Cómo transformar el mundo, a través de la educación
Con un carácter de alta innovación, integración tecnológica, e impulsada por la psicología positiva, la Universidad Siglo 21 de Argentina celebró en días recientes la cuarta emisión de su Congreso Innova Educa 21, en donde congregó diversas perspectivas en torno a la educación del presente y futuro
Durante buena parte de la época moderna, y prácticamente hasta finales de la década de los noventa, el modelo de éxito norteamericano permeó a prácticamente todos los modelos productivos y status social de la vida en América Latina, incluso dentro del ámbito educativo, en donde la relación del éxito y la preparación académica se encontraban fuertemente ligados a un lugar común de posesiones, lujos materiales y una acumulación de capital sin aparente dirección que el acumular riqueza en sí mismo.
Dentro del dinamismo sociotecnológico de los años recientes, en donde la ruptura de los modelos de educación imperantes ha abierto nuevas vetas y paradigmas mucho más integrales, en consonancia con el mundo productivo que sucede a la universidad, la pandemia vino a ser una suerte de acelerador que tomó por sorpresa al mundo, obligando a una adaptación y reconfiguración de los modelos educativos. Modelos que han emprendido un camino desafiante, con un objetivo de desarrollo al centro, tan obvio como novedoso: el alumno.
Para la Magister María Belén Mendé, especialista en gestión e innovación educativa y rectora de la Universidad Siglo 21, la universidad privada más grande de toda Argentina con una matrícula de más de 70 mil alumnos, el momento de inflexión toca a todos los ámbitos de la vida humana moderna y éstos, a su vez, atañen a un nuevo umbral para la educación.
Esto quedó patente durante el Cuarto Congreso Innova Educa 21, celebrado los pasados viernes 15 y sábado 16 de octubre, en donde líderes y especialistas de distintos ámbitos educativos y productivos de la región y el mundo, se dieron cita para dialogar y proponer nuevos caminos en torno a la educación bajo el lema ‘Construyendo ecosistemas educativos’.
“Casi todos los sectores de la economía están en una etapa de transición, lo que pasa es que hasta hace poco la educación no se hacía cargo, o no se daba cuenta, de que la revolución tecnológica nos venía pisando. De alguna forma la pandemia lo aceleró y, de golpe, muchas instituciones se vieron obligadas a una adaptación para la que no estaban preparadas. La foto de la educación en la región es una en donde ha cambiado el ritmo, hubo una suerte de despertar ante la ralentización anterior, pero ésta nos encontró con muchas desigualdades, porque sí existe una brecha muy grande entre los que pueden acceder a una educación de calidad y los que no”, asegura la Magister Mendé, quien también es miembro permanente y vicepresidente de la Fundación Córdoba Mejora.
Esa brecha a la que apunta la rectora de la Universidad Siglo 21 encuentra a esta institución con un diferenciador claro frente a otras entidades educativas de calidad de corte público o privado, el cual está apoyado en un alto sentido de la innovación académica y especialmente en la escuela de pensamiento positivo articulado por Martin Seligman, profesor de la Universidad de Pennsylvania y antiguo director de la asociación estadounidense de psicología.
Es María Belén Mendé quien nos explica más al respecto: “Se trata de una universidad que entiende las necesidades del momento, es flexible, tiene mucha mediación tecnológica. Y por otro lado tiene un programa educativo adecuado a las necesidades del mundo productivo y social (...). Para nosotros, la propuesta de educación positiva es tan clara que tiene un modelo que se llama PERMA (por sus siglas en inglés), que activa cinco cosas: un alumno se va a transformar en un mejor líder si tiene relaciones positivas, si vive y habita emociones positivas, si trabaja sobre el bienestar físico personal, si tiene engagement y si conoce su propósito de vida. Todo esto se aprende y trabajamos en toda la carrera sobre estos objetivos”.
Formar líderes positivos en un mundo roto
Durante los dos días de jornadas, encuentros y mesas de diálogo y debate del cuarto congreso Innova Educa 21, la Universidad Siglo 21 congregó a distintos ministros de educación, líderes empresariales, políticos y diversos integrantes de la comunidad educativa, algunos con visiones antagónicas, para comprender los nuevos desafíos y caminos a encarar en el umbral de un mundo roto, en palabras de la rectora de esta universidad, para quien es importante crear un ecosistema en donde haya complementariedad y no competencia o anulación.
“Si no logramos que en este congreso estén los empresarios, los políticos, las ONGs y los padres de familia, no tiene caso. Porque la educación no es un tema del sector educativo exclusivamente, es compartido y lo que buscamos fue traer voces de lugares muy antagónicos, lo que fue difícil pero valioso para entender. Todos tenemos una hija, un sobrino o lo tendremos, que está estudiando. Y a todos nos interesa el porvenir, es casi como que la trascendencia es parte de la educación humana, un tema que nos toca a todos. Y formar líderes en un mundo roto es un aporte de gran valor”, apunta la rectora.
De frente a un encuentro consigo mismo, el sistema educativo de América Latina encuentra en foros como Innova Educa 21, un espacio vital para precisar también las críticas y vicios que han ralentizado a la educación de la región, en donde debe reconocerse también la existencia de una crisis educativa latente, en correspondencia con sus modelos de país, una problemática que no es exclusiva de los ministros de educación, sino de todos los actores sociales, políticos y productivos.
Ante este contexto, la propuesta de la Universidad Siglo 21, de acuerdo con la rectora María Belén Mendé, es la de un arduo trabajo interregional en donde las alianzas, el acercamiento y los puentes de diálogo son vitales: “Nuestro propósito es potenciar el liderazgo de las personas para transformar el mundo, a través de la educación. Creemos que las instituciones forman a tomadores de decisiones: emprendedores, gente que tiene protagonismo, con muchos orígenes sociales. Sin embargo, cuando atraviesan su paso formativo tienen un espíritu de liderazgo, una visión realmente relevante y la muestran en su desarrollo”, precisa.