La historia de la frase de Gisele Pelicot que vuelve a ser bandera del feminismo
El juicio a puerta abierta que ha acabado con Dominique Pelicot condenado a 20 años de cárcel ha devuelto al presente un lema contra la violencia sexual que tiene más de 40 años
Pena máxima para Dominique Pelicot. Esta es la sentencia que se ha conocido hoy y que pide para el exmarido de Gisele Pelicot 20 años de cárcel por violar, drogar y grabar a su mujer durante al menos nueve años. En el juicio, que comenzó el pasado 2 de septiembre, también han sido declarados culpables, en su inmensa mayoría por violación agravada, los otros 50 acusados.
Es el final mediático de una lucha que ha tenido como rostro visible a la víctima de todo este proceso, la francesa Gisèle Pelicot, quien decidió abrir la puerta del juicio para que, según contó durante las primeras sesiones, la vergüenza cambiase de bando. Antes que ella, en concreto en el año 1976, la abogada Gisèle Halimi, icono del feminismo en Francia, ya pronunció estas mismas palabras para convertirlas en lo que se ha convertido en un lema frente a la violencia sexual.
“La vergüenza tiene que cambiar de bando”
Entonces Halimi, que representaba legalmente a Anne Tonglet y Araceli Castellano, una pareja de belgas que fueron violadas por tres hombres la noche del 21 de agosto de 1974 en una cala cerca de Marsella, logró un cambio en la concepción de la violencia sexual para la sociedad francesa dando forma a la frase “la vergüenza tiene que cambiar de bando”. Como ha hecho ahora Gisèle Pelicot, Tonglet y Castellano, animadas por Halimi, quisieron que su juicio fuese a puerta abierta para que la sociedad mirara en la dirección correcta: a los agresores.
Como contaba el pasado septiembre la corresponsal de Género de EL PAÍS Isabel Valdés, durante el proceso Gisèle Halimi pronunció unas palabras clave en la televisión pública francesa: “Cuando se trata de violación, nosotros, en nuestro movimiento, insistimos en la publicidad de los debates porque creemos que la mujer que ha sido víctima no debe sentirse culpable y que no tiene nada que ocultar. Lo escandaloso no es denunciar la violación, lo escandaloso es la violación en sí misma. Ese “nosotros, en nuestro movimiento” al que se refería era Choisir la cause des femmes [Elegir la causa de las mujeres], la asociación que cinco años antes había creado junto a Simone de Beauvoir, y que en aquel momento tenía un objetivo principal: que los juicios por violencia sexual dejaran de ser a puerta cerrada.