¿De verdad ninguna mujer merecía ser nominada al Oscar a mejor director?
Solo cinco realizadoras, de entre los más de 350 nominados en 90 años de historia de los premios, han conseguido colarse en una categoría que parece vetada para el género femenino. ¿A qué se debe esta injusticia histórica?
El próximo 24 de febrero tendrá lugar la 91 edición de los premios Oscar. La Academia estadounidense celebra, desde un 16 de mayo de 1929, los trabajos más excelentes de la cosecha anual en una gala que sirve a su vez como retrato público del estado y evolución de la industria. En las nominaciones desveladas el pasado 22 de enero por Kumail Nanjiani y Tracee Ellis Ross (una declaración en sí misma de la diversidad que pretende el Hollywood pos#MeToo) nos topamos, por ejemplo, con el espaldarazo deseado durante años por el taquillero género de superhéroes ...
El próximo 24 de febrero tendrá lugar la 91 edición de los premios Oscar. La Academia estadounidense celebra, desde un 16 de mayo de 1929, los trabajos más excelentes de la cosecha anual en una gala que sirve a su vez como retrato público del estado y evolución de la industria. En las nominaciones desveladas el pasado 22 de enero por Kumail Nanjiani y Tracee Ellis Ross (una declaración en sí misma de la diversidad que pretende el Hollywood pos#MeToo) nos topamos, por ejemplo, con el espaldarazo deseado durante años por el taquillero género de superhéroes (Black Panther), con reconocimientos al cine de habla hispana (10 nominaciones para Roma) o a los más respetados autores europeos (Yorgos Lanthimos y Pawel Pawlikowski). Sin embargo, la ceremonia que una vez fue calificada de #SoWhite, continúa imperturbable en su cualidad de #SoMale. Ninguna mujer ha sido nominada en la categoría a mejor director del año, perpetuando así la injusticia histórica por la cual solo cinco realizadoras han logrado que su nombre suene en el Dolby Theatre entre los más de 350 nominados y 90 años de los premios. Algunas de las organizaciones feministas más influyentes de la meca del cine ya claman por lo sucedido. ¿De verdad ninguna mujer se merecía dicho honor?
“No tengo ni idea de por qué no hay directoras nominadas. La Academia está trabajando en esto pero el verdadero problema es que no importa qué película hagas, ni el dinero que recaude, ni lo diverso que haya sido su público, al fin y al cabo, la Academia que tiene derecho a voto todavía es muy, muy limitada. Todavía”, lamentaba Patty Jenkins en Vulture tras conocerse las nominaciones. La directora de Wonder Woman fue también protagonista de una controversia similar el pasado año tras quedarse fuera de la categoría a pesar de firmar una película calificada de fenómeno social. Con humor se tomó la situación UN Women, la organización de las Naciones Unidas para el empoderamiento femenino, que se sirvió del reto viral #10YearChallenge para resaltar lo poco que ha cambiado la situación de las directoras en una década con respecto a las estatuillas.
Las quejas relativas al desdén a la hora de valorar la obra de las realizadoras se han replicado tanto en las redes sociales como en organizaciones para la igualdad como Women in Film, que publicó un comunicado afirmando que estas nominaciones reiteran todo el trabajo por hacer para conseguir la paridad de las mujeres en la industria del entretenimiento. “Particularmente con las mujeres directoras, cuyo extraordinario trabajo este año ha sido notablemente olvidado por el reconocimiento de los premios”, añadían. Como sostiene Martha M. Lauzen, directora ejecutiva del Centro para el Estudio de la Mujer en el Cine y la Televisión, en una columna publicada por Variety, la exclusión tiene consecuencias directas sobre la carrera de estas profesionales. Por ejemplo, la privación de la “avalancha de publicidad” ligada a estos reconocimientos y que ha cimentado carreras como la de Kathryn Bigelow (la única en ganar la estatuilla e imagen de firmas como Rolex).
Esta reivindicación llega pocas semanas después de que un estudio realizado por la Creative Artists Agency (CAA) desvelara que, contradiciendo un rancio credo de la meca del cine, las películas protagonizadas por mujeres recaudan más dinero en taquilla que aquellas lideradas por intérpretes varones. La investigación tuvo en cuenta 350 filmes estrenados entre 2014 y 2017, y Star Wars: El despertar de la fuerza, Wonder Woman o La bella y la bestia son algunas de las pruebas que desmontan el mito. A pesar de estos datos, solo el 8% de las 250 películas más vistas de 2018 han sido dirigidas por féminas que, sin embargo, han representado la mitad de la cuota de espectadores en relación a la venta de entradas.
La valoración de un filme es y será algo subjetivo, por lo que la ausencia de un trabajo en cierta categoría siempre podrá ser contestada con un “no sería tan bueno”. Una excusa tan válida como vaga, al obviar todos los factores históricos, sociales, mediáticos o económicos que influyen de manera decisiva en qué película es nominada o no. Por ejemplo, que las mujeres con derecho a voto en los Oscar solo representan el 30% del total y las personas de color apenas llegan al 15%. “La Academia no puede seguir ignorando su función a la hora de ayudar a construir nuestro panteón cultural de grandes directores. No importa cuántos planes de inclusión apoyen, si su proceso de nominaciones falla a la hora de incluir mujeres merecedoras de formar parte de la categoría a mejor director la Academia está reforzando el status quo en la industria”, concluye Lauzen.
Son varias las películas dirigidas por mujeres que han conseguido la aclamación unánime de la crítica este año. Ahí están No dejes rastro de Debra Granik, nominada a mejor película en los premios del cine independiente, En realidad, nunca estuviste aquí de Lynne Ramsay o The Rider de Chloé Zao, ganadora del premio Gotham a la mejor película del año y uno de los cinco filmes más alabados del curso por la prensa especializada. De los ocho filmes que competirán por la estatuilla a mejor película, solo una, Roma, cuenta con mejor nota media que ella. Por no hablar del caso de ¿Podrás perdonarme algún día? de Marielle Heller, que a pesar de ser nominada al Oscar a la mejor actriz, al mejor actor de reparto y al mejor guion ha visto como su responsable era ignorada por los académicos. ¿Podrá Heller perdonarlos algún día?
El hito que parecía suponer la nominación el pasado año de Greta Gerwig se ha quedado en espejismo. Hasta la mismísima Jane Campion (nominada por El piano) escribió de su puño y letra una carta a los académicos en la que les rogaba que consideraran No dejes rastro para la terna de favoritas. No han atendido su petición. Las Campion, Bigelow o (Sofia) Coppola tendrán que seguir esperando para que el número de directoras nominadas al Oscar en nueve décadas de premios no pueda ser contado con los dedos de una mano.