El Papa nombra primado de Toledo a un obispo partidario de devolver Guadalupe a Extremadura

Francisco Cerro Chaves sustituye a Braulio Rodríguez Plaza, crítico con Francisco y que se retira sin ser nombrado cardenal primado

El nuevo arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves (derecha), esta mañana en Toledo.Eduardo Villanueva (EFE) (EFE)

Una anomalía eclesiástica, que enfrenta a la archidiócesis de Toledo con las diócesis extremeñas, está a punto de resolverse. Se trata de la pertenencia territorial del santuario de Guadalupe y su comarca. Son parte de Extremadura (y la virgen del mismo nombre, la patrona civil de la autonomía extremeña), pero dependen eclesialmente del arzobispado manchego, en el pasado uno de los más extensos de la cristiandad merced a su primatura nacional, que le otorgó posesiones en toda España y el rango ...

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Una anomalía eclesiástica, que enfrenta a la archidiócesis de Toledo con las diócesis extremeñas, está a punto de resolverse. Se trata de la pertenencia territorial del santuario de Guadalupe y su comarca. Son parte de Extremadura (y la virgen del mismo nombre, la patrona civil de la autonomía extremeña), pero dependen eclesialmente del arzobispado manchego, en el pasado uno de los más extensos de la cristiandad merced a su primatura nacional, que le otorgó posesiones en toda España y el rango de prelado de las Indias Occidentales.

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Desde esta mañana, el nuevo primado, Francisco Cerro Chaves, extremeño de nacimiento (Malpartida de Cáceres. 1957) y obispo de Coria-Cáceres desde 2007, es partidario de que Toledo devuelva Guadalupe a Extremadura. Lo ha manifestado en repetidas ocasiones y se supone que el papa Francisco, que es quien lo ha nombrado, respalda esa posición.

A las 12.16, las campanas de la catedral primada anunciaron el nombramiento de Cerro Chaves como el sustituto del arzobispo Braulio Rodríguez Plaza (Aldea del Fresno, Madrid. 1944), que se retira sin haber sido nombrado cardenal primado. Lo han sido sus predecesores desde hace siglos, señalados casi siempre como los predilectos de los pontífices reinantes, entre otros los cardenales Ciriaco Sancha, Enrique Pla y Deniel, Isidro Gomá, Marcelo González, Vicente Enrique y Tarancón o Antonio Cañizares.

Braulio Rodríguez, en el cargo desde 2009, se jubila sin capelo cardenalicio, y la anomalía se explica por dos razones: la idea de Francisco de distinguir con ese título —siguen siendo y creyéndose Príncipes de la Iglesia— la personalidad de sus titulares, más que el rango de las sedes arzobispales. Pero también la expresión de rechazo por el posicionamiento del ya exprimado ante las reformas que lleva a cabo el pontífice argentino, de las que se siente distante junto a gran parte del episcopado español.

El arzobispo saliente se ha opuesto, además, con energía, a la devolución de Guadalupe a Extremadura, mutilada como Comunidad Autónoma en su faceta de Provincia Eclesiástica pese a que los Acuerdos firmados por España en el Vaticano en 1976 y 1979 dicen que la división territorial de la Iglesia romana en España se corresponderá con la provincial del Estado. Con una excepción:  la Seo de Urgell, que agrupa también al Principado de Andorra.

El nuevo primado tiene experiencia pastoral y gran conocimiento de la archidiócesis de Toledo, en cuyo seminario estudió y se ordenó sacerdote en 1981. Hacía meses que sonaba para el cargo y que lo señalaban en Extremadura como el prelado destinado a solucionar, de una vez por todas, el escollo del santuario de Guadalupe y su comarca.

Actualmente adscrito a la línea moderada del episcopado, Cerro fue en su juventud parte de los llamados "obispos del Sagrado Corazón", un grupo formado en Toledo del que también eran miembros dos destacados prelados conservadores, José Ignacio Munilla (prelado de San Sebastián) y Demetrio Fernández (Córdoba). La pastoral y la realidad de una de las diócesis más pobres de España, como Coria-Cáceres, le separaron de ese grupo. Es el primer nombramiento episcopal de la era Bernardito Auza, el prelado filipino que acaba de asumir la nunciatura (embajada) del Papa en España.

Doctor en Teología Espiritual por la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, Cerro es miembro fundador de la Fraternidad Sacerdotal del Corazón de Cristo y fundador del Instituto Secular Cor Iesu. Trabajó pastoralmente en Valladolid y era obispo de Coria-Cáceres desde el 21 de Junio de 2007.

En la Conferencia Episcopal es miembro de la Comisión de Misiones y Cooperación entre las Iglesias desde 2017. Ha escrito un centenar de libros, algunos traducidos a varios idiomas como francés, italiano y portugués, entre otros.

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