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Condenado a tres años de cárcel un entrenador de fútbol de Barakaldo por abusos sexuales a menores

El técnico, de 45 años, fue denunciado por cuatro menores tras acudir al delegado de protección de la entidad

La Audiencia Provincial de Bizkaia ha condenado a tres años y seis meses de cárcel a un entrenador de fútbol de Barakaldo que en mayo de 2024 fue denunciado por cuatro menores de entre 14 y 16 años por abusos sexuales. Una de las menores tenía, cuando sufrió los abusos, 14 años, dos 15 y la cuarta, 16. En tres de los casos se relataron, en las denuncias, supuestos comentarios sexuales e inapropiados al oído, también preguntas de contenido sexual. En el cuarto caso se denunció exhibicionismo.

Las penas impuestas al acusado, que ahora tiene 45 años, son por un delito de exhibicionismo a menor de edad, delito leve continuado contra la integridad moral, delito de agresión sexual a menor de 16 años y delito continuado de agresión sexual también a menor de 16 años.

En el auto, al que ha tenido acceso este periódico, se detallan los hechos probados sobre el técnico del Pauldarrak, club que tiene sección masculina y femenina. Esta última cuenta con 10 equipos, uno de ellos entrenado por el ahora condenado, que llevaba en el club 15 años y que fue apartado de manera preventiva en cuanto el delegado de protección tuvo conocimiento de los hechos.

“En una ocasión el encausado, al llegar a su parada [de la estación de tren], se dirigió a la víctima pidiéndole un abrazo, instante en que aprovechó para darle una palmada en el culo. Además, en otra ocasión, cuando ambos coincidieron en la estación, el encausado se dirigió a ella diciéndole: ‘Tú y yo tenemos confianza’, para acto seguido bajarse el pantalón, mostrándole sus genitales, darse la vuelta y orinar en el andén”, se lee en el auto en los hechos probados.

Las víctimas relataron los hechos al delegado de protección [figura obligatoria por la LOPIVI en cualquier entidad deportiva que trabajar con menores] de la entidad, Iñaki Alonso. Al día siguiente, Alonso se reunió con el técnico, le contó lo que estaba ocurriendo y le preguntó si tenía alegaciones que hacerle. “Me dijo que no, que él no había hecho nada. Dada la gravedad del problema le expliqué que tenía la obligación, como delegado de protección, de solicitar al club una suspensión preventiva”.

Además, se reunió también con las familias de las jugadoras. “Para ponerlas al corriente de las denuncias, también me reuní con las jugadoras de todos los equipos femeninos, expliqué a las que tuvieron contacto directo con el técnico en el pasado que si querían comentar alguna situación vivida podían hacerlo con total confianza. En público primero y en privado después me aseguraron que no les había pasado nada, eso no obsta a que pueda surgir algo en el futuro”.

Si conoce algún caso de abusos en el deporte español que no haya visto la luz, puede escribir a: abusos@elpais.es

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