Una víctima alemana de abusos sexuales acusa a Benedicto XVI de complicidad y encubrimiento
En 1980, Joseph Ratzinger admitió en su diócesis a un sacerdote que tenía antecedentes penales como pederasta y que reincidió sin que sus superiores impidieran su relación con niños
El Papa emérito, Benedicto XVI, ha sido demandado junto a otros religiosos alemanes de encubrir y ser cómplices de una serie de abusos sexuales perpetrados por un sacerdote. La víctima afirma que Peter H., su párroco, le agredió cuando era un niño en el distrito de Altotting, en Baviera, en la década de 1990.
La demanda civil del hombre, que tiene hoy 38 años, fue presentada en el mes de julio y se dirige no solo contra Benedicto, el antiguo cardenal Joseph Ratzinger, sino también contra su sucesor en el cargo de a...
El Papa emérito, Benedicto XVI, ha sido demandado junto a otros religiosos alemanes de encubrir y ser cómplices de una serie de abusos sexuales perpetrados por un sacerdote. La víctima afirma que Peter H., su párroco, le agredió cuando era un niño en el distrito de Altotting, en Baviera, en la década de 1990.
La demanda civil del hombre, que tiene hoy 38 años, fue presentada en el mes de julio y se dirige no solo contra Benedicto, el antiguo cardenal Joseph Ratzinger, sino también contra su sucesor en el cargo de arzobispo de Múnich y Freising, el cardenal Friedrich Wetter. La archidiócesis también recibió la denuncia a principios de esta semana, según confirmó su portavoz Christoph Kappes.
El Tribunal Regional de Traunstein ha solicitado una declaración del Papa emérito Benedicto XVI, que tiene 95 años, a raíz de la demanda presentada por el hombre que sufrió abusos por parte de un sacerdote católico. “Los acusados tienen la oportunidad de indicar su voluntad de defenderse en un plazo de dos semanas, tras lo cual cuentan con cuatro semanas y un mes respectivamente para responder”, dijo la portavoz del tribunal, Andrea Titz.
La demanda, llamada acción declarativa, no tiene que ver con un proceso penal, pero posiblemente se podría establecer la culpabilidad de la iglesia en casos de abuso. “El hecho de que el tribunal haya incoado ahora unas diligencias preliminares escritas no supone ninguna valoración de fondo sobre las posibilidades de éxito del recurso por parte del tribunal”, dijo la portavoz.
El antecedente de la demanda presentada contra Ratzinger y su sucesor en el arzobispado de Múnich-Freising es el caso del sacerdote Peter H., que fue despedido del clero en el verano. H. trabajó inicialmente en la diócesis de Essen y luego fue trasladado a Múnich para recibir una terapia tras las acusaciones de abuso a menores.
Según los informes, el demandante acusa a Benedicto XVI de haber utilizado a H. en el trabajo parroquial con niños y jóvenes a pesar de conocer los abusos. El Papa emérito había aceptado al sacerdote en su diócesis de Múnich y Freising en una reunión junto a la cúpula de la archidiócesis celebrada el 15 de enero de 1980, pese a que H. tenía antecedentes penales como pederasta. En Baviera, el sacerdote cometió posteriormente otros actos de abuso.
La demanda señala que Benedicto XVI había tenido “conocimiento de todas las circunstancias” durante su época de arzobispo de Múnich-Freising. Con ello, había “al menos consentido el hecho de que este sacerdote fuera reincidente”.
Un informe de expertos encargado por la archidiócesis de Múnich y Freising, presentado en enero por un bufete de abogados, llegó a la conclusión de que los casos de abusos sexuales en la diócesis no se habían tratado adecuadamente durante décadas. Los expertos también acusaron al Papa emérito de mala conducta en varios casos, entre ellos el de H.
En su declaración ante los expertos de Múnich, Benedicto afirmó inicialmente que no había estado presente en la reunión en cuestión, pero corrigió esta afirmación tras la publicación del dictamen pericial y lo explicó por un “descuido en la redacción”. Finalmente, Benedicto escribió una carta en la que pedía disculpas a las víctimas de abusos sexuales, pero siempre rechazó con firmeza las acusaciones concretas de encubrimiento contra él mismo.
En la reunión del 15 de enero de 1980, no se tomó ninguna decisión sobre la “asignación pastoral” del sacerdote H., dijo el Papa emérito. Benedicto no sabía que H. había sido autor de abusos ni que iba a ser utilizado de nuevo en la atención pastoral, según un comunicado de su equipo de asesores. Su abogado, Carsten Brennecke, calificó en su momento de “especulación maliciosa” las nuevas acusaciones contra Benedicto.
Sin embargo, el demandante alega que los eclesiásticos tienen una responsabilidad institucional por no impedir que se produjesen los presuntos abusos. Penalmente, el delito ya está prescrito, pero la víctima quiere que el juzgado aclare retroactivamente el asunto con una acción declaratoria civil.
El juzgado examinará si los eclesiásticos responsables en ese momento también responden por los daños ocasionados a la víctima. Esa acusación podría fracasar si los eclesiásticos demandados hacen valer la excepción de prescripción. Según Andreas Schulz, abogado del demandante, la Iglesia debe posicionarse en cuanto a si acepta su responsabilidad o solo se defiende formalmente en el proceso civil.
Los expertos creen que la demanda tiene una oportunidad si la Iglesia renuncia a su derecho a invocar la prescripción, como ya ha ocurrido en otros procedimientos. El antiguo arzobispo de Múnich, el cardenal Wetter, anunció que no quería solicitar la prescripción.
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