Jamie Dornan: «Estoy muy agradecido a Grey. No actúas en una película que genera 1.400 millones y se te cierran puertas»
El actor que se hizo mundialmente famoso por 50 sombras de Grey es uno de los protagonistas de Belfast, la película de Kenneth Branagh que acaba de llegar a los cines. Tanto la cinta como su interpretación van acumulando papeletas en la carrera al Oscar.
En una de las escenas de Belfast, la estilizada cinta de Kenneth Branagh inspirada en su infancia en la ciudad a finales de los sesenta, Pa (Jamie Dornan, Belfast, 39 años), el padre del protagonista, se planta delante de una barricada y ante varios hombres armados. Como uno de los superhéroes de los cómics que aparecen en la película, en un rápido movimiento salva a su famili...
En una de las escenas de Belfast, la estilizada cinta de Kenneth Branagh inspirada en su infancia en la ciudad a finales de los sesenta, Pa (Jamie Dornan, Belfast, 39 años), el padre del protagonista, se planta delante de una barricada y ante varios hombres armados. Como uno de los superhéroes de los cómics que aparecen en la película, en un rápido movimiento salva a su familia, que sale ilesa de uno de los disturbios del conflicto norirlandés. La historia, contada con mimo desde el punto de vista de un niño de nueve años, tiene drama, pero también mucha ternura y matices. Se llevó el Globo de Oro al mejor guion en unos galardones en los que también estuvieron nominados los dos protagonistas, tanto Jamie Dornan como su pareja en el filme, Caitriona Balfe (Outlander).
Tras media vida frente a la cámara, es un buen momento para el norirlandés, que acumula críticas brillantes por sus últimos trabajos. Desde Los Ángeles y con media sonrisa aparece al otro lado del Zoom. Cuando mira a la pantalla resulta imposible no acordarse del titular que le dedicó The Guardian hace unos días: “Demasiado guapo para el argumento” (too hot for the plot más sonoro en inglés). No le va mal el papel de héroe.
Kenneth Branagh ha contado que fuiste “la primera y única opción” para este papel. ¿Cómo fue eso y qué pensaste cuando te llegó el guion?
Aún creo que es una locura que Ken no considerara a nadie más para el papel, pero supongo que fue una suerte para mí. Cuando me lo ofrecieron me mandaron el guion y lo leí rápidamente. Soy de Belfast, así que sabía que iba a ser una lectura emocional e importante. Fue todo eso, pero también una mirada bonita sobre una parte del mundo que para mí significa mucho más que cualquier otra. Había un mensaje y enseñaba esa ciudad y esa gente desde otra perspectiva de la que se ha mostrado hasta ahora. Era la oportunidad de trabajar con Kenneth Branagh, claro, con Judi Dench, que ya se había unido al proyecto… así que fue un ‘sí’ muy fácil.
Tu personaje es visto e idealizado a través de los ojos de Buddy, alter ego de Branagh. ¿Te fijaste en cómo te miran tus hijas a la hora de prepararlo?
Hasta hace poco no me había parado a pensar en cómo me miran. En realidad no lo he pensado hasta esta semana. Me fijé más en cómo miraba yo a los míos. Si tienes la suerte de tener una buena relación con tus padres, y yo la tuve, creo que de alguna manera les idealizas. Cuando era pequeño pensaba que mi padre era el hombre más fuerte del mundo, que obviamente no lo era, pero sí para mí. Me encanta que todo esté contado desde la perspectiva de un niño de nueve años, puedes ver a través de sus ojos el trauma y las dificultades derivadas de un periodo difícil. Supongo que me hizo pensar en cómo mis hijas, mi mujer y yo hemos pasado por estos tiempos complicados que llevamos transitando casi dos años. Cómo les está afectando.
Como Branagh y como el protagonista, tú también naciste y creciste en Belfast. ¿Cómo recuerdas tu propia infancia allí en los ochenta?
Vengo de un ambiente más de clase media del que viene Ken. Pero aún así, nací en 1982, cuando el conflicto ya llevaba 13 años. Me sé la historia, pero creo que no la supe mientras crecía, o no estuve tan expuesto a ella. Yo tuve una infancia estupenda. Muchos niños en Belfast la tuvieron y creo que es importante que la gente entienda esto también, más allá de las imágenes que nos llegan por las noticias. Durante los setenta y los ochenta hubo muchos momentos dramáticos, pero la realidad es que también hubo muchas familias que eran felices viviendo sus vidas, que se aislaban de ese conflicto que no pidieron. Creo que la película lo muestra muy bien.
Dejaste los estudios, trabajaste en un pub, como modelo… ¿En qué momento supiste que querías dedicarte a la interpretación?
Creo que siempre tuve la intención de hacerlo, pero no lo hacía. La primera vez que me mudé a Londres, cuando tenía 20 años, hace 19, tenía el plan de ir a la escuela de arte dramático y todo eso. Pero entré a trabajar en un pub y me empezaron a pasar otras cosas, así que lo dejé de lado. Supongo que era joven y no trabajé lo suficiente, tenía un agente, pero no me esforzaba bastante en las audiciones. Ahora miro hacia atrás y creo que desperdicié mucho tiempo. Probablemente no fue hasta que hice The Fall para la BBC. Era un drama serio, con profesionales, y me dije ‘Jesús, tengo que tomarme esto muy en serio porque si lo hago bien todo puede cambiar’. Con aquel papel pude empezar a ganarme la vida como actor, hasta entonces vivía del dinero que ganaba como modelo.
Y entonces llegó 50 sombras de Grey. Hubo críticos que dijeron que aquello había sido “muy mala elección” para tu carrera. Cinco años después de la última película, ¿dirías que la saga te abrió o te cerró puertas?
Las abrió. No actúas en una película que genera 1.400 millones de dólares en taquilla y se te cierran puertas, no funciona así esta industria. Y yo le estoy muy agradecido por las puertas que me abrió. El trabajo del que me siendo más orgulloso son las películas independientes que he hecho, con presupuestos pequeños. He trabajado también en películas de estudios, pero siempre encuentro que lo más motivador es lo que se hace con presupuestos de entre 5 y 15 millones, donde eres feliz al terminar el trabajo cada día, todos trabajan muy duro… Esto es lo que era Belfast. Esta no era una película de grandes estudios, el foco llegó después de hacerla. La rodamos como una cinta independiente con no mucho dinero; se sustenta en el trabajo de la gente y en el guion. Pero sí, definitivamente aquello me abrió puertas.
¿Cómo llevas este momento y las buenas críticas?
Es bonito. Es algo muy chulo. Quieres que tu trabajo se reciba bien, a veces crees que lo va a ser y no es así, a veces crees que no, y sí. Yo he experimentado un poco de todo en mi carrera. Y por suerte mis últimos trabajos han sido muy bien recibidos, así que es un momento bonito. Pero no te vas a mentir a ti mismo y creer que cada trabajo, que cada película, va a tener buenas críticas. Así no es como funciona el juego. Así que tienes que aprender a vivir con ello y disfrutar mientras la gente dice cosas bonitas.
Entre tus últimos trabajos hay una comedia, Barb y Star van a Vista del Mar; un thriller para la BBC, El turista; un drama, Belfast… ¿Cómo te gustaría seguir construyendo tu carrera?
Sí, los tres han recibido mucho cariño. También son muy diferentes. Mi meta es esa, la variedad, no querría quedarme encasillado interpretando un papel particular. Y he tenido suficiente suerte hasta ahora, porque no me ha pasado. Estos tres últimos trabajos lo prueban, no pueden tener un tono más distinto.
¿Y qué es lo que más disfrutas de todo esto?
La gente. Simplemente ir a trabajar. Belfast es un buen ejemplo: hacer mi trabajo junto actores y creadores brillantes. Quiero sacar lo máximo de cada rodaje e intentar divertirme. Hace mucho que estando en un rodaje no me divierto, y eso es muy bueno.