Los portugueses pagan cada vez más por el periodismo ‘online’

Todos los medios digitales menos uno reservan contenidos exclusivos para suscriptores, que abonan hasta 80 euros anuales

Un usuario consulta la versión digital del 'Correio da Manha'.david g. folgueiras

Los periódicos portugueses en Internet se han llenado de informaciones con etiquetas “premium”. Hasta los diarios deportivos y el sensacionalista Correio da Manhã reservan “exclusivas” para sus abonados, que pagan una tarifa estándar de 79,99 euros anuales. 

El periodismo luso vive los mismos apuros económicos que en otros países, con descensos continuados en publicidad y ventas analógicas y aumentos en las versiones digitales que, sin embargo, no compensan las pérdidas. En los últimos meses, varios periódicos ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Los periódicos portugueses en Internet se han llenado de informaciones con etiquetas “premium”. Hasta los diarios deportivos y el sensacionalista Correio da Manhã reservan “exclusivas” para sus abonados, que pagan una tarifa estándar de 79,99 euros anuales. 

El periodismo luso vive los mismos apuros económicos que en otros países, con descensos continuados en publicidad y ventas analógicas y aumentos en las versiones digitales que, sin embargo, no compensan las pérdidas. En los últimos meses, varios periódicos online han dado el paso de cerrar contenidos para reservarlos a los suscriptores de pago. Con la excepción del diario económico Eco, no queda ningún medio absolutamente abierto.

No hay cortes drásticos, la estrategia de todos ellos se dirige hacia una paulatina reducción de los artículos que se pueden leer gratuitamente y un aumento de los exclusivos a cambio de promociones de pago de un euro al mes. “La información de calidad tiene un precio y hay que pagarlo o desaparecerá”, asegura João Vieira, director del Expresso, líder en ventas en papel y digital. “Es la única manera de mantener un periodismo independiente”.

Desde que se lanzó la versión web, en 2014, Expresso tuvo informaciones reservadas a los 9.300 suscriptores de aquel año, “ahora son 27.000 y el objetivo es superar los 30.000 a final de 2019”. Vieira promete más contenidos exclusivos a medida que aumenten los suscriptores. “Es una rueda que se alimenta; no creemos en los contenidos de pincha-pincha, sino en las informaciones que le gustaría encontrar a nuestro lector”.

En abril, el Público, otro de los principales periódicos generalistas, cerró parte de sus contenidos, opinión y reportajes culturales, principalmente. “Estábamos preparados para una caída del tráfico”, recuerda su director Manuel Carvalho, “pero no ocurrió y, en cambio, aumentaron un 20% las suscripciones. Tenemos cerca de 17.000 y en dos años esperamos llegar a los 30.000, con eso cumpliríamos los objetivos que se nos exige”.

 Carvalho descarta un periódico solo para abonados, al estilo de algún medio francés y anglosajón. “Creo que no ocurrirá jamás en nuestro caso, como máximo calculo un 25% de contenidos. La idea es dejar en abierto las informaciones que se encuentran por otros canales; tampoco queremos renunciar al tráfico, no tanto por la publicidad, como por la posibilidad de fidelizar al lector y que se acabe suscribiendo”.

El director del Público cree que es el momento del pago. “Hace unas décadas no estábamos preparados para pagar por nada, ahora ya lo hacemos por las series de Netflix o la música de Spotify. En el caso de la información, creo que los ciudadanos han asumido su parte de responsabilidad en el mantenimiento del periodismo de calidad. Hemos visto que tras los casos de Trump y Bolsonaro se han disparado las suscripciones al New York Times y a Folha de São Paulo”.

Público pertenece a la familia Azevedo, dueña de los supermercados Continente y la operadora NOS, que garantiza el respaldo económico, pues desde su nacimiento, en 1990, solo un año obtuvo beneficios. “La sostenibilidad del periodismo pasa por la suscripción”, sostiene Carvalho.

En su quinto año, el diario Observador iba a alcanzar el equilibrio económico, pero el lanzamiento de su radio retrasa el objetivo a 2020, según José Manuel Fernandes, fundador del medio. “Nacimos como periódico digital, con línea editorial liberal y totalmente abierto. Primero teníamos que hacernos un nombre, conseguir notoriedad, una vez conseguida comenzamos hace 12 meses a reservar algunos contenidos exclusivos, alrededor del 15%”.

El Observador no está controlado por la APCT, Asociación Portuguesa de Control de Tirada y Circulación. Ofrece cifras de Google Analytics. “En mayo tuvimos 56 millones de páginas vistas, 17,5 millones de navegadores únicos y 7,5 de usuarios únicos. Entre los medios generalistas somos los terceros, detrás del Correio da Manhã y muy cerca ya del Público”. Respecto al número de suscriptores, Fernandes prefiere no dar cifras, “pero andamos cerca de Expresso y Público”.

Los tres editores confían más en el dinero recaudado con las aportaciones de los lectores que en el que les llegue de la publicidad, aunque han puesto en marcha Nonio, una plataforma publicitaria común. “La publicidad digital es muy barata”, dice Fernandes, “y Google y Facebook se llevan la mayor parte”.

Más información

Archivado En