Declaran prescrito el abuso de un menor cometido por un famoso politólogo que sacudió Francia
Olivier Duhamel no deberá responder ante la justicia, pero el caso ha abierto el debate sobre el incesto e impulsado un cambio legal: establecer en 15 años la edad de consentimiento sexual
El conocido politólogo francés Olivier Duhamel no tendrá que responder ante la justicia por los abusos sexuales que cometió contra su hijastro adolescente a finales de los años ochenta y que la hermana gemela de este, Camille Kouchner, reveló en un libro, La Familia Grande, que sacudió a toda Francia a comienzos de este año. El fiscal de París, Rémy Heitz, ha anunciado este lunes que el caso, que ha reabierto el debate sobre el incesto y provocado nuevos...
El conocido politólogo francés Olivier Duhamel no tendrá que responder ante la justicia por los abusos sexuales que cometió contra su hijastro adolescente a finales de los años ochenta y que la hermana gemela de este, Camille Kouchner, reveló en un libro, La Familia Grande, que sacudió a toda Francia a comienzos de este año. El fiscal de París, Rémy Heitz, ha anunciado este lunes que el caso, que ha reabierto el debate sobre el incesto y provocado nuevos avances en la legislación francesa, queda cerrado debido a la prescripción de los hechos, sucedidos hace tres décadas.
No obstante, Heitz ha dejado claro en un comunicado que solo se archiva la investigación preliminar por presunta “violación de un menor de 15 años por una persona que ejerce autoridad”, abierta el pasado 5 de enero, nada más conocerse el caso, debido a la “prescripción de la acción pública”. Pero, subraya, “si el tiempo fijado por la ley no hubiera sido superado”, los hechos “revelados o denunciados” durante las pesquisas “habrían dado lugar a un procedimiento” por parte de la fiscalía que dirige. Es decir, que Duhamel, de 71 años y quien durante un interrogatorio a mediados de abril reconoció finalmente haber cometido abusos contra el hijo de su esposa cuando este tenía 13 años, se habría sentado en el banquillo de los acusados. La víctima, conocida solo por el nombre ficticio de “Victor” y que en la actualidad tiene 45 años, decidió presentar una denuncia contra su padrastro tras ser llamado a testificar a finales de enero, en el marco de la investigación ahora cerrada. Ninguno de los implicados se ha pronunciado por el momento sobre el archivo del caso.
Desde 2018, la prescripción de abusos sexuales contra menores está fijada en 30 años a partir de la mayoría de edad de la víctima. Pero la ley no tiene efecto retroactivo, con lo que no se puede aplicar a Duhamel, una figura destacada de la élite intelectual francesa que, a raíz de la aparición del libro, dimitió, entre otros, de la presidencia de la Fundación Nacional de Ciencias Políticas que controla la prestigiosa escuela Sciences Po, de donde salen buena parte de los dirigentes e intelectuales de Francia. Debido al escándalo, también se vieron obligados a dimitir, muy presionados por presuntamente haber conocido los hechos y no haberlos denunciado, el director de Sciences Po París, Frédéric Mion, y la antigua ministra socialista Elisabeth Guigou, que acababa de ser nombrada presidenta de una comisión independiente que, precisamente, debía investigar sobre el incesto y otros abusos contra menores.
Pese al carpetazo al caso, la precisión realizada por el fiscal en su comunicado supone de por sí un cambio en un país donde el incesto constituía hasta hace poco un gran tabú pese a que, según una encuesta del año pasado, el 10% de los franceses dicen haber sido víctimas de abusos sexuales por parte de un familiar cuando eran menores: tras la publicación de La Familia Grande, el ministro de Justicia, Eric Dupond-Moretti, ordenó a todas las fiscalías del país la apertura “sistemática” de una investigación en caso de una denuncia de abusos sexuales contra un menor, incluso si se cree que los hechos —como en el caso Duhamel— ya han prescrito. El objetivo es, de un lado, inquirir si podría haber otras víctimas cuyos casos no hayan prescrito aún, que podrían dar el paso y poner una denuncia que llegue a buen término, pero también permitir a la persona investigada a “explicarse sobre las acusaciones en su contra” para garantizar su presunción de inocencia, indicó Dupond-Moretti en una nota interna revelada por varios medios franceses. El ministro también pidió que, en casos mediatizados como este, se anunciara, si se decidía cerrar la investigación, si esto se debe únicamente a su prescripción o por falta de pruebas.
Debido a la gran visibilidad de los implicados más allá de Duhamel —Camille y su hermano son hijos del famoso exministro socialista y cofundador de Médicos Sin Fronteras Bernard Kouchner y de la politóloga e “icono de la izquierda” Évelyne Pisier, cuya hermana y tía de los gemelos Kouchner era la actriz y musa de Buñuel Marie-France Pisier— este caso ha provocado un profundo impacto en Francia.
Además de desatar un MeToo del incesto, con la denuncia en las redes sociales de miles de casos, también ha dado un impulso definitivo a la legislación sobre menores, llevando a que, por fin, se aprobara en abril una edad mínima de consentimiento, algo que no se consiguió en la última reforma de la ley contra la violencia sexual, que data de 2018. Según la nueva normativa, la edad de consentimiento se fija a los 15 años, aunque para los casos de incesto se eleva hasta los 18.
Tras el inmenso eco de La Familia Grande, el presidente francés, Emmanuel Macron, prometió que las víctimas de este tipo de abusos contra menores “jamás volverán a estar solas”. Además de anunciar reformas a la ley, adelantó que los alumnos de primaria y secundaria deberán asistir, en el marco de las visitas médicas obligatorias para todos estos estudiantes, a sendas citas, una en cada ciclo, de “diagnóstico y prevención de violencia sexual contra menores”. Asimismo, dijo que el Estado se encargará de “acompañar la reconstrucción” de las víctimas, asumiendo los gastos de psicólogos infantiles para las víctimas de violencia sexual contra menores.