Zoé Arnao: “Siento que las directoras saben dirigirme mejor”
Tras deslumbrar con ‘Las niñas’, Zoé Arnao celebra la mayoría de edad con dos estrenos que prometen confirmarla como gran revelación de nuestro cine.
Un póster de Zendaya en Dune preside su habitación. “Admiro mucho la trayectoria que ha tenido desde Disney hasta ahora. Ojalá tener algún día el futuro y el talento que ella tiene”, sostiene humilde una Zoé Arnao (Barcelona, 18 años) que, quizá, también vea cómo su rostro cuelga de la pared de algún refugio adolescente. Porque después de cautivar con su papel revelación de Brisa en la celebrada Las niñas, la catalana sigue esbozando una fulgurante carrera en la gran pantalla con dos nuevos proyectos. Al estreno del filme de terror El faro —junto a Hugo Silva—, se suma su ...
Un póster de Zendaya en Dune preside su habitación. “Admiro mucho la trayectoria que ha tenido desde Disney hasta ahora. Ojalá tener algún día el futuro y el talento que ella tiene”, sostiene humilde una Zoé Arnao (Barcelona, 18 años) que, quizá, también vea cómo su rostro cuelga de la pared de algún refugio adolescente. Porque después de cautivar con su papel revelación de Brisa en la celebrada Las niñas, la catalana sigue esbozando una fulgurante carrera en la gran pantalla con dos nuevos proyectos. Al estreno del filme de terror El faro —junto a Hugo Silva—, se suma su papel como hija de la comisaria interpretada por Marta Nieto en el thriller policiaco Verano en rojo. “Cada vez que ruedo aprendo para poder hacerlo mejor la próxima vez”, confiesa. Que tiemble Zendaya.
Tener como padres en la ficción a actores tan atractivos como Marta Nieto y Hugo Silva, ¿no es ponerles el listón muy alto a los biológicos? A veces me pasa que cuando tengo mucha química con padres ficticios digo: “¡Ay, que me adopten!” (ríe). Pero mis padres son actores también y lo entienden. Marta es una mujer muy profesional y talentosa y con Hugo estaba siempre de broma, sí sentí la paternidad fuera de las cámaras.
Es curioso que casi todos sus trabajos en cine hasta ahora hayan sido dirigidos por mujeres… Sí, suelo trabajar con directoras y en óperas primas. A mí me hace mucha ilusión porque me encanta rodar con ellas. Siento que hay algo más sentimental, que nos entendemos más y como que saben dirigirme mejor. Me siento muy cómoda.
Comparte con Zendaya el haber empezado como niñas en una industria llena de juguetes rotos. ¿Qué ha hecho bien para no convertirse en uno? En esta industria el futuro nunca se sabe, nada es cierto. Siempre vives con el miedo de quizá no volver a rodar, pero ya estoy contenta con mi carrera hasta aquí. Lo que tenga que ser, será. Cuando hago un casting y no me cogen, pienso que todo pasa por algo.
Al venir de familia de actores, pero que ni eran millonarios ni copaban portadas, ¿qué opinión guardaba del oficio? De niña pensaba que los actores, en general, eran unos pringados. No quería dedicarme a esto. Pero después me apunté al teatro y me enamoré de interpretar, no tanto de ser actriz. Ellos siempre dicen: “Esta vida son todo noes y algún sí”, así que parto de eso.
¿Ha sacrificado mucho su adolescencia para llegar aquí? Me perdí un concierto de The Weeknd por rodar. Pero veo lo positivo. Intento ser fiel a la edad que tengo, vivir las experiencias que tocan y no parecer mayor de lo que soy. No me gusta aparentar.