Los diez pasos para lanzarse a la piscina del inglés (y no morir en el intento)

Fijar metas realistas, constancia y material de apoyo adecuado son las claves para aprender

Anuncio para cuidar niños y dar clases de inglés, en Madrid. SAMUEL SÁNCHEZ

¿Por dónde empezar para aprender inglés si nunca lo he hecho en mi vida? ¿Cómo avanzar si cuento con un nivel intermedio? ¿Cómo mantener mi fluidez? Profesores y expertos del sector aconsejan algunas pautas para no morir en el intento.

El primer paso consiste en escoger el lugar de estudio. En lo de aprender inglés, lo tradicional sigue siendo válido. “Al principio hace falta apuntarse a clase con un profesor”, según Nereyda Valle, titular de una academia de lenguas de Mérida. Solo en casa puede valer, pero “hace falta un esfuerzo de voluntad muy importante, sobre todo para los que acab...

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¿Por dónde empezar para aprender inglés si nunca lo he hecho en mi vida? ¿Cómo avanzar si cuento con un nivel intermedio? ¿Cómo mantener mi fluidez? Profesores y expertos del sector aconsejan algunas pautas para no morir en el intento.

Antes de empezar: ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Qué nivel?

El primer paso consiste en escoger el lugar de estudio. En lo de aprender inglés, lo tradicional sigue siendo válido. “Al principio hace falta apuntarse a clase con un profesor”, según Nereyda Valle, titular de una academia de lenguas de Mérida. Solo en casa puede valer, pero “hace falta un esfuerzo de voluntad muy importante, sobre todo para los que acaban de empezar”. Para los que ya cuentan con algo de nivel y que no tienen tiempo o ganas de desplazarse a otro lugar, las nuevas tecnologías se convierten en aliadas estratégicas, de acuerdo con la profesora tejana.

Una vez localizado el centro en el que seguir el curso, hay que elegir el nivel adecuado a través de una prueba -a realizar en la misma escuela o por Internet- y conseguir un libro de texto adecuado a las propias exigencias. “Es muy importante que cubra las llamadas cuatro destrezas: comprensión escrita, escucha, redacción y conversación”, puntualiza Julio Redondas Barreiro. El experto de Cambridge University Press aconseja, además, escoger material de apoyo extra, como un CD, recursos online o aplicaciones para soportes móviles, para seguir practicando fuera del aula.

Ya tengo todo listo. ¿Y ahora?

1. Fijar metas realistas. “Aprender un idioma es un proceso largo, ponte metas que puedas conseguir, verás como progresas y estarás más motivado”, recuerda Redondas. “Es como construir una casa. Si intentas hacerlo todo y con prisas sin ser un experto, es muy probable que fracases y te frustres. Por eso, se recomienda dividir el aprendizaje en bloques a los que es posible enfrentarse”.

2. No cortarse a la hora de hablar, incluso si se cometen errores. Los españoles conocen muy bien la gramática, según la profesora de Mérida Valle, pero ponen poco en práctica lo aprendido por sentir vergüenza al equivocarse. El profesor Calum Roche, que imparte clases en distintas compañías de Madrid, también asegura que, según su experiencia, cuantos más errores se cometan, más se evoluciona. "Eso sí, es crucial hacer un esfuerzo para aprender desde los errores. Decir algo 'estúpido' delante de los compañeros de clase puede dar vergüenza, pero eso no tiene que impedirte que participes. Al cabo de un rato, empezarás a sentir la confianza de quien comete menos errores que los demás".   

3. Tener constancia. Es mejor dedicar 15 minutos cada día que tres horas seguidas una vez por semana.

4. Repetir una y otra vez. Es muy fácil olvidar lo que se ha aprendido anteriormente.

5. Tomar nota de los avances. Apuntar los temas estudiados, una lista de verbos o vocabulario aprendido, es muy motivador, ya que permite apreciar los progresos.

6. Exposición continua al inglés. Las horas de clase solo constituyen una parte del proceso de aprendizaje. Es importante seguir en contacto con el idioma fuera del aula. Cada uno a su manera. Valle sugiere sacar provecho de las propias aficiones, por ejemplo buscar las letras de una canción y cantarla en voz alta o ver una película en versión original con subtítulos. Existen también numerosas aplicaciones para dispositivos móviles pensadas para los alumnos españoles, como English Monstruo, Phrasalstein o The Phrasal Verb Machine, de Cambridge. En cuanto a las lecturas, lo más recomendable es escoger un texto que se ajuste exactamente al nivel del alumno. “No hay que elegir nunca un libro por encima de nuestras capacidades, porque eso puede generar frustración”, insiste Redondas, de Cambridge University Press. “Incluso a veces conviene una lectura con un nivel más bajo, porque puede ayudar a asimilar mejor, sin tener que buscar palabras en el diccionario cada dos por tres”, añade. El profesor Roche advierte: "No entenderás todo pero irás familiarizando con el idioma y mejorando tu entonación y pronunciación. Hay que hacer un esfuerzo, no existe una píldora mágica".

7. Cubrir la casa con notas. “Pega listas de verbos en tu armario o en el cuarto de baño, por ejemplo. Suena raro, pero ayuda”, afirma Redondas. “Incluso puedes poner etiquetas con los nombre en inglés sobre los objetos de tu casa. Es increíble la cantidad de vocabulario que aprenderás sin darte cuenta”.

8. Aprender vocabulario por bloques. La gramática solo sirve si se dispone de un vocabulario para acompañarla. Desde Cambridge, se recomienda aprender palabras y expresiones relacionadas con un tema en concreto. “El contexto ayuda a que el alumno recuerde mejor”, explica Redondas. “Cada vez se apuesta más por este tipo de aprendizaje. Está demostrado que es más efectivo que el estudio tradicional. Eso no significa que no haya que memorizar listados de palabras”.

9. Utilizar material que tenga en cuenta áreas de dificultad específicas. Un alumno español saca más provecho del estudio si las herramientas que utiliza han sido preparadas teniendo en cuenta las dificultades más comunes entre los nativos de su mismo idioma.

10. Tomarse tiempo para asimilar. Para un aprendizaje eficaz, no es suficiente con hacer solo ejercicios de gramática. Hay que tener tiempo para analizar una estructura y entender como funciona. El experto de Cambridge asegura que “si el alumno hace ese esfuerzo, su cerebro lo recordará mejor”.

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