Un informe alerta del coste que supone la ruptura del modo tradicional de cuidado de la salud

El estudio 'Los costes invisibles de la enfermedad' asegura que sólo con que el 10% del trabajo se realiza en casa se traspasara a la Seguridad Social, su presupuesto debería aumentar un 70%

Un informe de la Fundación BBVA, Los costes invisibles de la enfermedad, presentado hoy, alerta sobre la ruptura del modo tradicional español de cuidados de la salud, sustentado en la familia y especialmente en las mujeres, y advierte de que sólo con que el 10% del trabajo que se realiza en casa se traspasara a la Seguridad Social, los presupuestos de ésta deberían aumentar un 70%.

En rueda de prensa, María Angeles Durán, catedrática de Sociología, profesora del Instituto de Economía y Geografía del CSIC y autora del libro, ha apuntado que se ha producido un cambio importante en ...

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Un informe de la Fundación BBVA, Los costes invisibles de la enfermedad, presentado hoy, alerta sobre la ruptura del modo tradicional español de cuidados de la salud, sustentado en la familia y especialmente en las mujeres, y advierte de que sólo con que el 10% del trabajo que se realiza en casa se traspasara a la Seguridad Social, los presupuestos de ésta deberían aumentar un 70%.

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En rueda de prensa, María Angeles Durán, catedrática de Sociología, profesora del Instituto de Economía y Geografía del CSIC y autora del libro, ha apuntado que se ha producido un cambio importante en la estructura social en el país, donde en los últimos 15 años han desaparecido un número importante de amas de casa, a un ritmo de 100.000 al año.

El trabajo demuestra que son precisamente las mujeres las que tradicionalmente se han ocupado de los cuidados de la salud, tarea a la que dedican 199 horas al año, por 52 de los hombres, aunque las amas de casa tradicionales están envejeciendo y por tanto precisan cuidados. Esta circunstancia está perjudicando notablemente al Sistema Nacional de Salud, cuyos profesionales destinan a los enfermos en su conjunto un 15% del tiempo total que la sociedad española dedica al cuidado de la salud.

Las nuevas necesidades chocan con el hecho de que las personas que precisan de una mayor atención, son también las que cuentan con menos recursos. "Un ciudadano con una pensión de 100.000 pesetas no puede comprar en el mercado los cuidados que necesitan", ha añadido. La socióloga ha señalado que la sociedad debe decidir quién asume los costes que genera este cambio social y con el riesgo de que la medicina solucione problemas puntuales, pero con una dependencia absoluta y 10 años de vida por delante.

Seguro de dependencia

Por su parte, Juan Manuel Cabasés, catedrático de Economía de la Universidad de Navarra, ha señalado que es difícil evaluar económicamente el coste del trabajo que realiza el cuidador, aunque se mostró partidario de que los servicios sanitarios atiendan también a estas personas. Cabasés ha apuntado que en algunas comunidades autónomas, la Sanidad pública ya tienen en cuenta la atención al cuidador, como los centros de día y unidades de respiro.

El profesor Cabasés ha justificado desde el punto de vista económico el seguro de dependencia (ya implantado en Alemania), que, a diferencia del sanitario, tendría que ser mixto porque el Estado no puede asumir el coste que supone una medida como ésta.