El protocolo no escrito de los restaurantes
Un decálogo para convertir nuestra experiencia gastronómica (y la de los demás) en un placer y no en un infierno.
Un restaurante es un lugar donde conviven personas que no se conocen de nada durante un corto periodo de tiempo. Normalmente hay una serie de factores de riesgo como el hambre, el alcohol, la educación, las ganas de juerga y las expectativas. A todos los que amamos las experiencias gastronómicas nos encantaría que algunas personas se ciñeran a una serie de normas no escritas que nos ahorrarían malos ratos y muchas decepciones.
Éstas son las 10 cosas que más molestan a la gente en los restaurantes
1. Los niños
A nadie le gusta disfruta...
Un restaurante es un lugar donde conviven personas que no se conocen de nada durante un corto periodo de tiempo. Normalmente hay una serie de factores de riesgo como el hambre, el alcohol, la educación, las ganas de juerga y las expectativas. A todos los que amamos las experiencias gastronómicas nos encantaría que algunas personas se ciñeran a una serie de normas no escritas que nos ahorrarían malos ratos y muchas decepciones.
Éstas son las 10 cosas que más molestan a la gente en los restaurantes
1. Los niños
A nadie le gusta disfrutar de una comida escuchando el lloro de un bebé o sentir bajo tus pies a un pequeño vecino de mesa en busca del Gormitti perdido. Otros casos exasperantes son: el del niño que pasea una McLaren vacía por todo el local arrollando mesas y camareros, la madre que "olvida"un pañal radiactivo en el cuarto de baño o la que es incapaz de controlar el estridente sonido que produce la Nintendo Ds de su hijo.
Tengo que romper una lanza por estas maquinitas. Mientras se controlen las músicas machaconas resultan una opción infalible para tener a los niños a raya cuando salen a comer fuera. Por mi parte, larga vida a Supermario Bros y compañía.
2. Hablar por el móvil
No es necesario que todo el comedor se entere de tu conversación, ni que interrumpas la velada romántica de los de al lado al son del politono del momento. Cuando uno entra en un lugar público debe bajar el volumen y silenciar los avisos de los ahora tan de moda whatsapp. Lo mejor, apagar el teléfono y aprender a disfrutar sin tener que comunicarse con los que no está compartiendo mesa y mantel contigo.
3. Los foodies y los bloggers
En la era de los smartphones. los foodies tenemos mucho peligro. iPhone en mano hacemos fotos, las subimos a Twitter, a Pinterest, a Foodspotting etcétera. Hay gente que hasta saca una cámara réflex, se levanta, busca un encuadre perfecto e incluso mueve la cortina buscando buena luz o planta un trípode en medio de la sala con tal de obtener una buena instantánea para su blog.
4. Las mesas ruidosas
Las risotadas y las conversaciones a gritos es algo muy nuestro. En este país no respetamos los ambientes tranquilos y en restaurantes donde la acústica no está muy conseguida una mesa ruidosa te arruina la velada.
5. El PDA
En Estados Unidos son muy púdicos con sus demostraciones amorosas en público, existen hasta unas siglas para denominar la actitud cariñosa delante de los demás, PDA (Public Displays of Affection). En Europa no resulta raro ver a una pareja comiéndose a besos y lo que no son besos mientras devoran un plato de pasta. En ocasiones, si la intimidad física rebasa los límites, incomoda.
6. Preguntar su opinión a otras mesas
Es muy desagradable cuando una cabeza asoma por encima de tu hombro y comenta “ummmm que buena pimenta tiene eso” o “¿Cómo se llama el plato que está comiendo? ¿Esta rico?”. Hay que respetar los espacios ajenos y no dar por sentado que puedes invadir a la mesa contigua e iniciar una conversación con un desconocido.
7. Los palillos de dientes
Hay auténticos detractores de los palillos de dientes. Conozco a muchas personas que dan por terminada su sobremesa en cuanto alguien pide uno. Desconozco el motivo por el cuál hace años no estaban tan mal vistos pero está claro que el cuarto de baño es el mejor sitio para aplicarse estas exploraciones dentales.
8. Chiscar los dedos al camarero
Los camareros no son mascotas a las que llamar su atención con un chasquido de dedos o lanzando sonidos bucales al aire. Es muy desagradable ver a alguien llamando así a un profesional, y más aun cuando encima se dirigen a ellos de forma despectiva.
9. Los maniáticos
Las cartas y los menús están para algo. Es muy cargante para el resto de los comensales cuando alguien de la mesa cambia constantemente cada plato. Todos tenemos ese amigo maniático que retrasa cualquier comanda exigiendo cosas como: "agua con gas pero que sea del tiempo en vaso bajo y con un rodaja de limón" o el de " yo tomaré la lubina pero con la salsa aparte y en lugar de patatas me hace unas espinacas al vapor sin sal" o el clásico de "el café con leche lo quiero en taza de desayuno cortito de café, con leche de soja templada y azúcar moreno porque… aspartamo en polvo no tendrá, ¿no?”.
10. Los borrachos
Hay mucha gente que no sabe controlarse, y en numerosas ocasiones hemos sido testigos de situaciones embarazosas, señores que no se comportan, parejas que se gritan o grupos que se descontrolan. Los restaurantes son lugares públicos donde se convive con mas gente y hay que intentar respetarse.
Esa es la clave. El respeto por los demás comensales y por los profesionales que comandan estas grandes naves de ocio. Algunos salimos de nuestras casas para disfrutar de la lujuria gastronómica y no para sufrir a nuestros compañeros de restaurante.