La Generalitat asegura que las 1.000 toneladas de material comprado permiten una reserva suficiente frente a un rebrote
La Comisionada para el abastecimiento de suministros confirma que hay respiradores para montar 300 nuevas plazas UCI
"El mercado mundial se convirtió [en los días en que el número de contagios y fallecidos por la covid-19 eran terroríficos] en una cueva de piratas y de charlatanes que vendían productos milagro que resultaban ser un fraude”. Así ha descrito este lunes en las Cortes Valencianas la Comisionada de la Generalitat para la compra de material de protección frente al coronavirus, María José Mira,...
"El mercado mundial se convirtió [en los días en que el número de contagios y fallecidos por la covid-19 eran terroríficos] en una cueva de piratas y de charlatanes que vendían productos milagro que resultaban ser un fraude”. Así ha descrito este lunes en las Cortes Valencianas la Comisionada de la Generalitat para la compra de material de protección frente al coronavirus, María José Mira, las dificultades con que se han topado para aprovisionar a la población de equipos de protección. La Generalitat dispone ahora, según Mira, de material suficiente para los meses siguientes [tras la compra de un total de 1.000 toneladas de suministro] ante un posible rebrote de covid-19.
La Comunidad Valenciana ha recibido desde marzo 24 aviones (700 toneladas) y 26 contenedores (260), estos últimos ya cargados y varios en barcos, sumados a las donaciones. Casi mil toneladas que se desgranan en 30,5 millones de mascarillas, 30 millones de guantes, 1,5 millones de buzos, 700.000 gafas, 600.000 batas, 100.000 test rápidos o 20.000 termómetros de infrarrojos.
A la vista de lo sucedido, la Comisionada aconseja la creación de una plataforma logística para proteger la salud de la población ante cualquier emergencia. "Esta plataforma debe asegurar un mínimo de producción autóctona de materiales de protección para no depender de los mercados internacionales, especialmente cuando se trata de artículos necesarios para salvar vidas. “Hace falta una reserva estratégica de material de protección para que podamos reaccionar con eficacia y garantizar una rápida distribución”, ha subrayado Mira en su comparecencia ante la Comisión de Hacienda del Parlamento valenciano.
Después que el presidente Ximo Puig la nombrara para la tarea, “nos pusimos a buscar la mejor fórmula para traer todo el material que pudiéramos con el fin de ayudar a evitar los desorbitados contagios y el goteo de muertes. No es fácil describir nuestro trabajo desde aquel 28 de marzo sin explicar la angustia y la desesperación que nos atenazaba”, ha relatado.
En lo peor de la emergencia, la mayoría de proveedores habituales de la Generalitat estuvieron desbordados por los pedidos, se rompieron los stocks y no había suministro estable. “A pesar de todo contratamos servicios de aprovisionamiento con la asociación de empresarios de IBI, a la que compramos 150.000 pantallas faciales por 181.000 euros, o con la firma Marie Claire, que nos proporcionó más de un millón de mascarillas”, ha explicado la comisionada, quien ha mencionado la labor de apoyo del IVACE y de la Dirección General de Farmacia para que el tejido productivo valenciano obtuviese licencias temporales para la fabricación de suministros ante la Agencia Española del Medicamento. “Con algunas ya hemos formalizado contrato y con otras estamos en proceso”, ha dicho.
Material devuelto
En la frenética carrera por importar equipos de protección, la Generalitat adquirió pedidos que luego tuvo que devolver: dos millones de guantes, 500.000 mascarillas, 140.000 trajes de buzos, mil termómetros y 160 respiradores, que se devolvieron por defectuosos o por no cumplir requisitos, aunque se ha recuperado “todo el dinero”, ha afirmado Mira.
Esta comisionada ha firmado 63 contratos por más de 75 millones: 38 de material (63 millones), 14 de servicios (1,7 millones para la plataforma logística y los hospitales de campaña), ocho de equipamiento (11 millones) y tres de transportes (seis millones).
Durante el proceso, el colapso del tráfico aéreo obligó a cambiar el etiquetado de los artículos y a renegociar vuelos. "China ha ido modificando su normativa aduanera casi a diario", ha ilustrado, denunciando que "el gobierno chino se puso tan duro que no se pudieron importar respiradores alemanes y americanos".
Mira ha mencionado algunos ejemplos de la picaresca a la que hicieron frente en plena emergencia. Cuando les intentaron vender 160 respiradores que no cumplían con la normativa o cuando Turquía requisó cientos de respiradores “comprados y pagados por varias comunidades ante la impotencia de sus gobiernos”. También afectó la decisión de Alemania de suspender la exportación de material.
Todo ello obligó a contratar una consultoría en aduanas, “una empresa de reconocido prestigio que ha demostrado diligencia y solidaridad para desenvolverse en la jungla mercantil de China”. Otras compañías valencianas ofrecieron su experiencia en este país para acelerar las compras. “Poco a poco”, ha reconocido, identificaron los proveedores poco fiables y los “honestos y serios”. También contactaron con empresarios internacionales “con la amenaza continua de vender a mejores postores” en España y otros países.
En el debate, PP y Ciudadanos han coincidido en que esta experiencia demuestra que es posible eliminar altos cargos. El grupo Popular también ha criticado falta de transparencia con los contratos y “geles de manos facturados como mascarillas”, mientras Cs ha cuestionado si la elección de una comisionada fue para “poner fin al caos de las compras”. Vox ha denunciado que gasten "millones en publicidad y menos de 200.000 euros en test.
Información sobre el coronavirus
- Aquí puede seguir la última hora sobre la evolución de la pandemia
- Así evoluciona la curva del coronavirus en España y en cada autonomía
- Preguntas y respuestas sobre el coronavirus
- Guía de actuación ante la enfermedad
- En caso de tener síntomas, estos son los teléfonos que se han habilitado en cada comunidad
- Pinche aquí para suscribirse a la newsletter diaria sobre la pandemia