Andra Day: “La voz de Billie Holiday me ayudó a encontrar la mía”
Es la sorpresa del año. Su transformación en la cantante de jazz le valió el Globo de Oro a mejor actriz dramática por la película ‘Los Estados Unidos contra Billie Holiday’, que ahora llega a los cines. Por ella está también nominada al Oscar.
En el caso de Andra Day (Washington, 36 años), lo lógico sería tener el Grammy como mejor intérprete de R&B. Cantante desde que tiene uso de razón, su primer álbum, Cheers to the Fall, la lanzó a los primeros puestos de Billboard y su sencillo Rise Up fue nominado a los galardones musicales. Sin embargo, ha sido su primer papel como actriz en Los Estados Unidos contra Billie Holiday (estreno en España el 1 de abril) el que la ha llevado a obtener un gran premio, el Globo de Oro a mejor actriz dramática, y a estar nominada al Oscar. Es una carrera que Day no tenía...
En el caso de Andra Day (Washington, 36 años), lo lógico sería tener el Grammy como mejor intérprete de R&B. Cantante desde que tiene uso de razón, su primer álbum, Cheers to the Fall, la lanzó a los primeros puestos de Billboard y su sencillo Rise Up fue nominado a los galardones musicales. Sin embargo, ha sido su primer papel como actriz en Los Estados Unidos contra Billie Holiday (estreno en España el 1 de abril) el que la ha llevado a obtener un gran premio, el Globo de Oro a mejor actriz dramática, y a estar nominada al Oscar. Es una carrera que Day no tenía en mente y el director de la película, Lee Daniels, ni siquiera quería contar con ella para el papel. Pero si algo ha inspirado siempre a esta californiana ha sido la voz, y la lucha, de Billie Holiday.
Su triunfo es una suma de momentos inesperados.
En parte sí, porque de haber sido por mí, habría empezado como actriz con un papelito secundario y ya. Esto es algo que no esperaba. Cuando me presentaron el proyecto dije que no. No, porque adoro a Billie Holiday. No, porque no soy actriz y Lee tampoco quería contar conmigo. No, porque Diana Ross hizo un maravilloso trabajo que admiro en El ocaso de una estrella. A decir verdad, sigo sin saber si soy una actriz.
¿Qué la llevó a cambiar de opinión?
Soy la típica capricornio; si me pongo, voy hasta el final. Ella lo es todo para mí y lo último que quería era denigrar su legado. Por eso le he dedicado los últimos tres años de mi vida. Lee me presentó a Tasha Smith, mi profesora de interpretación, y formamos equipo. Quise ofrecer un retrato completo de Billie Holiday, no solo como la madrina del soul, sino como madrina de la defensa de las libertades civiles en Estados Unidos, algo que el público tenía que conocer. Todo esto me hizo decir que sí. Y mucha oración, porque soy una persona muy espiritual y eso me empujó a hacer algo que de otro modo no habría hecho.
¿Recuerda cuando escuchó la primera canción de Billie Holiday?
Tenía 11 años cuando escuché Sugar. Su voz me confundió. No sonaba como Whitney Houston o Aretha Franklin. Pero por eso mismo no podía dejar de oírla, de mirarla. Se quedó con mi alma. Luego escuché Strange Fruit. A esa edad no era capaz de entender la canción, pero fue mi inspiración y dio forma a la mujer que soy hoy. Su voz me ayudó a encontrar la mía.
¿Es su canción preferida?
Strange Fruit lo es todo para mí. Ahora la veo como la primera canción protesta, un tema que significa triunfo porque lo cantó en un país y en un momento en el que estaban intentando asesinarla. Un tema que se centraba en los linchamientos en Estados Unidos y que sigue siendo relevante en una comunidad que es objeto de ataques sistemáticos y lucha por la igualdad.
¿Cuáles son sus luchas?
Trabajo desde hace tiempo con asociaciones como ACLU en defensa de las libertades civiles o con movimientos como Black Lives Matter, que luchan por la equidad. No soy de las que se callan y quiero reorganizar mi música, mi trabajo, de acuerdo con estas necesidades. Hice campaña con [la vicepresidenta] Kamala Harris y [el presidente] Joe Biden. Intento hacer lo que puedo, ya sea en política o para ayudar a superar esta pandemia.
También mantiene una amistad con la familia Obama que la llevó varias veces a la Casa Blanca. ¿Cómo son en las distancias cortas?
Mi recuerdo más preciado es lo mucho que adoran y atesoran mi música. Y a mí como artista. Michelle Obama fue quien dijo que quería conocerme. Y yo me quedé petrificada. Quería conocerla, pero a veces debo de luchar contra esa corriente que llevo dentro y que me hace sentir poco cualificada, que no merezco algo así. Una vez superado, pude conocerlos, sentir su amor por la música, algo que los hace tan humanos y accesibles. Fui varias veces a la Casa Blanca, pude llevar a toda mi familia, y solo diré que, aunque para mí son figuras icónicas, también son seres de carne y hueso como tú y como yo.
¿Puede explicar cómo fue su transformación en Billie Holiday? Hasta su voz suena diferente.
Si soy sincera, fue un proceso muy doloroso y aún lo es. No dejé ese espacio durante el tiempo que duró el rodaje. Todavía intento dejarlo atrás y me está costando un gran trabajo tanto físico como espiritual y bastante terapia salir del lugar en el que estuve. Siempre sentí un gran respeto por la interpretación. No soy de las que piensan que cualquiera puede hacerlo y ahora mi respeto no ha hecho más que aumentar. Fue una gran prueba emocional, mostrarme desnuda ante las cámaras, física y mentalmente. Y su voz… No era la primera vez que intentaba imitar una voz que tanto admiré desde niña. Pero no se trataba de imitarla. Esa es la diferencia entre la interpretación y la música. Cuando canto soy yo, pero cuando actúas te transformas. Tenía que ser Billie Holiday, tenía que encontrar su voz, un tono más alto que el mío que ejercité con la ayuda de un profesor de voz. Forcé mucho mi garganta, fumé, empecé a beber, a hablar más alto, nada de bufandas o de tés calientes. Maltraté mis cuerdas vocales buscando ese tono rasposo que ella tenía. Espero recuperar mi voz, mi musicalidad, pero necesitaba transformarme en ella, no imitarla.
¿Qué detalles conforman su personalidad como artista?
Vengo de una familia bastante grande, soy la mediana de cuatro hermanos. Una familia humilde y creyente que me ha ayudado a ser quien soy, a desarrollar mi relación con Dios. Mi padre siempre me dijo eso de «Si no siembras, no recoges». Y «Nunca dejes que el miedo decida por ti». Esas enseñanzas han hecho de mí la cantante, la intérprete que soy hoy, aunque me muera de miedo con cada oportunidad que se me presenta.
¿Qué consejo le daría a alguien que quiera seguir sus pasos?
Está claro que mi conexión con la música me abrió las puertas como actriz. Tengo agentes, y esas cosas ayudan. Pero la pregunta viene de antes, de alguien que siente la llamada artística. Ahí es donde recomendaría escuchar tu vocación y buscar tu ventana en las redes, en internet. Tienes que buscar tu audiencia. Y construir de esta forma tu sello, buscarte tus colaboradores y con ellos poner en marcha esa visión creativa. A veces nos asfixiamos viendo el cine, o la música, como algo gigantesco a lo que no tendremos acceso cuando lo que hay que hacer es empezar desde dentro, dando pasitos sin perder la vista de la creatividad.
Su siguiente pasito, ¿cuál será?
Acabo de finalizar mi próximo álbum. Pero también he comenzado a escribir, porque mi interés va más por ese camino: escribir, producir, dirigir cine. Me voy a tomar un descanso de la interpretación porque es algo que he visto que me estresa muchísimo. Pero si hay algo que me hizo ilusión del Globo de Oro es que es un galardón que solo Whoopi Goldberg había ganado antes como actriz negra, y son tantas las historias que tenemos que contar de mujeres negras que me animó a buscar la próxima.