Explosión de covid en China: incógnitas y certezas de una ola que preocupa al mundo
La opacidad del gigante asiático sobre la evolución de la pandemia dispara los recelos de los otros países por el riesgo de que surjan nuevas variantes
Controles en las fronteras, reuniones al más alto nivel para analizar la situación, informaciones que hablan de millones de contagios al día... El mundo encaraba el fin del tercer año de la pandemia del coronavirus con la confianza de que 2023 iba a marcar de forma definitiva la vuelta a la normalidad. El giro de los acontecimientos registrado en los últimos días en China, sin embargo, ha devuelto a la actualidad asuntos que todos creían ya superados y disparado los temores de que algo pueda torcerse en el camino.
Inquieta lo que se sabe de lo que está ocurriendo en China, pero, sobre t...
Controles en las fronteras, reuniones al más alto nivel para analizar la situación, informaciones que hablan de millones de contagios al día... El mundo encaraba el fin del tercer año de la pandemia del coronavirus con la confianza de que 2023 iba a marcar de forma definitiva la vuelta a la normalidad. El giro de los acontecimientos registrado en los últimos días en China, sin embargo, ha devuelto a la actualidad asuntos que todos creían ya superados y disparado los temores de que algo pueda torcerse en el camino.
Inquieta lo que se sabe de lo que está ocurriendo en China, pero, sobre todo, preocupa lo que no se sabe. La falta de datos oficiales sobre la gigantesca ola de contagios que sufre el país aviva la desconfianza en las autoridades chinas y dispara las especulaciones. Las repercusiones que todo ello tendrá en el resto del mundo es la gran cuestión de fondo, pero cualquier cálculo o previsión que quiera hacerse se topa con el mismo problema: faltan datos o no se confía en los que están disponibles. Las que siguen son las claves del coletazo más reciente de la pandemia.
¿Por qué está la población china tan poco protegida frente al virus?
Los chinos están muy poco inmunizados frente al SARS-CoV-2 por dos razones principales. La primera es que China ha seguido desde el inicio de la pandemia una política de covid cero, lo que supone recurrir a todas las medidas posibles para evitar la circulación del virus. El resultado es que la población apenas ha estado expuesta al patógeno y, por tanto, no ha desarrollado inmunidad de forma natural por pasar la infección. La segunda es que tampoco está muy protegida por las vacunas. Aunque las coberturas iniciales superaron el 90%, solo el 69,8% de los mayores de 60 han recibido la dosis de refuerzo, porcentaje que cae al 42,4% en los mayores de 80. Según el censo de 2020, 191 millones de personas en China son mayores de 65 años. Las dos vacunas del país, Sinovac y Sinopharm, han demostrado además ser menos eficaces que las más utilizadas en Occidente (Pfizer-BioNTech y Moderna) y en Rusia (Sputnik V). Si todas las anteriores ofrecen resultados por encima del 90%, las producidas en China no llegan al 80% (incluso menos, según los estudios más recientes).
¿Por qué ha fracasado la política covid cero en China?
La variante ómicron, el virus de propagación más rápida jamás registrada, llegó a China hace cerca de un año. Las estrictas políticas covid cero seguidas en el país habían mantenido a raya las anteriores formas del virus, pero con esta tan contagiosa los casos y brotes se han ido sucediendo y la población se ha visto abocada a vivir en un confinamiento casi permanente y realizándose PCR prácticamente a diario. La tensión se ha ido acumulando a medida que pasaban los meses hasta estallar en forma de protestas sociales sin precedentes en el país. La reacción del gobierno fue enterrar la política covid cero casi de un día para otro.
¿Por qué retirar las restricciones ahora ha complicado las cosas?
China no ha sido el único país en seguir una estricta política de covid cero, algo habitual en los países de Asia y Oceanía. Nueva Zelanda, por ejemplo, confinó a todo el país en agosto de 2021 tras detectar un solo caso. Es común que estos países sufran un repentino incremento de casos cuando empiezan a relajar las restricciones, pero esto suele hacerse de forma gradual y apoyándose en la protección obtenida gracias a las vacunas. En China, en cambio, la decisión se empezó a aplicar de golpe el 7 de diciembre, en un momento en el que la incidencia ya estaba subiendo. Es decir, según los expertos, en las peores condiciones posibles. “Un país tan grande, una población tan poco protegida y una retirada repentina de casi todas las restricciones. Es algo que epidemiológicamente no habíamos visto nunca”, resume Quique Bassat, epidemiólogo e investigador ICREA del instituto ISGlobal (Barcelona).
¿Se sabe cuántos casos y fallecidos está habiendo?
Resulta imposible conocer la magnitud real de esta ola. Ya no es obligatorio hacerse PCR en China y, además, la Comisión Nacional de Salud comunicó el domingo que no seguirá aportando cifras. Oficialmente, China ha registrado desde el estallido de la pandemia solamente 5.246 muertes por covid y una decena desde la apertura del 7 de diciembre. Las autoridades sanitarias cambiaron la semana pasada la metodología para contabilizar los fallecimientos, reconociendo solo aquellas muertes cuyas causas primarias sean neumonías o fallos respiratorios. Según Bloomberg, que cita datos manejados por las autoridades sanitarias chinas, casi 250 millones de personas se contagiaron en el país en las tres primeras semanas del mes, 37 millones de ellos solo en un día, el 20 de diciembre. La empresa británica Airfinity, especializada en inteligencia científica, ha afirmado este jueves que es probable que cada día mueran 9.000 personas en China a causa del coronavirus, el doble que hace una semana, según sus estimaciones.
¿Qué pasará en China en las próximas semanas?
Todas las previsiones apuntan a una gigantesca ola de contagios que provocará una avalancha de pacientes sobre los hospitales. Epidemiólogos internacionales calculan entre uno y dos millones de personas fallecerán por covid en el país en el año que está a punto de empezar y especialistas chinos prevés que habrá tres grandes olas de coronavirus este invierno: la actual afectará principalmente a las grandes ciudades, mientras que las otras dos llegarán a las zonas rurales debido a los desplazamientos por las vacaciones del Año Nuevo lunar, que se celebra entre el 21 y el 27 de enero. Otra de las incógnitas es si el sistema sanitario, que ya ha empezado a notar la presión asistencial, será capaz de capear la situación. Según datos oficiales, en todo el país hay 138.100 unidades de cuidados intensivos y el número de camas en estas salas ronda las 10 por cada 100.000 habitantes.
¿Qué otros países también saldrán perjudicados?
Para expertos como Bassat, son los países con sistemas sanitarios más débiles los que tienen más probabilidades de salir perjudicados, además de China. “La situación es preocupante también para países con bajas coberturas vacunales y en los que ahora la circulación del virus es baja, como los africanos. Son países, además, que tienen mucha relación con China y lo previsible es que el aumento de la incidencia allí se traslade a ellos”, afirma.
¿Surgirán nuevas variantes?
Desde que el coronavirus es pandemia, el miedo al surgimiento de nuevas variantes más letales y contagiosas ha atenazado a expertos y autoridades. Y lo cierto es que una explosión de casos hace inevitable el desarrollo de nuevas mutaciones, aunque está por ver si estas son relevantes desde el punto de vista epidemiológico. Las autoridades chinas aseguran estar vigilando las subvariantes de ómicron que circulan por el país y han creado una base de datos en la que se comparten semanalmente las secuenciaciones genéticas del virus de muestras obtenidas de tres hospitales de cada provincia. Pese a estas informaciones de control, los recelos persisten. “No sabemos qué variantes están afectando al país. Lo primero que hay que hacer es analizar qué está ocurriendo y controlar epidemiológicamente la situación en Occidente. Solo sería alarmante si llega una nueva variante diferente a ómicron, pero por ahora no se sabe y es necesaria una política de transparencia en China”, ha afirmado este jueves la portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), María del Mar Tomás.
¿Cómo han reaccionado los otros países?
Italia ha sido uno de los primeros paísesen pedir a los viajeros procedentes de China una prueba diagnóstica negativa. La decisión se adoptó después de que la mitad de los pasajeros de un vuelo llegado a Milán desde el país asiático el 26 de diciembre diera positivo. Japón, India, Malasia, Taiwán y Estados Unidos han decidido implantar también este control, algo que la Unión Europea por ahora no considera necesario. “La coordinación de respuestas nacionales a las amenazas transfronterizas graves para la salud es crucial”, ha afirmado la Comisión Europea tras la reunión de su Comité de Seguridad Sanitaria. La vigilancia activa mediante la secuenciación genética es por ahora la apuesta de Los Veintisiete. Italia ha informado de que por ahora no ha detectado variantes desconocidas en las muestras analizadas procedentes de China.
¿Qué medidas tomará el Ministerio de Sanidad español?
España pedirá una prueba diagnóstica negativa o el certificado de vacunación a los viajeros procedentes de China. Así lo ha anunciado la ministra de Sanidad, Carolina Darias, este viernes en una rueda de prensa convocada de urgencia para informar de la situación de la pandemia en el país asiático. La ministra no ha avanzado cuando entrará en vigor la medida prevista.