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Las seis razones por las que tu hijo debe tomarse un año ‘sabático’

En España gana adeptos la idea de pasar 12 meses en el extranjero antes de dar el salto a la universidad, o en mitad de un cambio personal. EF ofrece a los jóvenes salir de la zona de confort con su experiencia ‘Gap Year’. Y los destinos no son los de siempre

Más allá de la experiencia de estudiar en el extranjero, la estancia invita a sumergirse en una nueva cultura (y las de los demás alumnos foráneos) y hablar otro idioma las 24 horas al día, durante toda la semana.
J. G.

Común en Estados Unidos, Francia y el norte de Europa, pero todavía infrecuente en España. Los conocidos como años sabáticos son una experiencia que todavía no ha calado, aunque cada vez gana más adeptos. En películas, series o novelas aparecen retratados como una inversión de futuro, una oportunidad para madurar, para conocerse a uno mismo. Salir de eso que conocemos como la zona de confort a la vez que aprendemos un idioma hasta convertir al viajero en bilingüe. A la sociedad le cuesta abandonar la idea (obsoleta) de equiparar un paréntesis tan largo con un túnel de 12 meses perdidos. Sin embargo, los beneficios son numerosos para quienes acaban de concluir el bachillerato y se disponen a dar el salto a la universidad. O, simplemente, con el fin de romper la rutina de los estudios superiores. O en aquellos estudiantes que afrontan la experiencia en mitad de un cambio de etapa personal o profesional.

Desde EF, con sus programas Gap Year, consiguen que salir al extranjero sea sencillo e inmersivo, que represente una palanca de cambio individual. Cuenta con programas de seis, nueve u 11 meses que combinan el aprendizaje de un idioma con la estancia en un país nuevo en el que conocer a estudiantes de todo el mundo. Incluso quienes ya trabajan pueden combinarlo con su rutina laboral o incrementar sus metas profesionales.

Los destinos alcanzan a países habituales para un año sabático como Reino Unido, Estados Unidos y Canadá, pero también destinos algo exóticos, menos frecuentes, como Corea, Japón, Singapur, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Australia. Más de 50 opciones, 150 programas de estudio y 10 idiomas. La posibilidad de elegir el alojamiento, con una familia local, en una residencia o en el propio campus universitario. Y todo tipo de complementos casi a la carta con los que personalizar la experiencia. Programas de mentoring, asesoría académica y profesional, prácticas, voluntariados, actividades culturales… Lograr fluidez lingüística, explorar el mundo, ampliar la red internacional de contactos e impulsar su futuro son catapultas más que suficientes. Pero existen más razones, como las que describimos a continuación, para que los jóvenes se tomen ese año de idiomas en el extranjero.

EF cuenta con programas de seis, nueve u 11 meses que se inician en septiembre, noviembre, enero, abril o junio y que combinan el aprendizaje de un idioma con la estancia en un país nuevo y conocer a estudiantes de todo el mundo

Mejora sus habilidades académicas

Apostar por el conocido como gap year puede mejorar el rendimiento académico de los estudiantes. Uno podría pensar que viajar al extranjero durante meses retrasará el currículo, pero nada más alejado de la realidad. Aquellas personas que se adentran en un año sabático mejoran, por norma general, sus calificaciones. Reorganizar las ideas, encontrar un camino profesional y comenzar la universidad o la siguiente etapa renovados, enfocados y llenos de motivación puede y suele mejorar el rendimiento. Como escribía el novelista Neale Donald Walsh, “la vida comienza donde termina la zona de confort”.

Consigue una fluidez absoluta en un idioma extranjero

Normalmente pensamos en inglés y francés como idiomas que aprender en el extranjero, pero en EF van más allá. Coreano, japonés o chino también se incluyen en la nómina de posibilidades. Conocer otro idioma es una de las habilidades indispensables para tener éxito en el mercado laboral. Permite aumentar la capacidad intelectual, la empleabilidad y la confianza en uno mismo. Sumergirse en una nueva cultura y hablar otro idioma las 24 horas del día, durante toda la semana, mientras se mezcla con los lugareños y conoce su historia y sus costumbres, es una forma segura de adquirir fluidez y beneficiarse de todas las ventajas que aporta el bilingüismo, más allá de estudiar en el extranjero.

Aprende a convertirse en ‘ciudadano global’

Vivimos en un mundo conectado. Quizá el joven tenga que trabajar con personas de otros países. Ser consciente y aceptar que las cosas se hacen de manera diferente en otras culturas es increíblemente importante. Una habilidad que se adquiere mejor al explorar una ciudad o un pueblo en el extranjero. Pasar un año sabático ayuda a los estudiantes a comprender la diversidad, a ser más conscientes de su propio lugar en este mundo y darle una nueva perspectiva sobre la cultura, los idiomas y las sociedades. En definitiva, comprenden lo que significa ser un ciudadano global, y tienen la experiencia para respaldarlo.

Estados Unidos, Reino Unido y Canadá siguen siendo destinos recurrentes. Pero crece el interés por otros menos habituales como Japón, Corea y Australia.

El descanso reactiva la motivación

Dependiendo de la edad que tenga el estudiante, sobre todo para quienes terminan sus estudios, es el momento de un descanso. Muchas universidades y colegios, después de la presión por elegir una carrera, son conscientes del peligro de agotamiento. Alientan a tomarse un tiempo para descubrir lo que quieren hacer, para adquirir habilidades específicas que ayudarán en la escuela y el trabajo. Para tener un tiempo libre donde las calificaciones y los plazos no importan. El 90% de quienes apuestan por un año sabático regresa a los estudios con más motivación y entusiasmo.

Se adentra en las habilidades ‘blandas’

Las habilidades blandas —cualidades relacionadas con la escucha activa, el trabajo en equipo, la creatividad, la resiliencia o la capacidad de aprendizaje, entre otras— y la inteligencia emocional son y serán una obligación en los currículos del futuro. Un gap year también brindará la experiencia de vida internacional que necesitará cuando alguien solicite una plaza en la universidad o para los trabajos que surjan justo después de la graduación. Los programas en el extranjero de EF favorecen la comunicación intercultural, el incremento de las habilidades para resolver problemas y la capacidad de adaptación a nuevos entornos.

Vive una experiencia inolvidable

Los estudiantes, mientras aprenden un idioma, viajan, exploran y viven aventuras que les permiten saber más sobre ellos mismos y sobre el mundo. En ese sentido, EF brinda una educación que transforma la vida de los nuevos ciudadanos globales. Desde 1965, su misión ha sido dar confianza y libertad a personas de todas las edades, nacionalidades y orígenes. Para resolver las dudas, antes de tomar la decisión, existen las charlas online de EF. En la oficina más cercana también invitan a descubrir todos los detalles del curso elegido. Y ofrecen también la posibilidad de consultar un asesor especializado o incluso hablar con antiguos alumnos.

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