La incidencia por covid sigue disparada: el 3% de la población ha dado positivo en las dos últimas semanas
Sanidad notifica este lunes 292.394 nuevos contagios y 202 muertes, que ya superan las 90.000 desde marzo de 2020
La variante ómicron sigue pulverizando en este inicio de 2022 todos los registros recopilados en casi dos años de pandemia. El Ministerio de Sanidad ha notificado este lunes 292.394 nuevos positivos, lo que dispara desde el viernes la incidencia acumulada a 2.989 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días (267 más que en la última actualización). Esto supone que uno de cada 33 ciudadanos (el 3% de la población) ha dado positivo en estas ...
La variante ómicron sigue pulverizando en este inicio de 2022 todos los registros recopilados en casi dos años de pandemia. El Ministerio de Sanidad ha notificado este lunes 292.394 nuevos positivos, lo que dispara desde el viernes la incidencia acumulada a 2.989 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días (267 más que en la última actualización). Esto supone que uno de cada 33 ciudadanos (el 3% de la población) ha dado positivo en estas dos semanas. Pese a que los indicadores apuntan a cierta ralentización del incremento de casos notificados, los contagios suman 790.000 en la última semana.
También siguen creciendo las hospitalizaciones: ahora hay 16.496 ingresados por covid (2.070 más que el viernes), mientras los que están en cuidados intensivos ya son 2.200 (144 más), que suponen el 24% de las camas instaladas. Los fallecidos incluidos en los registros oficiales de la pandemia ya superan los 90.000 tras las 202 muertes notificadas este lunes por Sanidad.
Los datos de contagios de todas las comunidades autónomas están en niveles nunca antes vistos, con ejemplos como la incidencia de los veinteañeros de Navarra superando los 10.000 casos. Esto supone que más de uno de cada 10 personas de esta franja ha dado positivo en las dos últimas semanas.
La comparación entre comunidades, sin embargo, ha ido perdiendo utilidad en las últimas fechas a medida que el colapso del sistema y los cambios en las recomendaciones han hecho que (en unas más que otras) se abandone el rastreo de contactos y la búsqueda activa de casos.
José Luis Alfonso, jefe de medicina preventiva del Hospital General de Valencia, explica que los contagios ocurridos en Nochevieja y Año Nuevo ya están ejerciendo una notable presión hospitalaria. Es el último capítulo de una tendencia al alza que arrancó hace dos meses y que se ha disparado tras la irrupción de la variante ómicron. “Los pacientes que nos llegan se refieren a los encuentros masivos y reuniones sociales como lugar de la infección. Son eventos que es de suponer que ya no se van a seguir produciendo, por lo que lo más probable es que ahora estemos pasando por el pico de contagios y aún faltan unos días para que lo hagamos con las hospitalizaciones”, explica.
La saturación de buena parte de la red de atención primaria, sin embargo, va a dificultar establecer con precisión el momento en el que España transite por el pico de diagnósticos y los expertos coinciden en que para identificar el cambio de tendencia será más útil mirar a los ingresos hospitalarios. Incapaces de diagnosticar a todos los pacientes, comunidades como Cataluña y Madrid contabilizan como positivos aquellos resultados obtenidos por el propio paciente en casa mediante un test de antígenos de autodiagnóstico, mientras casi la mitad de ellas han echado mano de las oficinas de farmacia para poder seguir identificando casos. Un número creciente de contagios asintomáticos o muy leves, imposible por ahora de cuantificar, está quedando además fuera de los registros oficiales.
Tras relajar varias medidas en las últimas semanas, Sanidad trabaja ya en un nuevo sistema de vigilancia para el coronavirus más similar al de la gripe que, en todo caso, no piensa cambiar hasta que pase la sexta ola. En los últimos días, sin embargo, crece el número de expertos que consideran que hay que acelerar la transición hacia el nuevo modelo dado el colapso actual que impide identificar y diagnosticar a todos los casos, por no hablar de rastrear los contactos del más de un millón de positivos notificados semanalmente.
“No tiene sentido mantener una estrategia que no se puede cumplir, porque es algo que produce frustración y desespera a los ciudadanos. Es mejor que la adaptemos de forma urgente a la situación actual y dejemos de dedicar nuestros escasos recursos a todos los casos leves y asintomáticos que no los necesitan”, explica José Miguel Cisneros, jefe de servicio de enfermedades infecciosas del Hospital Virgen del Rocío (Sevilla).
“Hay muchos otros enfermos que requieren de nuestra asistencia y se encuentran el sistema bloqueado. El diagnóstico y seguimiento de lo que clínicamente no son más que catarros no puede acaparar tantos recursos del sistema. Y esto también incluye las bajas laborales. Con los elevados niveles de transmisión y la levedad de la gran mayoría de los casos gracias a la vacunación, corremos el riesgo de que ahora las medidas derivadas de la actual estrategia sean más lesivas que el propio virus”, concluye Cisneros.