Madrid se queda a la zaga en la bajada de la tercera ola

Nota a los lectores: EL PAÍS ofrece en abierto la información esencial del coronavirus durante la crisis. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscríbete aquí.

Madrid es la única comunidad autónoma de España que sigue por encima de los 500 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días (529). El acelerado ritmo de disminución de diagnósticos que muestra prácticamente en toda España es algo menor en la región ...

Nota a los lectores: EL PAÍS ofrece en abierto la información esencial del coronavirus durante la crisis. Si quieres apoyar nuestro periodismo, suscríbete aquí.

Madrid es la única comunidad autónoma de España que sigue por encima de los 500 casos por 100.000 habitantes en los últimos 14 días (529). El acelerado ritmo de disminución de diagnósticos que muestra prácticamente en toda España es algo menor en la región con las medidas más laxas para frenar los contagios. El Ministerio de Sanidad ha comunicado este martes 10.057 nuevos casos y una incidencia media que baja ya a 386 casos por 100.000 habitantes.

La evolución de la caída es rápida, pero España todavía se mantiene en cifras de “riesgo extremo”. De seguir esta progresión pronto se llegará a los niveles de incidencia del valle de la segunda ola, allá por principios de diciembre. Los casos reportados por el ministerio este martes ya se encuentran aproximadamente en esas magnitudes: en el entorno de los 10.000; son 6.000 menos que el martes de la semana pasada. La tendencia a siete días indica que se seguirán reduciendo.

El único territorio que presenta peores datos que Madrid es Melilla (588 casos por 100.000 habitantes). Solo cuatro comunidades, además de esta, siguen por encima de los 400: Andalucía, Aragón, Castilla y León y la Comunidad Valenciana, además de Ceuta. En el otro lado de la lista, Canarias y Baleares están por debajo de 200. Todas las demás se encuentran entre 200 y 400, cerca ya de la línea entre “riesgo extremo” y “muy alto”, que se sitúa en 250, aunque no es el único indicador que se utiliza para establecer el nivel de riesgo. Se emplean otros como la tasa de positividad de las pruebas, que también baja y está en la última semana en el 8,2%. El objetivo de España es al menos bajar del 10%, pero la Organización Mundial de la Salud sitúa el listón en el 5% para poder considerar que la epidemia está bajo control en un territorio.

Otro indicador que se tiene en cuenta para establecer el nivel de riesgo es la ocupación hospitalaria, que también cae, en términos generales. El 15,3% de las camas en planta están ocupadas por pacientes de covid, lo que ya es menos que en los peores momentos de la segunda ola, a mediados de noviembre. En las de pacientes críticos la bajada es más lenta, y todavía está muy por encima de aquellas fechas: 37,3%.

Esta es una de las razones que daba el pasado lunes Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, para ser muy cautos con la desescalada de medidas: un nuevo repunte, una cuarta ola, llegaría con los hospitales todavía muy colapsados y con poco margen de reacción para atender a los pacientes más graves de covid.

El informe de Sanidad de este martes recoge 530 nuevos decesos por coronavirus, elevando el total registrado desde el inicio de la pandemia a 65.979. Esta cifra oficial, a buen seguro se queda corta, teniendo en cuenta los datos de exceso de mortalidad del Instituto Nacional de Estadística, que se acerca ya a los 90.000. El indicador de los nuevos fallecimientos, como el de los casos que se contabilizan cada día, no corresponde a las personas que mueren en las últimas 24 horas, sino a las que se registran, que a menudo llegan con retraso. Si se toma el dato de la media de muertes diarias registradas en la semana previa, este martes es de 176, lo que consolida una tendencia a la baja que comenzó hace una semana. Esta es la última estadística en mejorar una vez que empiezan a reducirse los contagios.