesis de Toledo por un delito contra la salud pública. El cura se encontraba de vacaciones en la Costa del Sol cuando fue sorprendido este lunes en plena calle con una decena de papelinas de diversas sustancias estupefacientes, entre ellas cocaína rosa. En un comunicado, el Arzobispado de Toledo ha lamentado los hechos y ha manifestado su disposición a colaborar con la justicia. También ha informado de que ha abierto una investigación para aclarar los hechos y ha apartado del ejercicio del ministerio al religioso, que ya ha sido puesto a disposición judicial.
Los hechos ocurrieron durante la madrugada del pasado 22 de septiembre en Torremolinos. Según ha informado la Policía Nacional, el hombre, de 45 años, pasó por un control policial rutinario. Entonces se le encontraron diez papelinas con “diversas sustancias estupefacientes”. Entre ellas, y según revela Málaga hoy, había cocaína rosa, droga sintética también conocida como tusi. El detenido, según fuentes policiales, es Carlos Loriente. Hasta el 15 de septiembre, era el Vicario Episcopal para el Clero de la Archidiócesis de Toledo, pero la semana fue destituido y se nombró en su lugar a Miguel Garrigós Domínguez de forma sorpresiva.
La droga que portaba al ser identificado excedía “una cantidad que pudiera entenderse como destinada a consumo propio”, según el comunicado policial, lo que llevó a los agentes a su arresto y al posterior registro del piso vacacional donde se encontraba alojado durante su estancia en este municipio de la Costa del Sol. En el piso se encontró una nueva bolsita con monodosis de droga y una balanza de precisión. Más tarde, el arrestado fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción 5 de Torremolinos como presunto autor de un delito contra la salud pública.
El Arzobispado de Toledo ha emitido este martes un comunicado en el que confirma la detención de un sacerdote de la Archidiócesis —sin identificarlo— y destaca que ha abierto una investigación para conocer lo ocurrido y ha “apartado cautelarmente del ejercicio del ministerio y de su oficio” al arrestado. El Arzobispado ha insistido en que “lamenta profundamente los hechos que han causado la detención y reprueba cualquier conducta delictiva que presuntamente hubiera podido cometer el sacerdote” y ha expresado “su plena confianza en la justicia”.
Además, aunque considera que la responsabilidad de los hechos corresponde al ámbito personal del detenido, ha manifestado su disposición a colaborar con las autoridades. “Este Arzobispado pide perdón al pueblo de Dios por los daños morales que puedan ocasionar los presuntos delitos de un sacerdote de la archidiócesis”, concluye el comunicado.
Incidente en la diócesis durante un juicio por pederastia
Loriente protagonizó en 2023 un incidente en un conocido casos de abuso de menores de la diócesis de Toledo, destapado por EL PAÍS en 2021, mientras se celebraba el juicio en la Audiencia de León. Se trata del proceso al sacerdote Pedro Rodríguez Ramos, condenado a siete años de cárcel en 2023, absuelto en 2024 por defectos en la instrucción inicial y ahora pendiente de la decisión del Supremo. El sacerdote ahora detenido en Torremolinos difundió entonces entre los curas de su diócesis un mensaje de WhatsApp en el que salía en defensa del acusado, con quien tenía amistad, criticaba al exseminarista que denunció los abusos y atacaba a la prensa. Por todo ello, la víctima presentó una denuncia en el Vaticano en noviembre de 2023, acusándole de difamación y calumnias.
En su mensaje, Loriente hablaba de la “falta de verosimilitud” de la denuncia y defendía que su “convicción subjetiva es la inocencia de Pedro”. Señalaba su “bondad de corazón” y que tenía “un perfil nada compatible con el de un abusador”. Además consideraba que no se podían “juzgar con la sensibilidad actual cuestiones de hace casi dos décadas”. “La presión mediática infame que se ha estado ejerciendo sobre el instructor y el tribunal enjuiciador es ilícita e incluso podría revestir tintes delictivos”, advertía.
El denunciante de los abusos envió entonces un escrito, al que ha tenido acceso este diario, al prefecto del dicasterio para el Clero de la Santa Sede, y denunció a Loriente “por calumnias, emisión y distribución de falsedad, abusando así de su poder y autoridad”. Valiéndose de su cargo, acusa el documento, “difundió una carta de manera masiva al clero, a través de WhatsApp que terminó en manos de la prensa y mi entorno, constituyendo actos delictivos”, según las normas vaticanas. Citaba el artículo 1.1b del documento papal Vos Estis Lux Mundi: “Las conductas de los sujetos del artículo 6, consistentes en acciones u omisiones dirigidas a interferir o eludir las investigaciones civiles o canónicas, administrativas o penales”. El exseminarista también informó en persona al cardenal Sean O’Malley, presidente de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores y, por carta, al papa Francisco en mayo de 2023.
Sin embargo, transcurridos casi dos años, el afectado aún no ha tenido respuesta a su denuncia y el Vaticano nunca tomó medidas contra el sacerdote. En realidad, es otro episodio en la larguísima batalla de este joven contra el silencio de la Iglesia y el encubrimiento del caso que ha denunciado en las altas esferas de la archidiócesis de Toledo. El año pasado incluso intervino en persona el papa Francisco, tras reunirse con la víctima: dio orden al arzobispado de Toledo de procesar canónicamente al sacerdote acusado de abusos, pues habían pasado 15 años desde que el denunciante les había informado del caso; cuatro desde que la Santa Sede tuvo oficialmente conocimiento de él y dos desde que el propio afectado lo denunció directamente en el Dicasterio de Doctrina de la Fe, órgano disciplinario vaticano. Aún no ha obtenido ni respuestas a sus denuncias ni una sentencia de la Iglesia católica sobre el caso.