Una falsa asociación contra el cáncer estafó a miles de españoles

La policía cifra en 5,5 millones el fraude y detiene a cinco personas en Zaragoza

Oficinas de Linceci en Zaragoza. En vídeo, los detalles de la estafa.Foto: atlas | Vídeo: Javier Cebollada

La falsa asociación contra el cáncer infantil Linceci difundió un listado de más de 7.000 personas y entidades que colaboraban con ella. En 12 páginas figuran 45 Ayuntamientos, escuelas infantiles, farmacias, restaurantes, hoteles y empresas y comercios de todo tipo y de cualquier lugar de España que con pequeñas cantidades creían ayudar a niños que debían alojarse cerca del hospital o que se enfrentaban a la enfermedad en Perú. "¡Gracias a ti, están más cerca de vencer!", reza el encabezado.

En realidad pagaban los sueldos y los coches de alta gama de ...

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La falsa asociación contra el cáncer infantil Linceci difundió un listado de más de 7.000 personas y entidades que colaboraban con ella. En 12 páginas figuran 45 Ayuntamientos, escuelas infantiles, farmacias, restaurantes, hoteles y empresas y comercios de todo tipo y de cualquier lugar de España que con pequeñas cantidades creían ayudar a niños que debían alojarse cerca del hospital o que se enfrentaban a la enfermedad en Perú. "¡Gracias a ti, están más cerca de vencer!", reza el encabezado.

En realidad pagaban los sueldos y los coches de alta gama de una trama criminal que operaba bajo el nombre de Liga Nacional contra el Cáncer Infantil (Linceci) y que ha estafado 5,5 millones de euros, según la Policía Nacional. El pasado viernes, fueron detenidas en Zaragoza cinco personas acusadas de estafa, blanqueo de capitales y organización criminal. En la capital aragonesa tenía su sede el call-center, donde los empleados, a los que la policía ha desvinculado de la trama, hacían las llamadas "convencidos" de que el dinero que recaudaban era para fines solidarios relacionados con el cáncer y las catástrofes en países en desarrollo.

José Manuel Mir atendió una de esas llamadas en un pequeño hotel de 10 habitaciones en Ribadesella, Asturias. "Era una señora mayor muy entrañable", rememora por teléfono el dueño del Hotel Mirador del Sella, "y fue hace cuatro años. Me contó que la asociación pagaba los pisos donde se quedaban los niños enfermos, cerca del hospital... y piqué". Ya ha pagado 400 euros, 100 al año. "¿Y ahora, qué?", se lamenta el hombre, "la verdad es que me hacen mucha falta". Últimamente, dice, eran más agresivos, llamaban más. "Lo último que me ofrecieron eran servilletas para usarlas aquí, pero eso no se lo compré".

Además de telefonear para pedir dinero, Linceci vendía bolsas rellenas de lavanda, romero o hierbabuena y lápices que una vez usados se podían plantar. "Un lápiz que da vida", rezaba la publicidad en su web. Se podían encontrar en muchos comercios de Zaragoza, cuenta Miguel Casaus, presidente de la Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Aragón (Aspanoa), la entidad que denunció a Licenci ante la fiscalía hace un año. "Socios y colaboradores nos contaban que se vendían productos solidarios y querían saber".

Aspanoa lleva 30 años atendiendo a todos los niños con cáncer de Aragón que se tratan en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, y cuenta con más de 3.000 socios. "Vimos la relación de colaboradores en su web y nos extrañó mucho el volumen tan alto. Además no se compartían los proyectos en los que estaban trabajando, lo cual es muy raro. No había cifras, tampoco, solo humo". Luego, asegura, se enteraron de que los voluntarios de la falsa asociación recorrían locales puerta a puerta haciendo asociados en Zaragoza. "También supimos que se colocaron en la puerta del Hospital San Jorge de Huesca pidiendo donativos". "Hubo una temporada en que todos los bares de Zaragoza tenían servilletas en la barra, con mensajes", dice una fuente de Aspanoa. Mensajes como "Un día sin reír es un día perdido".

También sonó el teléfono en un pueblo leonés de la ribera del Esla, Sahechores, en la Quesería Abuelo Aitalas. Olga Hernández, su propietaria, escuchó algo parecido: "Que estaban pagando unos pisos para los niños que tenían que recibir tratamiento por cáncer lejos de sus casas, eso se me quedó grabado". La comunicante era también muy amable. Resultado: 50 euros al año, es decir, 200 hasta ahora. "Los dos primeros años me mandaron una revista", cuenta la quesera, "luego solo me llamaban para preguntar si quería seguir colaborando".

Los 200 euros de Olga y los 400 de José Manuel sufragaban según la policía, el sueldo de 15.000 euros mensuales del cabecilla de la organización, R. P. R., por su labor de "dirección", y los 5.000 de su esposa, administrativa en el call center desde el que operaban en Zaragoza. R. P. R. y otro hombre O. A. A. P., de nacionalidad peruana, se encuentran en prisión por orden del Juzgado de Instrucción número 2 de Zaragoza. Los otros detenidos, entre ellos la mujer del cerebro de la trama, de nacionalidad española, están en libertad con cargos.

Las cuentas claras

Miguel Casaus, presidente de la Asociación de Padres de Niños con Cáncer de Aragón (Aspanoa) cree que lo ocurrido perjudica a entidades que, como la suya atienden con profesionales a los niños ingresados y a sus familias. Y asegura que prácticamente todos los niños tienen asistencia a través de la federación nacional de la que forman parte. "Pedimos a los que quieran hacer una donación que se cercioren de quiénes son los receptores. La ley obliga a las asociaciones a la transparencia. En nuestras webs han de estar las cuentas anuales auditadas, las actividades que hacemos, con su coste. Todo".

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