Alemania legaliza el consumo recreativo de cannabis y la posesión de pequeñas cantidades
La ley, aprobada con polémica en el Parlamento, entrará en vigor el 1 de abril y permitirá cultivar la planta con restricciones
El Bundestag alemán aprobó este viernes el controvertido proyecto de ley del ministro de Sanidad alemán, Karl Lauterbach, para legalizar el consumo de cannabis, a pesar de las fuertes críticas que había suscitado tanto entre expertos y la oposición, así como dentro de la propia coalición de gobierno del canciller alemán, Olaf Scholz, formada por los socialdemócratas (SPD), los Verdes y los liberales (FDP). Con esta medida, que está p...
El Bundestag alemán aprobó este viernes el controvertido proyecto de ley del ministro de Sanidad alemán, Karl Lauterbach, para legalizar el consumo de cannabis, a pesar de las fuertes críticas que había suscitado tanto entre expertos y la oposición, así como dentro de la propia coalición de gobierno del canciller alemán, Olaf Scholz, formada por los socialdemócratas (SPD), los Verdes y los liberales (FDP). Con esta medida, que está previsto que entre en vigor a partir del 1 de abril, la coalición de Gobierno saca adelante uno de sus principales proyectos.
Hasta ahora, cualquier tipo de posesión de esta droga por parte de individuos estaba prohibida en Alemania, aunque en muchos lugares la posesión de pequeñas cantidades ya no era perseguida desde hacía tiempo. El cannabis medicinal para pacientes con dolor, por ejemplo, es legal con receta desde 2017. Pero a partir de ahora, con la nueva norma, que recibió 407 votos a favor, 226 en contra y cuatro abstenciones, la posesión y el cultivo de ciertas cantidades por parte de adultos serán legales en el futuro. Además, el cannabis será eliminado de la Ley de Estupefacientes y los médicos podrán recetarlo más fácilmente con fines de salud.
La nueva ley establece que la posesión de hasta 25 gramos de cannabis seco en lugares públicos será legal y autoriza el cultivo en casa de hasta 50 gramos y tres plantas por domicilio. Además, el cultivo y la distribución serán inicialmente posibles a través de clubes no comerciales, conocidos como clubes de cannabis, a los que solo podrán acceder adultos y donde únicamente se podrá distribuir un máximo de 25 gramos de la sustancia por día y un máximo de 50 gramos por mes. Estas asociaciones podrán contar con hasta 500 miembros. Sin embargo, los asociados de entre 18 y 21 años recibirán un máximo de 30 gramos por mes y el contenido de THC (Tetrahidrocannabinol, principal constituyente psicoactivo del cannabis) no deberá superar el 10%. A modo de referencia: Con 25 gramos se pueden hacer aproximadamente 75 porros.
Junto con esto, los clubes de cannabis podrán proporcionar semillas y esquejes a los miembros para el cultivo doméstico con un máximo de siete semillas o cinco esquejes por mes. Además, la nueva ley establece que el consumo de cannabis no estará permitido en escuelas, instalaciones para niños y jóvenes, parques infantiles públicos, instalaciones deportivas de acceso público y en un radio de 100 metros a su alrededor. En las zonas peatonales, estará prohibido su consumo entre las siete de la mañana y las ocho de la noche. En las áreas militares del Ejército alemán, el consumo de drogas estará prohibido las 24 horas del día.
Educación para el consumo responsable
Para alejar el peligro de incurrir en una banalización del consumo del cannabis, además de la reducción en la cantidad permitida hasta los 21 años, el Ministerio de Sanidad ha iniciado una campaña de educación para este grupo de personas. Una primera evaluación sobre el impacto de la legalización en la protección de niños y jóvenes se realizará pasados 18 meses como máximo después de su entrada en vigor. Para el proyecto de ley completo, esto está previsto después de cuatro años.
“La situación en la que nos encontramos ahora no es de ninguna manera aceptable”, ha declarado Lauterbach en el debate parlamentario de este viernes. En su opinión, la ley servirá para luchar contra el “preocupante mercado negro criminal”, proporcionando una alternativa legal al aumento en el número de consumidores y a las “concentraciones tóxicas” de cannabis procedente del tráfico ilegal de drogas.
“El mercado negro es el núcleo del problema”, indicó el político socialdemócrata. “Cada lucha contra el mercado negro es un paso importante para proteger a los jóvenes”, dijo, al tiempo que destacó que está prevista una mayor educación entre los jóvenes. “No trivializamos”, afirmó. “Muchos jóvenes aún no saben que el consumo de cannabis actúa como un veneno para el cerebro en desarrollo”, agregó consciente de las críticas que suscita la nueva ley.
Su postura fue apoyada por la experta de sanidad de los Verdes, la política Kirsten Kappert-Gonther, que aseguró que así se pone fin a una “política de prohibición perjudicial” y “fortalece la protección de la salud y de los jóvenes”. Mientras, la política del FDP Kristine Lütke se refirió a la legalización como un “punto de inflexión histórico” que refleja la realidad social y que conseguirá, gracias al cannabis de cultivo propio, que los consumidores sepan de dónde proviene.
Pero no todos lo ven igual. La legalización del cannabis es muy controvertida en el país y ha tenido que superar muchos obstáculos en el camino para ver la luz. Primero dentro del propio Ejecutivo y después frente a la oposición. Incluso los propios alemanes están divididos, según una encuesta publicada el mismo día de la votación. El 47% indicó que apoya la legalización en cierta medida o totalmente. Mientras, el 42% dijo que la rechaza en cierta medida o totalmente y el 11% no se pronunció al respecto, según la encuesta elaborada por YouGov y dada a conocer por la agencia alemana de prensa DPA.
Los conservadores y el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) criticaron duramente la ley. Para la diputada de la Unión Cristianodemócrata (CDU) Simone Borchardt, esta medida es como una “ayuda para cualquier traficante” y advirtió de un aumento del consumo y una carga adicional para el sistema sanitario. Para ello se basó en las críticas de asociaciones médicas, psicoterapeutas, juristas y el sindicato de policía al proyecto. Además, señaló que no será posible controlar el cultivo privado.
Otros, como el político de la Unión Cristianosocial (CSU) Stephan Pilsinger aprovecharon para recordar los peligros que supone el consumo para el desarrollo cerebral de los jóvenes hasta los 25 años e indicó que “cuando se permite una cantidad de drogas que es suficiente para 75 porros, ya no se puede distinguir entre consumidores y traficantes”. Por su parte, Jörg Schneider, de la AfD, predijo un auge del mercado negro, “especialmente porque los clubes no podrían comenzar a entregar hasta finales de año”. La ley es un “programa de estímulo para el crimen organizado”, criticó.
La nueva ley debe pasar aún por el Bundesrat (la cámara de representantes de los estados federados alemanes) el 22 de marzo. Si bien no requiere aprobación, el Bundesrat podría llamar al comité de conciliación con el Bundestag y así retrasar su entrada en vigor. Sin embargo, Lauterbach se mostró confiado en que no habrá obstáculos. “El Bundesrat verá que estamos resolviendo un problema que hemos tenido durante tanto tiempo y del cual los estados también están directamente afectados” y agregó que actualmente hay “mucho control, muchas condenas, un mercado negro en auge y ningún éxito”. Con la ley, los traficantes “no tienen motivo alguno para celebrar”.