Las medidas para frenar la covid-19 provocan disturbios en la Francia de ultramar
La isla de Guadalupe lleva viviendo varios días de protestas y saqueos y la vecina Martinica inicia este lunes una huelga. Pese a todo, el Gobierno de Macron cree validada su estrategia anticovid
Las imágenes de disturbios en protesta por las nuevas restricciones para frenar el último avance de la pandemia de coronavirus que se han vivido los últimos días en Países Bajos o Bélgica se han reproducido también en territorios de ultramar de Francia. Pese a los incidentes en la isla caribeña de Guadalupe, París asegura que el país está mejor preparado para esta nueva oleada de coronavirus, incluso aunque reconozca que esta avanz...
Las imágenes de disturbios en protesta por las nuevas restricciones para frenar el último avance de la pandemia de coronavirus que se han vivido los últimos días en Países Bajos o Bélgica se han reproducido también en territorios de ultramar de Francia. Pese a los incidentes en la isla caribeña de Guadalupe, París asegura que el país está mejor preparado para esta nueva oleada de coronavirus, incluso aunque reconozca que esta avanza de forma “fulgurante”. Aun así, Francia sigue apostando por la imposición del certificado sanitario, vigente desde el verano, y la obligación de que algunos profesionales, como los de la salud, estén vacunados contra la covid-19 para poder ejercer, por lo que por el momento no se plantea medidas más restrictivas como las de algunos de sus vecinos.
Desde el jueves, Guadalupe vive una fuerte oleada de protestas precisamente en contra de la obligación de vacunación del personal sanitario impuesta desde París, que han derivado en enfrentamientos y escenas de saqueos de comercios en las últimas horas. La vecina Martinica amenaza con ser el nuevo foco de tensiones, tras el llamamiento a una huelga general lanzado por varios sindicatos y que comenzó este lunes.
La situación “explosiva” de Guadalupe, como la ha definido el presidente francés, Emmanuel Macron, contrasta con la de la Francia metropolitana, donde los ciudadanos, pese a las fuertes protestas del verano, han acabado adaptándose al certificado sanitario, cuya implementación podrá ser extendida hasta el verano próximo, y donde el 75,1% de la población total ha completado ya la pauta de vacunas, frente al 50% de Guadalupe.
El mandatario galo instó este lunes a la población de la isla, que durante el verano se vio fuertemente afectada por la pandemia, a “no ceder a las mentiras y manipulación que hacen algunos de esta situación” y pidió que sus habitantes sigan vacunándose.
“Hay una situación muy explosiva ligada a un contexto muy local, a tensiones que conocemos y que son históricas, y también a algunos intereses de los que buscan un poco utilizar este contexto y la ansiedad” que genera, dijo Macron durante una visita a Amiens. Pero “no se puede usar la salud de los franceses y francesas para librar combates políticos”, agregó.
Colegios cerrados y toque de queda
Los disturbios de los últimos días se han saldado con casi cuatro decenas de detenciones y la decisión de París de enviar refuerzos policiales, que llegaron el domingo a la isla. Pese a ello, las autoridades locales han decidido mantener cerrados este lunes los colegios, clausurados ya el viernes debido a los disturbios, que comenzaron a agravarse la noche previa. En los pasados días, y pese al toque de queda hasta este martes decretado el viernes por la prefectura, se registraron incidentes nocturnos, bloqueos de carreteras y varios comercios fueron saqueados, en una muestra de malestar que numerosos residentes de esta isla de 400.000 habitantes al sur de República Dominicana achacan a la situación económica histórica del territorio, donde el PIB por habitante es un 37% inferior al de la metrópolis, uno de cada tres jóvenes está en el paro y donde se producen además frecuentes cortes de agua, según destacó la emisora BFM TV.
Además de los llamamientos a la calma de Macron, el primer ministro francés, Jean Castex, se reunió este lunes en París con varios diputados de Guadalupe. A la reunión estaban convocados también el ministro de Ultramar, Sébastien Lecornu, y el de Sanidad, Olivier Véran. Al final del encuentro, que se celebró por videoconferencia tras saberse que Castex debía aislarse porque su hija ha sido diagnosticada con covid-19, el primer ministro condenó “firmemente” la violencia de los últimos días y afirmó que el Gobierno no dará marcha atrás en la vacunación obligatoria del personal sanitario, que de todos modos ya está mayoritariamente vacunado, dijo. No obstante, reconoció que una vez restablecida la calma, que es “la prioridad”, recalcó, se requiere un “diálogo necesario” que vaya más allá de la cuestión sanitaria y trate de discutir sobre “todos los dispositivos de acompañamiento económico y social” necesarios en la isla, “no solo para afrontar la crisis sanitaria sino para favorecer la recuperación del empleo y la actividad económica”, dijo.
Francia exige desde comienzos de agosto el certificado covid para acceder a lugares públicos, bares, restaurantes, museos, teatros, grandes centros comerciales o trenes y aviones. La decisión, anunciada por Macron en un discurso el 12 de julio en el que además adelantó que el personal sanitario que no estuviera vacunado a partir de mediados de septiembre podría ser suspendido de empleo y sueldo, provocó una oleada de protestas que llegó a sacar a más de 200.000 personas a la calle en manifestaciones que se repitieron todos los sábados, incluso en pleno periodo estival.
Pese a la presión en las calles, muy minoritaria en comparación con las tasas de vacunación durante todo ese tiempo, el Gobierno ha mantenido el certificado covid. Previsto inicialmente solo hasta mediados de mes, a comienzos de noviembre la Asamblea Nacional aprobó, tras muchas idas y venidas —el Senado, de mayoría conservadora, quería acortar mucho las fechas—, que el certificado pueda ser exigido, si la situación sanitaria lo requiere, hasta el 31 de julio de 2022.
En una entrevista con el diario regional La Voix du Nord el viernes, el presidente francés defendió su decisión de exigir el certificado covid y aseguró que, gracias a ello, no se plantea confinar a los no vacunados. “Esta medida no es necesaria en Francia”, aseveró. Aunque el domingo el portavoz del Gobierno, Gabriel Attal, reconoció que la progresión de la quinta ola es “fulgurante” —la cifra de casos diarios casi se ha duplicado en una semana, de 10.023 a 18.189 el domingo—, reiteró la convicción del Ejecutivo de que las medidas impuestas hasta ahora son suficientes, sobre todo en vista de que, al menos por el momento, la tensión hospitalaria no se ha vuelto a disparar, algo que atribuye al alto porcentaje de vacunación.