El Papa proclama 31 nuevos cardenales, entre ellos los españoles Carlos Amigo y Julián Herranz

La ceremonia se desarrolla en un clima sombrío por la precaria salud del Papa

Después de una agotadora semana de celebraciones, el Papa Juan Pablo II preside esta mañana el noveno Consistorio o asamblea de cardenales de su Pontificado, en el que ha proclamado a 31 prelados "príncipes" de la Iglesia, entre ellos dos españoles, el presidente del Consejo Pontificio para los textos legislativos, Julián Herranz, y el arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo. Los nuevos cardenales se integrarán en el Sagrado Colegio Cardenalicio, que alcanzará el número récord de 195 purpurados.

La ceremonia se desarrolla en la plaza de San Pedro del Vaticano desde las 10.30 horas en un clim...

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Después de una agotadora semana de celebraciones, el Papa Juan Pablo II preside esta mañana el noveno Consistorio o asamblea de cardenales de su Pontificado, en el que ha proclamado a 31 prelados "príncipes" de la Iglesia, entre ellos dos españoles, el presidente del Consejo Pontificio para los textos legislativos, Julián Herranz, y el arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo. Los nuevos cardenales se integrarán en el Sagrado Colegio Cardenalicio, que alcanzará el número récord de 195 purpurados.

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La ceremonia se desarrolla en la plaza de San Pedro del Vaticano desde las 10.30 horas en un clima sombrío debido a la precaria salud del Papa, de 83 años. El Sumo Pontífice, que presenta aspecto cansado, ha leído en latín y con voz débil el rito del nombramiento. A continuación, el cardenal secretario de Estado, Angelo Sodano, ha leído los nombres y el número tres del Vaticano, el arzobispo argentino Leonardo Sandri, ha oficiado la homilía. Después, el Papa ha entregado el capelo cardenalicio a los purpurados y ellos se lo han colocado. La imposición del capelo es el gesto clave del acto pero, para no fatigarle, se ha optado por este pequeño cambio del ritual. Además, les ha entregado el pergamino de acreditación como cardenales y la asignación del título de una iglesia de Roma.

De los 31 cardenales, que provienen de 17 países, 26 son menores de 80 años y por lo tanto con derecho a voto en un futuro Cónclave para la elección de Papa. Uno de los cardenales que, el número 31, ha sido designado in pectore, es decir que el Papa no ha revelado su identidad. El noveno Consistorio, que se celebra entre hoy y mañana, coincide con los festejos organizados por los 25 años de Pontificado de Juan Pablo II. Varias decenas de miles de personas han acudido al Vaticano para asistir al acto, entre ellas el vicepresidente segundo del Gobierno, Javier Arenas, y el presidente andaluz, Manuel Chaves. En la ceremonia participan también 150 cardenales de todo el mundo y delegaciones oficiales de la mayor parte de los países que desde hoy cuentan con nuevos purpurados.

Nueva correlación de fuerzas

A los 109 cardenales con derecho a voto se sumarán los 26 nuevos "electores", tres de ellos latinoamericanos, el mexicano Javier Lozano Barragán, de 70 años, actual presidente de la Pastoral para la Salud, el brasileño Eusebio Oscar Scheid, arzobispo de Río de Janeiro, de 70 años y el guatematelco Rodolfo Quezada Toruño, arzobispo de Guatemala, de 71 años. Los 135 cardenales electores se reducirán a 131 a finales de año, cuando cuatro cumplan 80 años. Según fuentes vaticanas, Juan Pablo II decidió adelantar el Consistorio, posiblemente el último que presida, la asamblea de cardenales para el nombramiento de purpurados, por presión de sus colaboradores, preocupados por el deterioro físico del pontífice.

Con estos nombramientos cambiarán las fuerzas que integran el más importante órgano rector de la Iglesia y se reconocerá un papel clave a los europeos, como fuerza histórica, y a los latinoamericanos, que representan a la mitad de los católicos del mundo. A partir de hoy, 24 purpurados latinoamericanos podrán votar en caso de un cónclave, poco más de una sexta parte del Colegio Cardenalicio, que junto con la Iglesia de América del Norte, con un total de 14 electores, forman uno de los bloques regionales más fuertes.

Las reuniones servirán también para que los purpurados se conozcan entre sí, de manera a que cuando llegue el momento, sea más fácil escoger al sucesor de Juan Pablo II, como ocurrió con Karol Wojtyla el 16 de octubre de 1978, quien se había ganado la estima y el aprecio de sus colegas durante los sínodos y reuniones del Concilio Vaticano II a finales de los años 60. La posibilidad de que el Papa abdique o renuncie a su cargo será también uno de los temas que se abordarán en los corredores del palacio apostólico.

Los purpurados, sentados en la plaza de San Pedro al inicio del Consistorio.REUTERS
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