A-Kassen: «Cuestionamos el principio de la genialidad»
En Naked Photographer, estos creadores se rebelan contra la autoría única: piden a otros que realicen las fotos. Y los obligan a desnudarse para ello.
No son dos, son cuatro. El colectivo danés A-Kassen (formado por Morten Steen Hebsgaard, Søren Petersen, Christian Bretton-Meyer y Tommy Petersen, todos nacidos en los setenta) lleva una década trabajando los límites de conceptos artísticos en debate y lo que el espectador puede finalmente interpretar de su trabajo. Sus proyectos –acciones, instalaciones, esculturas o incluso muestras como la que presentan hasta marzo en la galería Maisterravalbuena de Madrid (Doctor Fourquet, 6)– han de ser siempre completados por el que los mira. Son ventanas abiertas desde realidades cotidianas con un sut...
No son dos, son cuatro. El colectivo danés A-Kassen (formado por Morten Steen Hebsgaard, Søren Petersen, Christian Bretton-Meyer y Tommy Petersen, todos nacidos en los setenta) lleva una década trabajando los límites de conceptos artísticos en debate y lo que el espectador puede finalmente interpretar de su trabajo. Sus proyectos –acciones, instalaciones, esculturas o incluso muestras como la que presentan hasta marzo en la galería Maisterravalbuena de Madrid (Doctor Fourquet, 6)– han de ser siempre completados por el que los mira. Son ventanas abiertas desde realidades cotidianas con un sutil sentido del humor crítico. En esta exposición le han pedido a 13 fotógrafos que se desnuden y que, a continuación, fotografíen de esta guisa sus ropas. El espectador debe imaginarse la situación.
Imágenes de la serie Naked Photographer (2014), con la colaboración de María Loboda y Kirsten Justesen.
Bruno Leao
¿Cómo surgió Naked Photographer?
Morten steen Hebsgaard: El desnudo es un género. También queríamos trabajar con gente que admiramos y con colegas que tienen el cuerpo, propio o ajeno, como objeto central de su discurso. La idea era dar una vuelta a la desnudez a través de un rastro más impreciso…
Søren Petersen: Sobre todo porque es el fotógrafo el que se desnuda, no el modelo. Buscábamos fabular sobre eso de forma indirecta.
M.S.H.: De hecho, las fotos en principio tienen un aspecto aburrido, no muy incitante. La única forma de darles vida es aplicar la imaginación: pensar en el fotógrafo, con frío, preparando la escena… Son mucho más interesantes las imágenes que el espectador puede generar en su propia mente que las que podamos plantear nosotros.
D.R.
Hablan de «aspecto aburrido», pero es cierto que incorporan cierto sentido del humor.
M.S.H.: No es consciente. Tampoco todos nuestros trabajos pueden considerarse humorísticos. No es una estrategia: no lo buscamos. Sí creemos que, a veces, puede servir para facilitar una apertura mental y relajar la percepción del espectador. Pero es muy difícil resultar gracioso, es mejor no tratar de serlo.
S.P.: Entregamos una receta a los artistas. Si el resultado destila humor es por su interpretación. Era un ingrediente que podían o no elegir.
Formando parte de un colectivo, ¿suscriben que varios cerebros piensan mejor que uno?
M.S.H.: resulta fácil, pero es agradable porque siempre te sorprende descubrir cuál va a ser tu siguiente movimiento. Y nunca es tan lineal como el trabajo clásico.
S.P.: Otras áreas creativas lo han asumido; para los arquitectos es común desarrollar ideas conjuntas.
M.S.H.:Subyace una idea: el creador busca la originalidad. Todos, lo reconozcan o no, quieren ser Picasso. Nosotros cuestionamos ese principio de autoría única y de genialidad.